MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Cada ocho días don Carlos Barrera Marulanda tiene una cita con la historia de su barrio: San José en Manizales, a donde llegó con sus padres y hermanos a vivir en 1954.
Ya tiene 75 años y sigue habitando la casa familiar, a una cuadra del parque principal, en la calle 28 con carrera 16. Cuenta que lo trajeron muy pequeño a Manizales, procedentes de la vereda La Florida (Villamaría), y en esta ciudad hizo sus estudios hasta la secundaria y formó familia.
Desde su llegada han pasado 68 años y nunca ha querido moverse de San José, igual que otros vecinos. Se aferraron al tejido social y a las relaciones de vecindad que establecieron las familias y por eso permanecen, aunque en la última etapa las cosas no han sido tan positivas, afirma.
La cita que sagradamente cumple don Carlos todos los martes, de 3:00 p.m. a 5:00 p.m., es con las tertulias de la historia de la Comuna San José, que se realizan en la Casa de la Cultura. "A este espacio vienen muchas personas mayores con algún recorrido histórico, unos vienen a escuchar y otros a aportar", expresa.
Primer momento
Don Carlos Barrera sostiene que la historia de San José hay que dividirla en tres momentos. El primero va desde 1925 hasta 1944.
"En 1925 fue el segundo de tres incendios en Manizales, se quemaron 32 manzanas. Ahí arranca la primera parte de San José, en vista de que a un 70% de quienes se les quemaron las casas en el Centro se vinieron a comprar solares y a construir aquí sus viviendas; era el barrio más cercano al Centro y el más plano".
Agrega que hasta 1944 San José se fue poblando de gente de clase media alta. No existían los barrios adyacentes de la actualidad (Asís, Jazmín, Maizal, Holanda, entre otros), pues todo eran terrenos, la mayoría dedicados a potreros a donde llevaban las vacas lecheras a pastar. "En ese entonces se usaba el ordeño en los portones de las casas".
Segundo momento
Este hombre sigue su relato y se ubica ya pasado el año 1944 en medio de la violencia bipartidista entre conservadores y liberales, que tocó a los pueblos cercanos a Manizales. "Muchos de sus habitantes, como en lo que hoy en día es el desplazamiento, pero entonces por violencia política, se vinieron a establecerse en los potreros y mangas cercanas a San José, y se comenzó a poblar más".
Se formaron los barrios periféricos Maizal, Holanda, Galán, Asís, Jazmín, parte de Colón, Estrada y Sierra Morena. "Esto influyó para que quienes vivían en San José al ver que se estaba llenando de gente pobre y humilde se empezaron a ir hacia barrios como Versalles, Lleras. Apareció aquí también el barrio La Avanzada, que tiene ese nombre porque por ahí entraban todos los productos de pancoger que venían de las fincas del norte de Caldas. No existía la carretera, sino un camino de herradura llamado Camino del Medio, que todavía existe. Por allí subían las recuas de mulas y bueyes cargados de productos para dirigirse al Parque de Bolívar, que era la plaza de mercado".
No obstante, don Carlos sostiene que el barrio siguió igual de próspero y agradable; llegó a ser el que tenía el mayor número de escuelas y colegios de la ciudad, 16 o 17. "Era un hervidero de niños que se cruzaban a diario para un lado y para otro hacia sus instituciones. En ese entonces las familias eran de 6, 8 hijos o más".
Recuerda la Escuela Social Campesina, un internado de niñas manejado por religiosas que funcionó donde hoy está el edificio de la Judicatura; el Liceo Femenino, que era otro internado para niñas; el Colegio San Agustín, donde hoy funciona la Casa de la Cultura; la Escuela Corazón de Jesús, que la construyeron en 1928.
Tercer momento
El buen vivir en San José se daba, sostiene don Carlos, a pesar de tener muy cerca a La Avanzada, que hacia las décadas del 50 y 60 se había vuelto zona de cantinas, bailaderos y mucha prostitución, pero no impedía que residentes de otros barrios de la ciudad llegaran allí los viernes y sábados para aprender a bailar tango y milonga.
San José se fue superpoblando, expresa, pero seguía siendo un barrio de familias que se conocían y se unían para muchas cosas: las fiestas navideñas, los festivales gastronómicos liderados por sacerdotes, la Semana Santa, la retreta de la Banda Municipal o el cine gratis para los niños en el parque y las competencias deportivas.
Don Carlos cita que a partir de 1990 se crearon las comunas en Manizales y que les tocó la número Dos, luego recibieron el nombre de Comuna San José. Se salta hasta el año 2008, cuando asume como alcalde Juan Manuel Llano con su propósito de hacer el Macroproyecto San José.
"Ilusionó a la comunidad diciendo que reubicaría en apartamentos a quienes vivían en ranchos, pero empezaron a sacar a las familias y a tumbar casas. No se hizo un cambio social sino un desplazamiento y acabaron con las raíces. Esta última parte de la historia es la más amarga para San José, porque la Comuna quedó semidestruida. Lo que eran barrios volvieron a ser potreros".
Foto|Archivo|LA PATRIA
Lo que fueron barrios y casas de esta Comuna ya desaparecieron por la ejecución del Macroproyecto San José, que tras 12 años de haberse iniciado no han podido culminar las administraciones.
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