
La hermana Leonor Gantiva Alzate, rectora del Colegio Divina Providencia, lloró silenciosamente ayer durante la entrega de la casa del líder comunitario John Jaime Alzate Espejo a un inspector de Policía y a funcionarios de la Empresa de Renovación Urbana de Manizales (ERUM).
La religiosa y otras nueve personas, dos empleados del colegio y siete miembros de las juntas de Acción Comunal y Administradora Local de San José llegaron a apoyarlo, aunque fuera moralmente. Un juez ordenó desde el 2014 la expropiación del predio.
Antecedentes
La historia de este bien, propiedad de la esposa y cuñadas del líder, comenzó en el 2009, siendo alcalde Juan Manuel Llano. Pasó por la decisión de entrega anticipada; rechazo de avalúos, pues solo les ofrecieron $65 millones, y revisión de los mismos, y finalmente el inicio del proceso de expropiación por no acogerse a la venta voluntaria.
Alzate Espejo alega que la vivienda no es un requerimiento urgente de la ERUM, porque la Avenida Marcelino Palacio ya pasó por esta zona, está a unos 80 metros de la casa, y que no hay proyectos para desarrollar en un corto ni mediano plazo.
Lo ve más bien como una retaliación, ya que también es locutor y ha criticado duramente a la Administración actual y fue de los miembros del Consejo Territorial de Planeación que le dieron un concepto negativo al Plan de Desarrollo Municipal, antes de que llegara al Concejo para hacerle modificaciones y aprobarlo.
El alcalde José Octavio Cardona y el gerente de la ERUM, Néstor Jairo Tabares, afirmaron en una publicación que hizo ayer LA PATRIA que no se trata de decisiones personales sino de cumplir con la orden que un juez le dio a la Administración desde el año pasado, pero que se había aplazado por decisión de una inspección de Policía. Además, que todas las viviendas de la zona fueron declaradas de utilidad pública para los frentes del Macroproyecto San José.
Pesar
A las 8:40 de la mañana de ayer llegaron las autoridades en una camioneta y con documentos en mano. Ya estaban Alzate Espejo con un familiar y el resto de los acompañantes. Por solicitud del líder, el inspector y la delegada de la ERUM ingresaron a la vivienda a inspeccionar su estado. Luego vinieron las firmas de rigor, cruce de algunas palabras, la entrega de llaves y la partida. Así de simple.
Alzate Espejo, quedó como paralizado, de pie, con la cabeza gacha en señal de derrota. Después de 35 años en esa casa, su familia y pertenencias las tiene regadas. Sus dos hijos y esposa están en La Sultana, en casa de una cuñada, y él, con la mayor parte de bienes muebles, en una pequeña casa encima de la sede de la Acción Comunal, que le arrendaron mientras soluciona la situación.
Las lágrimas de la hermana Leonor seguían corriendo por sus mejillas. Para ella, John Jaime, padre de una exalumna del Colegio, es como un ángel de la guarda que llega cada que requiere de seguridad, de un arreglo físico en el plantel.
Alzate Espejo ya reincorporado, respondió que ahora viene la desconexión de servicios público, que deberá hacer la ERUM para iniciar la demolición. En la calle 30 con carrera 14A quedará un lote, en medio de casas, pues por el momento ni la Alcaldía ni la ERUM definieron para qué iniciativa del Macroproyecto se necesita esta propiedad.
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