MÓNICA FRANCO
LA PATRIA | MANIZALES
José Ómar tiene la mirada alegre y sonríe tímidamente mientras comenta que ya no tendrá que guardar la moto donde su vecino del otro lado de la montaña y que se ahorrará $25 mil que le pagaba de garaje.
"Que hayan puesto este puente es una bendición", dice, y señala una estructura de metal que es el nuevo paso que comunica el sector de Las Marraneras con Bajo Galán, instalado con la ayuda de la OMPAD.
José Ómar recuerda muy bien el 31 de octubre del año pasado, cuando ante la mirada atónita de muchos vecinos el puente de cemento que cruzaban la quebrada Las Vallas, que desemboca en la Olivares, se desplomó ante sus ojos después de un fuerte aguacero. "Sonó un estruendo y, cuando nos asomamos, el cemento se estaba partiendo y la estructura completa se cayó".
Desde ese día, por lo menos 100 integrantes de 20 familias que viven en el sector se habían quedado incomunicados. "Los niños tuvieron que dejar de ir a estudiar varias veces cuando la quebrada amanecía crecida, porque nos daba miedo que cruzaran", afirma el hombre, que trabaja en una carnicería de Villamaría.
Manos a la obra
José Ómar continúa con su relato: "Esperamos una semana a que la Alcaldía viniera a hacer algo por nosotros, y nada. Como estábamos incomunicados, reunimos madera y guadua y construimos aquel puentecito que nos abrió de nuevo paso a la sociedad", sostiene, sonriendo nuevamente y señalando una improvisada estructura que, construida a punta de madera que pegaron con clavos y protegieron con costales verdes, les dio paso y vía con Bajo Galán.
Desde esa semana, según él, la rutina para la mayoría de familias cambió drásticamente. "No tener un puente bueno hizo que madrugáramos una hora más todos los que trabajábamos, pues cruzar por el camino de herraje, como muchos le decíamos, era peligroso y había que hacerlo despacio".
A esto le suma que, como tiene moto, no podía llevarla hasta la entrada de su casa, lo que se convertía en minutos más de camino. "Por eso me tocó guardarla donde un vecino de este lado (parte que no se vio afectada con la caída del puente) para poder ir a trabajar en ella. Eso fue un desfalco grande para el bolsillo", asegura.
Todas estas vicisitudes se acabaron el jueves pasado, cuando el director del Sistema Nacional para la Prevención de Desastres, Carlos Iván Márquez, entregó oficialmente el que bautizó el Puente de la Prevención.
Otra historia, nueva cara
Marino vive en Las Marraneras desde hace 22 años y asegura que su economía se vio afectada por la falta de una vía que permitiera el ingreso de vehículos, pues hasta hace cuatro días, según él, se encargó de administrar una pequeña vivienda desde donde debía custodiar hasta 600 cerdos que engordaban en las conocidas marraneras, que le dan el nombre al sector.
"Después de que el anterior puente se cayó, el negocio con los cerdos se acabó. Hoy en día no hay ningún animal aquí", asegura, a pesar de que el olor a estiércol de cerdo predomina en la zona.
Solo tres personas se quedaron sin empleo, según él, pues la gente del área tiene trabajos diferentes en empresas de la ciudad.
Caminando por una vía llena de piedras, rumbo al nuevo puente, Marino dice que 15 minutos antes de que la anterior estructura colapsara, en octubre del año pasado, dos camiones habían entrado y descargado una camada de cerdos. "Ese peso pudo ayudar a que ese puente cediera, pero gracias a Dios hoy todos estamos bien", recuerda. Está agradecido con la Alcaldía por haber puesto un nueva estructura que le da comodidad y seguridad a la población para movilizarse.
Marino dice que pasar por el puente de madera era peligroso, sobre todo para las mujeres que deben trabajar hasta las 7:00 u 8:00 de la noche. "Se arriesgaban a bajar por ese barranco y cruzar por ahí sin saber cómo estaba el cauce de la cañada o qué animales había alrededor".
Ahora el panorama es diferente. Una luminaria que instaló el Invama está al pie del puente, además se utilizaron 18 metros de cercha tubular que le dan soporte y firmeza a la nueva estructura. "La malla que pusieron a los lados es buena para proteger a los niños de caídas. Hay que encomendarnos a Dios para que los dueños de lo ajeno no se vengan a sacar este metal y nos dejen otra vez en las mismas", concluye, y se echa la bendición.
El dato
$30 millones costó la construcción del nuevo puente peatonal en el sector de Las Marraneras (Comuna San José).
Pueden transitar
Según David Fernando Arias, jefe de la OMPAD, el puente resiste el paso de motos y animales de carga, a pesar de que a lado y lado hay un aviso que dice: máximo cinco personas.
Con ayuda Nacional
Con el apoyo de la Defensa Civil, la Secretaría de Obras Públicas y la ayuda de la OMPAD se logró instalar el puente en Las Marraneras, que donó el Sistema Nacional para la Prevención de Desastres.
Satisfechos
Everson Castaño
Gracias a Dios lo pusieron porque cuando uno pasaba por el de madera se deslizaba muy fácil.
Fabián González
Era muy peligroso y nos estábamos exponiendo sin un puente seguro. Hay que agradecer que nos pusieron cuidado como comunidad.
Daniel Steven Mejía
Fui de los primeros en cruzar el puente nuevo y me dio alegría saber que mis amiguitos y yo estamos más seguros.
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