Vanessa Sánchez, Margaret Sánchez y Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
Cuando los rayos del sol desaparecen, 28.699 luminarias se activan en vías, barrios, canchas y parques de Manizales.
Así funciona el alumbrado público. Un sistema que nació casi desde que el hombre descubrió el fuego y que ha evolucionado de la mano de las nuevas tecnologías.
Guillermo Antonio Valencia, instructor de electricidad del Centro de procesos industriales del Sena Caldas, indica que las luminarias están hechas de un material metálico resistente al sol y al agua, y no representan peligro para las aves que se posan en ellas ni para los operadores que las manipulan.
Explica que cuando la luz es baja el fotocontrol (Ver infográfico Dentro de unalumuniaria) se acciona y se prende automáticamente.
“La vida útil depende de la cantidad de veces que la luminaria de vapor de sodio se prenda y se apague. Por lo general duran 10 años. Para una avenida, se usan lámparas de alta potencia (120 vatios) y en las calles de los barrios se emplean unas de menor potencia de 70 vatios”, comenta.
Costo-beneficio
Agrega que el costo promedio de una lámpara de sodio es 250 mil pesos, una led vale 400 mil pesos y su vida útil se duplica. No obstante, aclara que en las ciudades donde aún emplean la tecnología led resulta muy costoso. Las de sodio de alta presión brindan mayor eficiencia y menor potencia lumínica.
El ingeniero Jhon Jairo Castro, líder de proyecto de Alumbrado Público del Invama, precisó que en la Avenida Santander tienen luminarias Led de 100 vatios, desde Fundadores hasta el Batallón. Es un modelo que tiene una vida útil de 60.000 horas, 40% más que las 230 luminarias de vapor de sodio de 250 vatios que estaban antes, que durarían unas 24.000 horas.
En ese trayecto, también cambiaron el sistema de fotocontrol, por el de telegestión, que enciende las luminarias desde un punto de control.
En 1939 la familia Saravia llegó a lo que hoy se conoce en Manizales como el barrio Chipre Viejo. Solo había unas cuantas casas. El resto eran potreros y cañadas. La luna y los cucuyos rompían, tímidamente, la oscuridad de las noches, en un sector que aún tenía más de rural que de urbano.
Don Arturo, de 84 años, recuerda: “Uno llegaba del centro de la ciudad por viejos caminos y todo era negro-negro. En algunas callejuelas había caperuzas, alimentadas con querosene o gas”.
La situación de Chipre Viejo era similar a las de otros sectores de la ciudad, fundada el 12 de octubre de 1849. ¿Entonces, como alumbraban las calles los primeros pobladores?
La respuesta la tiene Vicente Fernán Arango, historiador de Manizales: “En los años iniciales de fundación sucedió lo mismo que en las demás ciudades de Colombia: se utilizaban lámparas de aceite”.
Recuerda que luego se pasó a las lámparas de gas y de querosene. “La gente más pobre les echaba higuerilla, planta muy común en la región, cuyo aceite sirve de combustible. Claro que su olor era insoportable”.
La referencia de Arango corresponde a la segunda mitad del Siglo XIX y a la primera década del XX. De ahí en adelante la energía eléctrica empezaría a ser la protagonista, a pesar de que las lámparas de aceite, querosene y gas se usarían por décadas, mientras aumentaba la cobertura eléctrica.
Más reseñas
En el libro la Historia de Manizales, del padre Fabo de María, se lee la siguiente reseña: “Tuvo el Concejo de 1915-1917 la acertada idea de montar una poderosa Planta Eléctrica Municipal que libertara al pueblo de las imposiciones que en otro tiempo hubo de sufrir por empresas particulares. Esta planta estaba a punto darse al servicio en noviembre de 1917 y efectivamente entró a dar luz y fuerza en enero de 1918...”.
Es decir, que empresas privadas prestaban desde antes el servicio. Vicente Fernán Arango indica, de manera jocosa: “Sí, ya había alumbrado público, pero realmente iluminaba más una naranja madura”.
Don Arturo, el señor del barrio Chipre Viejo, habla de lo que vio en los años 40, 50, 60. “Como no había alumbrado público, sacábamos instalaciones y las instalábamos de una casa a otra pasando la calle. En la mitad poníamos un bombillo casero para iluminar las calles, así fuera un poco”.
Sin oscuridad
Poco a poco don Arturo y los demás habitantes de su barrio, y otros de la ciudad, vieron llegar sistemas nuevos de iluminación de espacios públicos. “Recuerdo que en la esquina de mi casa, donde antes poníamos un bombillo casero, instalaron una de mercurio”.
La Chec estuvo a cargo del alumbrado desde los años 50, recuerda Arango. Luego, el Gobierno ordenó su cobro directamente a los ciudadanos, por lo que el Municipio sacó el servicio a licitación pública, la cual ha sido ganada por la Empresa de Energía de Pereira para suministrar energía a las 28.699 luminarias que hay en las calles, parques, escenarios y avenidas de la ciudad.
“Los cucuyos no volvieron, la luna solo brilla cuando está llena, y nosotros nos beneficiamos con dos bombillas en nuestra calle, además de la luz que dan las ubicadas en la Avenida”.
Guillermo Antonio Valencia, instructor de electricidad del Centro de procesos industriales del Sena Caldas, indica que las luminarias están hechas de un material metálico resistentes al sol y al agua, y no representan ningún peligro para las aves que se posan en ellas ni para los operadores que las manipulan.
Explica que cuando la luz es baja el fotocontrol acciona y se prende automáticamente; sus pocas piezas permiten que cuando una de ellas sea reemplazada rápidamente. “La vida útil depende de la cantidad de veces que la luminaria de vapor de sodio se prenda y se apague. Por lo general duran 10 años. Para una avenida, se usan lámparas de alta potencia (120 vatios) y en las calles de los barrios se emplean unas de menor potencia de 70 vatios”, comenta.
Agrega que el costo de una lámpara oscila entre los 250 mil pesos, a comparación de una led, la cual cuesta 400 mil pesos y su vida útil se duplica. No obstante, aclara que en las ciudades donde aún emplear la tecnología led resulta muy costoso, las bombillas de sodio de alta presión, brindan mayor eficiencia y menor potencia lumínica.
El ingeniero Jhon Jairo Castro, líder de proyecto de Alumbrado Público del Instituto de Valorización de Manizales, explica cómo es el proceso para iluminar la capital de Caldas.
Fuentes:
- Los albores del alumbrado publico, en Bitácoras de Bogotá.
- Valoración de empresas de concesión de alumbrado público en Colombia, por
- Germán Villegas Londoño
- Invama
- Centro de procesos de industriales del Sena Caldas.
- Aguas de Manizales
- Breve historia del sector eléctrico colombiano, Luis Guillermo Vélez Álvarez, docente, Universidad EAFIT
- Página web de la Chec
- Fotos: Harry Gallego, Estiven Ocampo y Darío Augusto Cardona.
- Historia de la Ciudad de Manizales. Del padre Fabo
- Luz solar se convierte en energía, Karol Ramírez. LA PATRIA. 29 de abril del 2016.
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