MARTHA LUCÍA GÓMEZ*
LA PATRIA | Manizales
Porky nació en julio de este 2020 en Caldas, junto con otros nueve lechones, pero su mamá, Chancha, ya había tenido un parto. Como toda buena madre, mientras los alimentaba a todos pegados de su ubre dejó que Marrangastangas, un hermano mayor que todavía estaba en la granja, se les acercara a los recién nacidos.
Marrangastangas, sin pelos en la lengua, les contó la verdad a los pequeños, y Porky quedó paniquiado. Les dijo que en febrero, cuando nació, escuchó que algunos países del mundo estaban agitados por un bicho que había llegado de China, enfermaba a los humanos y hasta los mataba. Hablaba del coronavirus.
Porky lo escuchaba atento. Les dijo a los cerditos que para marzo la cosa se puso color de hormiga en Colombia, pues el bicho llegó por avión o por algún lado de estas tierras y se fue apoderando de los 32 departamentos. Les aclaró que esto fue terrible para la gente, pero que él escuchó de los que estaban en otras cocheras que eso sería bueno para los caribajitos, o sea los de su especie, pues podrían sobrevivir al temido diciembre.
De parranda
¿Y por qué?, le preguntó con su vocecita el recién nacido Porky. “Manito pues que nosotros somos parte del pan de cada día de muchos humanos, y en diciembre ellos nos prefieren para celebrar las fiestas de Navidad y Año Nuevo: pasamos a mejor vida”.
Marrangastangas siguió con su relato. Explicó que el presidente, Iván Duque, mandó para la casa a buena parte de la población humana, para que se cuidara y no se les pegara el bicho, prohibió las aglomeraciones, las fiestas y reuniones de más de 10 personas.
Entonces que en las granjas, los cerdos hicieron cuentas y consideraron que si eso seguía así, seguramente en diciembre serían muchos menos los sacrificados de su especie. Hubo fiesta.
“Eso fue una rumba les cuento. Comida por montones: maíz blanco y amarillo, arroz, trigo, cebada, tortas de soya y de girasol cubiertas de grasita y sebo; papa cocida y plátano maduro; frutas, leche y suero lácteo. Ah, y también pasabocas de palmiste, que es la almendra de la palma”.
Confesiones
Estaban felices. “Y cómo no”, agregó Marrangastangas. “Que pena pues con ustedes con lo que les voy a contar, pero fue una dicha salvarse de ser llevados a las centrales de sacrificio, donde la muerte es rápida y sin dolor, pero al fin y al cabo muerte”.
¿Y cómo es pues eso?, volvió a preguntar Porky. “Nos llevan en carros hasta allá, nos dejan en un corral para que descansemos, pasamos en fila y nos dan un corrientazo que nos priva, caemos a unas bandejas y luego viene el desangre rápido. Chicos, no se asusten porque no duele y hay que ser valientes y hacerles honor a nuestros antepasados. Para eso nacimos, para ser alimento. Pero hablen pasito, que de pronto despertamos a mamá Chancha”.
Marrangastangas les hizo a los cochinitos otra confesión. “Miren pelados, es mejor que se mentalicen con eso, pues es nuestro destino, o ustedes quisieran ser sacrificados mejor por un matarife en una finca.
“El primo Puerquito tuvo esa suerte este año. Un humano que no acató las normas ni las medidas de bioseguridad del presidente Duque hizo una matada de marrano, porque así le dicen, e invitó a varios amigos con sus novias. Eran como 25 personas. A la finca llevaron un matarife.
“El hombre llegó con cuchillos y a sangre fría le empezó a dar chuzones a Puerquito, que no moría con ninguno; al punto que salió corriendo y chillando con el cuchillo clavado. Las viejas se pusieron a llorar y los manes y el matarife salieron detrás de Puerquito y lo alcanzaron. Le dieron más cuchillo y Puerquito se empezó a desangrar, poquito a poco. El hijuemadre matarife dijo que ya podían pasar a Puerquito a que lo chamuscaran. Ya estaba el helecho preparado y la candela prendida. Lo llevaron hasta allá, se empezó a chamuscar, pero resulta que seguía vivo y volvió a levantarse. Eso dizque fue horrible, todo el mundo gritaba”.
Fueron muchos
Marrangastangas, que es un avión para conseguir datos, se había pillado una conversación de los dueños de la granja en la que decían que hasta las importaciones de carne de cerdo estaban por el piso; que debido al confinamiento se fueron cerrando los sitios para comercializar los cerdos y solo quedaron las grandes superficies.
“Nos fuimos acumulando en las granjas. Solo se escuchaba ¡oink, oink! por toda parte. Los dueños tuvieron más gastos en alimentación y producción y el flujo de caja les cambió. Tuvieron que vender a precios más bajos. Como que muchos se quebraron y tuvieron que vender hasta el entable. Por ejemplo, yo me pasé de kilos y ya no sirvo para la venta, pues los dueños prefieren un cerdo de buen peso, pero sin exceso de grasa, y hermanitos, miren mis medidas”, señaló Marrangastangas.
Preparados
Pero ese fresquito que sintieron entre marzo y junio les duró justo hasta días antes de nacer Porky y sus nueve hermanitos, cuando el consumo de la carne de cerdo entre los colombianos comenzó a repuntar y ha seguido al alza.
“La gente volvió al chicharrón, a la costilla, a la pezuña, a la trompa y a la oreja, porque de nosotros no dejan nada; hasta las tripas y la sangre la usan para hacer un plato llamado morcilla, pero les repito hermanitos, somos una especie animal creada para alimentar a otros”, les recordó Marrangastangas.
Ya había despertado mamá Chancha, que les aclaró: “Mis bellos lechoncitos, prepárense. A partir de hoy van a ser entre 160 y 170 días de buen alimento y cuidados, pues en diciembre de este 2020 sus cuerpos estarán en mesas y bocas de muchos colombianos para celebrar la Navidad”.
*Esta historia se construyó mezclando información de fuentes reales con una narración de personajes ficticios.
Datos oficiales
Según datos de Porkcolombia, la producción de carne de cerdo aumentó este año en un 5,8% para el periodo enero-octubre comparado con el 2019. El año pasado fueron 362.177 toneladas y este año 383.289, pero las importaciones de carne de cerdo y subproductos tuvieron una caída de -36,8% en el mismo periodo y años.
Sebastián Barreneche, subgerente de la Cooperativa Cercafé en la que están asociadas alrededor de 23 granjas porcícolas del Eje Cafetero, indica que este año la fluctuación de precios ha sido fuerte, pues hubo meses en que el costo de producción fue de $4.800 kilo y tuvieron que vender a $3.500 kilo, los intermediarios fueron los que se beneficiaron y a muchos porcicultores les tocó casi que regalar los cerdos, vendiendo a $3.000 el kilo. Desde julio el precio ha venido aumentando y actualmente está el kilo a $7.200
Barreneche expresa que hay poco cerdo para la venta, pues mucha gente garantizó desde noviembre tener la carne, y ahora que llegó diciembre, que es de los meses de mayor consumo por las fiestas, se agotan.
Cercafé da una recomendación para comprar carne de cerdo: entre más pálida y seca es que está deshidratada y será una carne más dura y con menor valor nutricional.
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