MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Dicen que en Manizales hay unos 200 venezolanos, que la ciudad los ha acogido muy bien, aunque se les dificulta encontrar trabajo. Aunque se ganen un salario mínimo, les queda para enviarles plata a sus familias. Ayer hicieron una jornada de apoyo y oración para sus compatriotas que sufren por el régimen chavista de Nicolás Maduro.
Héctor Urbaez, Maturín capital del estado Monagas
Llegué el 1 de septiembre del año pasado porque la situación en Venezuela está muy caótica, mucha inseguridad; demasiado problema para conseguir comida, quieren venderla supercara, 5 o 10 veces más que el precio normal. Soy soltero, y de vez en cuando puedo mandarle algo a la familia para que se puedan ayudar allá, aquí la platica rinde más. Con un primo venezolano montamos un negocio de comidas rápidas venezolanas: arepa rellena, pepitos, empanada venezolana; con eso nos mantenemos. Tenemos pensado quedarnos acá, la ciudad nos gusta bastante porque es acogedora, culta y educada, nos ha ayudado bastante; lo único malo es el frío, que nos pega. Lo que queremos con Venezuela es que haya elecciones, ver si logramos sacar al presidentecito que tenemos, un golpe de estado sería difícil para el país, pero bueno, hay que sacarlo como sea. Queremos enviar un mensaje de apoyo desde Manizales a nuestra Venezuela, que está pasando un momento difícil.
Angélica Bermúdez, Caracas
Mi caso fue de trabajo, por traslado de mi esposo, pero mi familia está en Venezuela. Somos de los pocos que tenemos un trabajo seguro, pero uno no se puede sentir afortunado si tiene a la familia en Venezuela. Es muy triste que mis dos hijos, de 7 y de 3 años, no puedan vivir lo que yo viví en Venezuela. Tenemos que seguir luchando porque el efecto de este desgobierno es a futuro, tenemos más de 20 años por recuperar, por eso hay mucha gente que se queda y sigue luchando, pero hacerlo contra la corriente no es fácil. Mi suegra se acaba de ir de aquí y se llevó tres maletas llenas de comida, el regalo de mi sobrino el año pasado fueron tres potes de leche, y se te puede ir el salario en eso. Pagar un colegio privado es imposible, pero estudiar en uno público es estar supeditado a que es la historia que quiera contar el gobierno. Un plátano cuesta 8 mil bolívares, y el salario mínimo son 150 mil. La cesta básica puede estar cinco veces por encima del salario mínimo, sin incluir los servicios públicos, que son más baratos que en cualquier parte porque están subsidiados por el gobierno. El que tenga dinero es el que se sostiene.
Ricardo Ortiz, Maturín capital del estado Monagas
Llegué hace ocho meses a Manizales, la situación del país está muy difícil, más que todo para los jóvenes, para surgir o tener algo. Con un salario mínimo ni siquiera se puede comer. Dejé mi carrera de Ingeniería Industrial en séptimo semestre, pero debido a la situación preferí venirme, antes de que eso estuviera peor, como se está dando en las noticias. Estoy con un primo y nos ha ido muy bien. Nos ponemos a pensar en las otras personas y no me quiero ni imaginar lo que están viviendo los venezolanos. Queremos alentarlos para que sigan en las calles porque es la única forma de sacar al presidente, mucha fe y esperanza de que Venezuela va a ser la de antes. Queremos elecciones, un golpe de estado sería algo catastrófico.
Zaily Navas, Maracaibo, estado Zulia, frontera con La Guajira
En agosto cumplo dos años acá en Manizales, soy asesora comercial, me vine con mi esposo y nuestros dos hijos, estamos esperando un tercero. Mi esposo es ingeniero electrónico y tiene visa de trabajo; nosotros, visa de beneficiario. Manizales es una ciudad de puertas abiertas, nos ha ido muy bien. Tengo la dicha de que mi esposo goza de un trabajo estable, pero tenemos otros hermanos que salen desorientados y escogen la ciudad para quedarse, y es mejor que vayan a otras en las que tengan más oportunidades laborales. Soy periodista, y allá los últimos años trabajé independiente. Acá estoy escribiendo, pero para allá. Mi último canal regional cerró por una multa que era impagable. Los medios de comunicación que quedan tienen que decir lo que el gobierno quiere, y los periodistas no nos graduamos para decir lo que nos diga el jefe sino lo que diga la calle y la verdad. El único medio de comunicación respetable que tiene Venezuela son las redes sociales. Desde acá puedo cambiar de pesos a bolívares, puedo enviarles medicinas a mi familia. Tuvimos que tener un corazón bien agarrado para salir del país, dejar costumbres y familia.
Tomas Ibáñez, Caracas
Llevo 18 años en Manizales. La realidad de Venezuela es crítica, las personas no tienen qué comer, si desayunan no tienen qué almorzar, es una odisea salir a conseguir comida. Es algo que nos duele. A pesar de que en Colombia pasan muchas cosas y hay corrupción, tenemos libertad. Uno puede salir a cualquier supermercado y comprar lo que sea a la hora que sea. Fuimos un país privilegiado, de oportunidades, a donde muchos extranjeros iban a buscar mejor futuro y sacaron sus hijos adelante. Ahora esa gente se está devolviendo para Colombia porque la situación no es fácil. Niños que no tienen pañales, ni leche. Las elecciones o un golpe de estado tienen que ser ya, la población no aguanta. No se puede jugar con el hambre de un pueblo. Cómo justificar que en un pueblo donde no hay comida, el gobierno mande ayudas alimentarias a Perú, que compraron en México y la mandaron directo. Es inaudito.
Humberto González, Maracaibo, estado Zulia
Soy arquitecto, llegué en agosto del 2014 buscando un mejor futuro para la familia, tener mejor calidad de vida y crecer más profesionalmente; disfrutar sin pensar que lo van a robar o a matar. Vivo con mi esposa y hace tres meses nació nuestra primera hija. No hemos tenido ninguna dificultad en Manizales, la gente es muy querida, pero sé de otros venezolanos que no han tenido la misma suerte, quizá no han conseguido la misma comodidad que hemos logrado durante todos estos años. Creo que el gobierno venezolano no va a salir por la vía pacífica. Tristemente para que Venezuela pueda cambiar habrá muchos muertos, como en las últimas tres semanas, y lo peor es que el gobierno no los asume, termina echándole la culpa a la oposición. La salida tendrá que ser por un golpe de estado o que este señor renuncie y se vaya, derrocar la dictadura y luego ir a elecciones. Actualmente no volvería a Venezuela, así el gobierno caiga, tengo una vida acá, y pasarán 10 o 15 años para que vuelva a ser lo que el país era antes.
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