MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Humberto de la Calle Lombana dice que ya no es parte de los acuerdos de paz con las Farc, pero el tema se le cuela en cada palabra y la ciudadanía lo siente como personaje insignia del proceso.
Estuvo ayer en Manizales invitado por la Cátedra de la paz, que desarrolla la Universidad Nacional. Llegó en medio de fuertes medidas de seguridad. En el auditorio principal del Campus Palogrande lo esperaban sentadas las 500 personas que le caben, y otras tantas más, sentadas en el suelo, a lo largo de las escalas.
Afuera se quedaron unas 200 personas, según los organizadores de la conferencia Retos de la implementación de los acuerdos de paz, que ofreció De la Calle. Por no poder ingresar, protestaron durante la hora que duró la disertación.
A cumplir
De la Calle manifestó que la construcción de la paz es un legado de la Constitución de 1991. "Estamos finalizando el ciclo que comienza en 1991, con el camino diseñado en sus valores, en sus propósitos y en sus anhelos para poder implantar una paz firme y duradera en Colombia".
De los retos para la implementación del acuerdo, dijo que hay que tener claro que no se está defendiendo la paz chiquita ni una paz militar. "Es una paz más grande. Una invocación a un país que reafirma su libertad, que tiene una filosofía de respeto, de tolerancia y de inclusión; que brinda oportunidad a esta guerrilla para que deje las armas y se incorpore a la discusión civil y a la economía legal, pero también que respeta una gobernabilidad racional".
Aseguró que se debe cumplir lo pactado, no dar marcha atrás. "No es un acuerdo del Gobierno, ya es del Estado colombiano porque lo firmó el Ejecutivo y fue ratificado y refrendado por el Congreso en función de los lineamientos de la Corte Constitucional. Sería un retroceso histórico y ausencia de ética incumplir lo pactado".
Desigualdades
También mencionó como necesario superar la inequidad social en que vive el país. "Cuando nos dan el banderazo de largada, los niños no salen del mismo sitio. Algunos tienen una ventaja, que no es producto de sus méritos ni de sus padres, sino de condiciones que contrastan con las trampas de la pobreza que inmovilizan a la sociedad. Hijos de padres que no han tenido educación, no salen de allí. Personas nacidas en las costas Pacífica y Atlántica y en pequeños poblados tienen mayor dificultad para superar el entrampamiento. El mayor incremento del nivel de vida y de progreso se está dando en zonas urbanas y grandes urbes, el campo se ha quedado".
Por eso dijo que el punto uno del acuerdo de La Habana lo que pretende es recuperar el campo y los campesinos, ponerlos por lo menos en situación equivalente al desarrollo de las masas urbanas que han venido incorporando 11 millones de colombianos en la última década a la clase media.
Reconciliarse
Aclaró que el conflicto no termina con la finalización de las Farc como grupo armado. "Vamos a tener nuevos conflictos", reconoció. "La sociedad en sí misma tiene desajustes que deben que ser superados. ¿Cómo hacerlo? Por el diálogo razonable, con un énfasis en la seguridad humana, con una capacidad de entender las ideas de los demás, de ponerse en los zapatos del otro buscando soluciones".
Dijo que para el posconflicto, lo primero como sociedad es la capacidad de reconciliación. "El perdón es de cada quien. Cada víctima decidirá si perdona o no, pero hay que hacer un esfuerzo colectivo y crear un escenario para la reconciliación. Tenemos que ser capaces de reencontrarnos como país. No podemos seguir 52 años más en conflicto".
Yéferson Ortega, estudiante primer semestre Ingeniería Química
- Cerca de las zonas veredales ha habido presencia de fuerzas armadas de extrema derecha. ¿Tienen algún plan para que esto no sea un tropiezo para las Farc dejen las armas?
Han habido es movimientos de bandas criminales, que no tienen sentido político, como el clan de Los Urabeños, narcotraficantes que buscan copar territorios que han dejado las Farc. Eso genera es un deber del Estado de controlar esos territorios.
José Yesid Bonilla, pensionado
- ¿La reforma política es mejor por la vía ordinaria o por fast track?
Es digno de apoyo un propósito reformista. El fast track es una medida transitoria y excepcional, que genera unas tensiones, y no se debería exagerar en su utilización. Debe ser exclusivamente para aquello que se desprende de lo acordado en La Habana, otras reformas podrían ir por la vía ordinaria. No debemos perder la ruta.
Carlos Polo, profesor de toxicología en la Universidad de Caldas
- ¿Qué pasa con la cúpula de militares jubilados, que no quieren que se les apliquen los Estatutos de Roma?
Es una discusión compleja, se viene tratando en la Comisión Primera del Senado. Colombia es parte del Estatuto de Roma, fue una decisión voluntaria y no depende de La Habana, por lo tanto está sujeto a la posible intervención del tribunal de Roma. Si no hay justicia razonable en Colombia, siempre hay la hipótesis de que el tribunal pueda intervenir. Una solución para eso es una justicia razonable en Colombia, que se desprende de lo pactado.
Vanessa Giraldo, estudiante grado once del LANS
¿A qué problemas nos podemos enfrentar cuando se empiecen a implementar los acuerdos con las Farc?
El acuerdo debe verse como oportunidad, no como conjunto de normas o preceptos. Esa discusión va a ir pasando de plano, entre otras cosas porque las propias Farc dejarán las armas y generará un ambiente diferente en Colombia. Ojalá continué la discusión de las ideas desde puntos de vista distintos. Ese es el dilema y el ritmo que seguirá la implementación de los acuerdos.
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