
Jacobo fue su nombre religioso, Jaime Aristizábal, el de pila. Este manizaleño, que murió el pasado martes en la noche en la capital de Caldas víctima de un infarto, fue el primer presbítero en Colombia de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Sus honras fúnebres se realizaron ayer en la tarde en el parque cementerio La Esperanza, en compañía de varios de sus fieles, unos 100 en la ciudad calcula el sacerdote Marcos, Carlos Henao.
Jacobo fue el primer monje (que nunca se casó) que inició en el país con esta devoción que pertenece a las iglesias cristianas. Era la segunda cabeza de los ortodoxos, después del obispo, por lo que todos los religiosos lo respetaban y obedecían. Tenía 68 años, fue teólogo, de la Universidad Javeriana, y filósofo, de la Universidad de Caldas.
Tenía a su cargo la formación de los seminaristas, y era el párroco de la iglesia Santa María Virgen de Dios, ubicada en la calle 18 con carrera 13.
“El padre Jacobo no deja obras físicas, pero sí una muy buena obra. Fue la primera persona en Manizales que habló de ortodoxia. Quiere decir que es una, santa, católica y apostólica.
Iglesia de Dios, de los apóstoles y universal. Tiene sus orígenes en Jerusalén”, explicó el padre Marcos. En Manizales, los ortodoxos tienen otra iglesia en el barrio Villa Café.
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