MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Con tiendas, supermercados e hipermercados o el desorden en la Galería, la tradición del mercado campesino ha ido desapareciendo, aunque en Peralonso sobrevive uno desde 1997.
Celmira Castaño recuerda que cuando tenía tres años su mamá la llevaba cada sábado al mercado libre de Liborio, a cuidar los costales de los productos que traían desde la vereda Pueblo Rico (Neira) hasta Manizales.
50 años después sigue con la tradición, aunque detrás de las brasas de un fogón mientras asa arepas y frita chicharrones, en el restaurante del mercado libre de Peralonso.
Allí llegó con su esposo, Diego García, hace 16 años cuando la Alcaldía empezó a trasladar a los vendedores de Palillos, cerca a Fundadores. Los miembros de la Asociación de Usuarios Campesinos del Mercado Libre aceptaron recibir en comodato ese espacio.
"Éramos unos 90 vendedores y ahora quedamos 14. Al inicio no había supermercados, la gente de todas partes de la ciudad iba a comprarnos", comenta don Faudilio Sierra Ruiz, fiscal de la Asociación, y que ha recorrido todos los mercados populares de Manizales.
Reconoce que las ventas no son las mismas y que estar cerca al Centro de la ciudad es una ventaja, pero está orgulloso de lo que ha construido en Peralonso con sus compañeros.
Jornada
El mercado funciona de viernes a domingo. Unos preparan sus puestos el jueves en la tarde, como Celmira que deja listo el maíz para las arepas y el relleno para los tamales, mientras su esposo organiza el puesto de frutas. "Me encanta limpiar y tener todo en su lugar, para que las cosas se vean bonitas y la gente se sienta bien", indica Diego.
Los hermanos Manuel y José Ochoa, en cambio, prefieren llegar el viernes por la mañana con su campero cargado hasta el techo de plátanos, naranjas y mandarinas, que cultivan en la vereda San Peregrino. "Nos gusta traer todo fresco, para vender al menudeo y a los compañeros del mercado", señala Manuel.
Don Faudilio aprovecha para desgranar con tranquilidad medio bulto de alverja, mientras charla con un amigo sobre lo buena que está la cosecha. Sabe que sus clientes se tardan en llegar, pero son fieles.
Benjamín Ortiz y Liborio Arenas viven en Alta Suiza y visitan el mercado libre de Peralonso cada 15 días. Dicen que tienen la costumbre de comprar los productos frescos, limpios y a buenos precios. "Cuando el mercado estaba en la Autónoma llevaba a mis hijos. Siempre he preferido las plazas que los supermercados", enfatiza Liborio.
Para María Teresa López, habitante de los Rosales, la atención de los vendedores es otro enganche para ir hasta Peralonso. "Está la posibilidad de escoger lo que uno se va a llevar", agrega.
Compartir o competir
Entre venta y venta, el tema del traslado de vendedores de perecederos del Centro Histórico de Manizales al mercado libre se cuela por los puestos de Peralonso. "Si llegan más vendedores van a llegar más compradores", dice optimista doña Libia García, pero aclara que los nuevos deben buscar su propia clientela.
Celmira, por su parte, enfatiza en que la Alcaldía debe poner unas condiciones a las personas que se van a unir al mercado. "Si llegan a Peralonso, que sus servicios y gastos se cobren aparte. Nosotros ya estamos organizados y si los incluimos en la asociación van a ser mayoría, ellos son 37 y nosotros 14", argumenta.
Reconocen que la idea de la Alcaldía de ampliar el mercado los beneficia, ya que ampliarían los puestos, las bodegas y, según la propuesta que les hizo un funcionario hace dos semanas, hasta realizarían campañas de publicidad en la ciudad.
"Que envíen un proyecto por escrito, porque las palabras se las lleva el viento", insiste Celmira.
Las ventas por el Centro
Rosaura Ávila es vendedora informal de alimentos perecederos desde hace 25 años. Tiene tres hijas, dos le ayudan en el trabajo y una está embarazada. Lo primero que hace antes de ir a trabajar, es alistar a su nieta para el colegio.
En la calle 19 con carrera 23 ubica cajas y bolsas de tomate, cebolla, papa, pepino y mora. Dice que empieza y termina tarde, de 10:00 de la mañana a 8:30 de la noche. "Estos días las ventas han estado malas, a veces solo me hago $20 mil", indica.
La idea de que la trasladen al mercado libre de Peralonso le aterra, aunque sabe que son solo 37 cupos y son casi 100 los que están en el Centro.
Mientras ofrece sus productos, comenta con dos compañeros sobre otras opciones que les puede ofrecer la Alcaldía, como crear un centro de acopio en la antigua Terminal o ubicarlos en puntos estratégicos de la carrera 23.
"Si nos vamos para Peralonso el producido se nos va ir en pasajes. Además nadie se va a gastar $3 mil pesos para ir a comprar una bolsa de tomates hasta allá", argumenta.
Mientras deciden qué hacer con ellos, Rosaura asiste a las reuniones y va a los plantones que realizan los vendedores en la plazoleta de la Alcaldía.
Protestas y negociaciones
Según el Plan de Ordenamiento Territorial de Manizales, en el centro de la ciudad no está permitida la venta informal de alimentos perecederos. Para cumplir esta norma, las Secretaría de Gobierno presentó la propuesta de trasladar a los vendedores a la plaza de mercado libre en Peralonso.
Paula Andrea Sánchez, secretaria de ese despacho, explicó que máximo 37 vendedores informales tendrían un acompañamiento social, créditos con intereses bajos y una estrategia de publicidad.
Como muestra de su desacuerdo, los vendedores han realizado marchas, plantones y bloqueos. Wilson Jaramillo, presidente del Comité Único Central Informal (CUCI), señaló que la Alcaldía no ha mostrado estudios que garanticen la viabilidad económica de irse a otro sector.
El alcalde Jorge Eduardo Rojas expresó el pasado martes que están contemplando otras opciones aparte de Peralonso. "Algunos parques pueden tener ventas de perecederos, como fruta fina o de verdura en algún caso, pero no tirado en la calle sino en puestos serios donde puedan vender de manera diferente".
Advirtió que los vendedores se tienen que ir del Centro y que la fecha límite para definir todo el proceso es de un mes. El pasado viernes hubo una reunión entre vendedores y representantes de las secretarías de Gobierno, Medio Ambiente y Planeación, pero no llegaron a un acuerdo.
En voz de protesta
Los vendedores de la carrera 23 han manifestado de distintas formas su desacuerdo con el traslado a Peralonso.
* 21 de junio, bloqueo de la carrera 22 con calle 19 por dos horas.
* 10 de julio, marcha al mediodía por la carrera 23 hasta la Alcaldía.
* 26 de julio, plantón en la plazoleta de la Alcaldía y caminata por la carrera 23.
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