
MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
"Una razón por la que están negociando en La Habana es porque las Farc llegaron a la conclusión de que no podrán tomarse el poder por las armas, y este gobierno concluyó que no es capaz de derrotarlas militarmente y rendirlas, por lo menos no a costos que el Estado y la sociedad puedan pagar".
Esta contundente frase es de Antonio Madariaga, director ejecutivo de la Corporación Viva la Ciudadanía, que estuvo ayer en Manizales para participar de las Jornadas de Ciencia Política de la Universidad Autónoma, y que se extenderán hasta mañana.
Madariaga indica que hoy se tienen 500 mil hombres y mujeres en las fuerzas militares y de Policía, considerado el segundo ejército más grande de América Latina en relación a su población, que consume una porción muy importante del presupuesto de la Nación, y que según analistas militares para una derrota definitiva de las Farc lo más probable es que se tendrían que duplicar esas fuerzas.
El experto agrega que el conflicto en Colombia ha producido 220 mil muertos, 81% eran población civil no combatiente. "Es decir, esta es una guerra contra la gente. ¿Cómo podría un Estado seguir pagando ese costo de muertos derivados del conflicto, aparte de todos los recursos que significaría duplicar las fuerzas de seguridad?".
Madariaga habló con LA PATRIA sobre los diálogos en La Habana, como una esperanza para construir la paz en el país.
Lo que se negocia
- ¿Desde la Corporación Viva la Ciudadanía, cómo ven los diálogos de paz de La Habana entre el Gobierno y las Farc?
Responde a un anhelo de la mayor parte del pueblo colombiano por lograr un cese de esta absurda guerra que hemos vivido durante más de 50 años y podamos emprender el camino para la construcción de la paz. El gran llamado es que los colombianos rodeemos ese proceso con nuestra mejor disposición y energía y que nos preparemos para la tarea mayúscula que es la construcción de la paz.
- ¿Usted hace una diferencia de lo que se negocia en La Habana, cuál es su planteamiento?
Lo que se está negociando en La Habana es el fin del conflicto armado, pero después comienza la tarea de construcción de paz, y esa diferencia es importante porque necesariamente la negociación para el cese del conflicto y el enfrentamiento armado la pueden hacer los que están en la guerra, que son los que están sentados allí. La construcción de paz es un asunto de toda la sociedad colombiana y será un proceso que nos tomará años. La condición del cese del conflicto es el respeto por los derechos de las víctimas a verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
- ¿Cuál debe ser entonces el eje del acuerdo, si allí se logra?
La relación futura entre los ciudadanos y el Estado debe estar montada sobre los ciudadanos como titulares de derechos, y el Estado como garante del goce efectivo de estos derechos, como lo ha dicho la Corte Constitucional.
Sin secretos
- ¿En otras orillas políticas se difunde que las cosas en La Habana no se están haciendo como deberían, pues se habla de paz, pero se sigue en guerra, qué piensa de esto?
La condición de las partes para hablar de paz era seguir hablando en medio de la guerra. Esas personas que desde ciertas orillas, en particular el sector que representa el expresidente Uribe, que se opuso a los diálogos del Caguán y a toda posibilidad de desarrollar otras alternativas, llevaron a la necesidad de que esta negociación se hiciera en medio de la guerra. Al inicio de la negociación, las Farc propusieron un cese unilateral del fuego, pero es claro que un cese bilateral del fuego tendría que llevar a alguna forma de desmilitarización, a lo que se opondrían también esas personas; pertenecen a un pequeño sector de la sociedad que considera que lo que se debe hacer es acabar la guerra a través de la guerra, es decir con la derrota militar y la rendición de las Farc ante el Ejército Colombiano.
- ¿Cuáles serían las exigencias a nombre de la sociedad civil para que se incluya en estos diálogos el tema de los derechos humanos?
Creemos que la agenda que hay en La Habana es la que debe ser, y no debe convertirse en un arbolito de Navidad en donde todo el mundo le ponga el adorno. Nos parece que el método en general está bien, aunque tenemos críticas, fundamentalmente al Gobierno porque las Farc son un grupo insurgente que está por fuera de la ley.
