Laura Cristina Cardona y Esteban Gallego
LA PATRIA | Manizales
El jueves de la semana pasada (16 de julio) la secretaria de las Mujeres y Equidad de Género, Matilda González, rindió cuentas pedidas por la Plataforma Feminista de Caldas. Mientras explicaba su gestión hizo un comentario que molestó a algunas personas.
Ella dice en el video que hay unos feminismos que son silenciados o criminalizados y pone un ejemplo: “Yo estoy en desacuerdo con que en un mundo ideal no haya prostitución, yo sí lo haría porque me parece así, porque me excita y también lo que he aprendido de las trabajadoras sexuales es que el cuerpo no se vende, se presta un servicio, como se hace con otros”.
Esta declaración, sumada a la alerta que hizo la Procuraduría el 1 de julio por “presunta irregularidad por promover el delito de inducción al comercio carnal o la prostitución, en campaña institucional en redes sociales”, aumentó la polémica.
La Procuraduría alude a un video publicado por la Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género el 11 de junio que muestra a Shaira Franco, trabajadora sexual y líder, hablando de su paso al trabajo sexual virtual.
El video dice: “Muchas trabajadoras sexuales de la ciudad tuvieron que reinventarse para seguir complaciendo a sus clientes. Pasaron de una calle llamada Las Guapas, a una cámara y un computador”.
El computador que usa Franco en el video fue uno de los tres que les prestó, el 21 de abril, la Secretaría a las trabajadoras sexuales que viven en la casa-hogar transfeminista.
El 8 de julio la Secretaría le respondió a la Procuraduría las preguntas que hace en la alerta (ver documentos adjuntos) y cita a la Corte Constitucional para decir que el trabajo sexual es reconocido en Colombia como un derecho y que no existe lucro en la actividad que desarrolló la dependencia de la Alcaldía de Manizales.
Reacciones
Shaira Franco, trabajadora sexual y líder de la comunidad, dijo que los computadores se los prestaron para capacitaciones. “Obviamente aprovechamos y los estábamos utilizando también para trabajar. Pero ahora sí nos toca devolverlos porque eran prestados”, expresa.
Frente al trabajo webcam dice que, aunque es difícil generar ingresos, es más seguro para ellas: “Puede ser sostenible. Ahora no tenemos materiales necesarios para trabajar, falta una buena cámara, buenas luces, internet con velocidad o un buen computador. No es decir que todas las chicas van a cambiar su trabajo hacia la virtualidad, pero me parece una manera más segura de generar ingresos”.
Sobre la polémica por el comentario en la rendición de cuentas, una abogada en temas de género opinó que era inapropiado. “Las organizaciones a nivel internacional han luchado constantemente para dignificar el trabajo y la explotación sexual. Resulta contrario que una Secretaría de las Mujeres de un municipio no tenga otro tipo de estrategias para consolidar un trabajo digno acorde con los deseos y expectativas de las mismas”.
Vanessa Londoño, líder de Armario Abierto, lamentó que la Secretaría no genere alternativas laborales para las mujeres que desean abandonar el trabajo sexual. “Hubiera sido interesante que el programa fuera integral y que tuviera capacitación para que ellas aprendan a manejar los computadores”, complementó.
Respuesta
"El efecto de la alerta de la Procuraduría es quitarles los computadores a las más llevadas de pandemia", indica Matilda González, secretaria de las Mujeres y Equidad de Género.
Explicó que gestionó el préstamo de 9 computadores con el Sena para continuar con un proceso formativo que iniciaron con las trabajadoras sexuales desde principios de año y se vio estancado por la pandemia.
Además de los computadores, gestionaron cursos: “Los talleres fueron de comunicaciones. Los que brindó Fenalco eran de tecnología y emprendimiento”, cuenta González.
Se enteraron que, en sus ratos libres, algunas mujeres que viven en la casa transfeminista, usaban el computador para hacer webcam. Hubo un comité de orden público con la Policía para hablar el tema.
La Secretaría decidió seguir con el préstamo de la tecnología con el compromiso de que las trabajadoras cumplieran con la formación y redactaran una carta con su sueños y necesidades, esto, “para la formulación de una política pública de trabajo sexual”, agrega la funcionaria.
La secretaria considera que ese era un buen gancho para que las trabajadoras hicieran un proceso formativo, además, les aseguraba salud y seguridad pues no tenían contacto y evitaban salir a la calle.
“Cuatro de las nueve con computador empezaron a virtualizar el trabajo sexual. Hicieron $300 mil mensual en promedio y eso les alcanzaba para alimentación y cuota de vivienda”, dio como resultado del seguimiento.
Sobre el comentario
LA PATRIA le preguntó por las molestias que generó el comentario que hizo el jueves pasado en la rendición de cuentas con la Plataforma Feminista de Caldas, al decir que a ella le excitaría vender su cuerpo. Respondió:
“Cualquiera que sea mi vida sexual, con sexo transaccional o no, es de mi vida privada. No tiene nada que ver con mi trabajo. Es machista juzgar las capacidades laborales de las mujeres basándose en su sexualidad”.
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