JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Hanna fue uno de los tres perros de razas peligrosas retenidos ayer en la ciclovía por la Secretaría de Gobierno, con el acompañamiento de la Policía Metropolitana.
Aunque Mauricio Jurado y su hijo Daniel Eduardo cuestionaban la medida y pedían que no se les llevaran a su mascota de 8 meses, la decisión final fue retenerla y llevarla para la Unidad Animal.
La medida tiene como fin hacer cumplir la Ley 746 del 2002, por medio de la cual se regula la tenencia y registro de perros potencialmente peligrosos, pues a pesar de que fue expedida desde hace 12 años, de acuerdo con la Secretaría de Gobierno, aún se incumple con normas como sacar a este tipo de animales con bozal y con correa o tradilla.
A eso se suma el hecho de que aún muchos no registran sus animales en el censo para perros, no portan su carné de vacunas y los pasean menores de edad,todo lo cual conduce al decomiso.
Esto generó el debate en la ciclovía, pues mientras algunos defensores de animales calificaban la norma de exagerada, y otros más aplaudían la decisión,poco a poco fueron metiendo los animales a los guacales, en medio del llanto y el dolor de sus dueños.
Aunque Mauricio y su hijo insistían en que poco sabían de la norma, de acuerdo con el secretario de Gobierno, Jhon Hebert Zamora, la ignorancia de la Ley no puede servir de excusa para una medida que se seguirá aplicando continuamente.
"Lo que estamos haciendo no solo es un proceso coercitivo, sino preventivo y de socialización, pues aunque desde hace varios años se adelantan campañas educativas y programas de sensibilización, las personas siguen paseando sus animales sin cuidados, generando amenazas para los demás".
No hay marcha atrás
Óscar Ernesto Rodas Herrera, coordinador de la Unidad de Protección Animal y del Grupo de Atención y Rescate Animal (GARA), sostuvo que por lo menos dos veces al mes se adelantan campañas de sensibilización, además de jornadas de desparasitación y vacunación.
Pese a ello, se tomó la decisión de comenzar a sancionar, ante el incumplimiento de la Ley. "Las personas deben entender que sí hay una entidad reguladora, que la Ley se tiene que aplicar y que no es negociable", destacó.
"Aunque a veces nos encontramos a las mismas personas en la ciclovía, y se les reiteran las advertencias, muchas siguen incumpliendo la Ley e incluso se mofan de lo que se les plantea".
Andrés Marulanda, presidente de la Asociación Pitbulleros de Manizales, cuestionó este tipo de procedimientos. Sin embargo, le dio la razón a la autoridad, pues en su concepto se han hecho demasiadas actividades para sensibilizar a los dueños. "Soy consciente de ello y he participado en ellas, aunque puede hacer falta más difusión. No estoy de acuerdo con estas medidas represivas, pero el procedimiento es el adecuado", indicó.
Después de casi una hora de críticas y recriminaciones, Hanna entró a un guacal a la espera de que la devuelvan mañana. A esto se suma una posible sancióneconómica que tendrían sus dueños, que depende del proceso que se les siga. Incluiría una multa de 10 salarios mínimos diarios legales ($229 mil 818) por no llevar bozal y 15 más por no estar registrado en la Alcaldía ($344 mil 727).
La Ley 746 determina que los animales potencialmente peligrosos son los de estas razas: American Staffordshire Terrier, Bullmastiff, Dóberman, Dogo Argentino, Dogo de Burdeos, Fila Brasileiro, Mastín Napolitano, Pit Bull Terrier, American Pit Bull Terrier, De presa canario, Rottweiler, Staffordshire Terrier, Tosa Japonés. Estos animales deben ser siempre conducidos por un mayor de edad, con bozal y tradilla, y estar registrados en el censo para perros.
* Rafael Antonio Taborda: Vengo cada ocho días a la ciclovía y siempre traigo a mi perros Morgan (Pitbull) y a Tony (criollo) con bozal. Sabía de las multas y es excelente, porque es mejor prevenir.
* Julián Gallego: Solo me vengo a enterar de esta norma, pero yo siempre saco a mi animal. Me parece que la medida no puede ser tan estricta, pues unos perros no son tan agresivos.
* Jorge Mario Toro: Independiente de que los animales sean peligrosos o no, es mejor que siempre traigan el bozal. Eso permite que uno pueda sacar a sus hijos con mayor tranquilidad.
Mientras algunos defensores de animales calificaban la norma de exagerada, yotros más aplaudían la decisión, poco a poco fueron metiendo los animales a los guacales, en medio del llanto y el dolor de sus dueños.
Mauricio Jurado y su hijo Daniel Eduardo se negaban a entregar su perro, pues temían que no lo fueran a cuidar bien. Al final, ellos mismos lo metieron al guacal en que se lo llevaron.
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