- ¿Qué le critican al método que utiliza el Gobierno?
No debe mantener el secretismo sobre La Habana. Se han hecho foros regionales y nacionales, que nos parecen adecuados, pero la mesa de negociaciones se tiene que reunir con representantes de las organizaciones de víctimas y escucharlas en La Habana, como se han pronunciado. De otro lado, la negociación debería escuchar a los grupos de especial protección constitucional: mujeres, indígenas y afros.
Por la participación
- ¿Cuál sería un camino para construir la paz?
Un ejemplo sería la reconstrucción del Eje Cafetero después del terremoto de Armenia, que solo fue posible porque se diseñaron medidas excepcionales en todos los sentidos: el 2x1.000, el Forec, formas de contratación, formas de recolección de los recursos, entre otros aspectos que permitieron en un tiempo relativamente corto hacer la reconstrucción.
- ¿Qué medidas excepcionales tendrían que entrar en la construcción de la paz?
De carácter presupuestal y administrativo. Después de la Segunda Guerra Mundial para reconstruir Europa se desarrolló el Plan Marshall, que fue una dedicación enorme de recursos e hizo posible lo que es hoy el desarrollo europeo. En Colombia se necesita una especie de este Plan, un Marshalito para reconstruir este país. Plan basado en un propósito decidido de disminuir la brecha entre lo rural y lo urbano, este Estado durante años se ha dedicado a subsidiar a los poderosos de la tierra y a no construir las obras y los bienes públicos que se necesitan en el campo.
- ¿En el posconflicto cuáles serían los derechos de la sociedad civil y los deberes para que este proceso fructifique?
Tenemos la tasa de sindicalización más baja del mundo, es muy grave para una sociedad democrática que no haya sindicatos. Tiene que haber una transformación. Además, debe haber reglas nuevas para la participación política, según la Misión de Observación Electoral no hay más fraude porque no se quiere, pero el conjunto de la estructura electoral colombiana está diseñada con todas las oportunidades para el fraude, y en esas condiciones es muy difícil que la sociedad se pueda ver representada a través de los votos y no de las balas. Hay que abrir los espacios de participación política y desarrollar una lucha a fondo contra la corrupción.
- ¿Cómo lograr la restitución de tierras justa y equitativa?
Participamos en el debate de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras y tenemos que decir que la ley, en su conjunto, es un paso en la dirección correcta, aunque tiene dificultades, fallas y limitaciones. Nuestra gran preocupación es en la capacidad del Estado para implementarla. Las cifras no ayudan, hablan de grandes dificultades de informalidad, de titulación, pero también de una estrategia de sectores muy poderosos de la sociedad colombiana para impedir la restitución. El 1,5% de los propietarios en Colombia posee el 52% de la tierra, por lo tanto no solo es problema de restitución. O transformamos la estructura de tenencia y uso de la tierra o no podremos superar el conflicto.
- En el proceso de paz debería convocarse a una nueva Constituyente, como lo piensan algunos sectores, entre ellos las Farc?
Le tenemos mucho miedo a que una nueva Constituyente sea la ocasión para retroceder en algunas cosas muy importantes de la Constitución de 1991. Es más adecuado partir de la Constitución existente para hacer transformaciones. Tenemos una pésima herencia del proceso de Independencia: Se obedece, pero no se cumple. Esperaríamos más transformaciones en las prácticas del Estado y de la sociedad, que transformaciones normativas.
Continúan las jornadas de Ciencia Política
La Universidad Autónoma sigue hoy con estas actividades, abiertas al público, programadas a partir de las 9:00 de la mañana en el aula máxima de la institución. Hoy abordarán los siguientes temas: Conversatorio sobre desarrollo e implementación de la campaña electoral de Gustavo Petro a la Alcaldía de Bogotá, a cargo de Alexandre Vernót; un foro público sobre los Fenómenos de la guerra en Colombia y la presentación de la Comisión Colombiana del Océano sobre los temas estratégicos que enfrenta el país con relación al mar nacional y alto mar, incluyendo el caso Colombia Nicaragua. Esta presentación se repetirá mañana de 9:00 a 11:00 a.m.
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