MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Ser el municipio de Colombia con el porcentaje más alto en votos nulos es para preocuparse. Ese lugar lo ocupó Manizales en las elecciones para alcalde en el 2011.
Fuera de ello, y basados en la encuesta que contrató LA PATRIA con la firma Cifras & Conceptos, 26% de consultados estaban indecisos sobre por quién votarán en la elección de mañana.
Además, en los últimos 12 años el porcentaje de abstención electoral, si bien es similar el promedio nacional 50 y 60%, resulta siendo alto para una ciudad como la capital de Caldas.
Son muchos los votos que no están en poder de ninguna fuerza política, y al parecer podrían quedarse en estas franjas según indicaron dos expertos de la Universidad de La Sabana, que analizaron estas situaciones.
Cada vez menos votantes
Iván Garzón, politólogo, director del Programa de Ciencias Políticas de La Sabana, explica que la abstención está asociada a la apatía y al desinterés de los ciudadanos, pero también al desconocimiento de lo que está en juego en las elecciones regionales.
“Quizá los ciudadanos creen menos en la posibilidad de que ese voto pueda marcar la diferencia, y en ese sentido la abstención puede mantenerse en los promedios usuales”.
En cuanto a los votos nulos, dice que están asociados a dos prácticas: voto protesta, como expresión disidente y una forma de demostrar la desconfianza en el mecanismo electoral. La segunda, más difícil de comprobar, es la posibilidad de la manipulación de los tarjetones a la hora de contar los votos, mostrando la importancia y transparencia de los testigos y que las registradurías sean lo más expeditas posible.
En cuanto a los indecisos, Garzón sostiene que es natural que haya un porcentaje de quienes se deciden en la fila el día de las elecciones. “Pasa siempre y ese porcentaje es difícil de determinar. Es un fenómeno que al mismo tiempo es difícil de controlar porque resulta siendo más amplio que el que arrojan las encuestas”.
Agrega que otro punto que se debe tener en cuenta es que los votantes decididos, los afiliados a un partido, son cada vez menos, pues la gente vota más por candidatos independientes y no por maquinarias. “La votación, entre más urbana sea y se asocie más a sectores educados y con conocimiento está más cerca de lo que se llama el voto de opinión. Darles un voto de confianza a los mismos con los mismos hace que los apáticos encuentren una razón para no salir a votar”.
Faltan beneficios
Hernán Olano, abogado constitucionalista y director del Programa de Humanidades y analista político de La Sabana, señala que muchas veces la apatía para participar en política está en que no le reporta nada a nadie, por bueno el programa que se presente. Además, que los beneficios electorales no son atractivos para muchos o no los conocen.
“Gozar medio día de trabajo compensatorio por haber votado o ser preferido para auxilios educativos o para auxilios de vivienda o para ser elegido en un cargo de carrera administrativa o una carrera de pregrado en una universidad pública exhibiendo el certificado electoral o un mes menos de servicio militar, no llama la atención. Quisiera seguramente otros beneficios como una rebaja en un impuesto, algo que le represente más que el 10% de rebaja en el pasaporte, que es lo que también está incluido allí”.
Suma que cada vez es más el número de personas que se abstienen de votar por la mala imagen de las corporaciones públicas, y que se convirtió casi en refrán popular la frase “para qué voto si todos van a llegar a robar”.
“A la gente le parece injusto que por unos honorarios en concejo y asamblea o una remuneración salarial a quienes llegan al ejecutivo finalmente no se le arregle la situación, no consiga trabajo, no tenga cómo hacer mercado, le tapen el hueco de la esquina, le regularicen los servicios públicos, cosas que son del día a día. Y ese es el inconveniente que se presenta en las ciudades”.
Falta cultura electoral
El experto Hernán Olano dice que la existencia de los sistemas electorales de lista cerrada y voto preferente (lista abierta) han hecho que la gente no sepa si tiene que marcar solo la casilla del partido o la casilla y el número del candidato. “Hace falta mucha pedagogía en materia electoral, no solo para los jurados, que son los que muchas veces incurren en errores al contabilizar los sufragios, sino también a quienes acuden a las urnas. Fuera de ello, los tarjetones son tan inmanejables porque únicamente aparecen los números y los partidos, que no le permiten identificar al amigo al vecino. Si no tiene muy claro el partido por el que va y el número de ubicación en la lista, hace que la gente desista de dar el voto y lo anule”.
Indica que se cumplen 25 años de la primera elección con tarjetón, antes se utilizaba la papeleta. Llegaron a existir unos 250 partidos políticos y ahora son como 16.
Sobre votos nulos
“Cuando uno habla de mapas de riesgo electoral piensa en presencia de guerrilla, paramilitares y crimen organizado. Esa no es la situación en Caldas. Hay un dato que quizá ha pasado inadvertido: de los 1.102 municipios del país, Manizales fue en el 2011 campeón nacional del voto nulo en elecciones para Alcaldía (4,4%), y de los 30 municipios con mayor voto nulo del país, 10 son de Caldas”, afirma Adriana Villegas, directora de la Corporación Cívica de Caldas.
Los otros municipios que ocuparon altos puestos en este tema son Supía (2), Aguadas (3), Villamaría (9), Marmato (12), Neira (14), Chinchiná (15), Riosucio (18), Pácora (19) y La Dorada (30). En el 2011, los votos nulos en Caldas para asamblea, gobernación y JAL también ocuparon primeros lugares en el país.
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