HELMER GONZÁLEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Funcionarios judiciales se dieron cita en el Palacio de Justicia Fanny González de Manizales, para conocer del tema Perspectiva de género en la función judicial: un camino hacia la conciencia en equidad social.
Magistradas de las altas cortes y los tribunales dieron a conocer los avances en normas, jurisprudencia y aplicación de tratados internacionales, que son vinculantes para los jueces a la hora de decidir.
Entre las conferenciantes estuvieron Margarita Leonor Cabello Blanco, magistrada de la Corte Suprema de Justicia y presidenta de la Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial, y Gloria Stella López magistrada del Consejo Superior de la Judicatura (CSJ).
La magistrada Margarita Cabello anotó que el propósito de actividades como la realizada en Manizales es lograr que todos los funcionarios judiciales entiendan que deben descubrir las desigualdades de género en cada caso que estudien, para que apliquen una verdadera justicia. De igual manera señaló que les corresponde detectar sus problemas de estereotipos, que les impiden analizar si hay, o no, desigualdad en un proceso.
¿Qué puede hacer un ciudadano si ve que se está decidiendo mal desde una perspectiva de género?
Con tutelas y recursos se puede manejar, pero además hoy la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura y la Procuraduría en muchos eventos están pendientes si un juez no estaría aplicando la norma cuando lo debe hacer. Son temas relativamente nuevos. Los hombres y mujeres de la Rama Judicial apenas están entendiendo que había otro problema de injusticia en los procesos, respecto de la aplicación del derecho a la igualdad. Ahora estamos con prudencia y juicio preparando a los funcionarios para que identifiquen el punto de discriminación. Luego, si no lo hacen ya habría problemas.
¿Cómo se define desde lo jurídico qué es género?
El tema de género es distinto al sexo, es una creación cultural de lo que debe hacer lo masculino y lo femenino. Uno no se da cuenta, pero desde que nace lo van enmarcando en unos contextos formativos, es distinto en nuestros países que en el Oriente o Europa. En los nuestros el rol masculino es de proveedor, de fuerte, de macho, y el femenino es de débil y sensible. Vienen desde hace muchísimos años, pero de un tiempo acá ha evolucionado, con los derechos a la igualdad, las nuevas cartas políticas y los tratados internacionales ya tienen que hacer parte de nuestros ordenamientos jurídicos.
¿Cómo se viene cambiando el estereotipo entre los funcionarios judiciales?
Difícil, cuando comenzamos en el 2008 lo estructuramos en la Rama Judicial como una unidad especial del Consejo Superior de la Judicatura, no iba nadie. Nos decían “son unas personas locas, mujeres peleando por temas feministas”, pero ahora con los tratados internacionales ya estamos peleando por una igualdad. Lógicamente continúa un desequilibrio entre lo masculino y lo femenino. Lo femenino se concebía como algo de casa y subordinación, porque era el patrón cultural de la época, las mujeres no estudiaban, no salían, no podían manejar un carro -los abuelos se aterrarían viendo mujeres conducir-, no podían usar pantalones, etcétera. Hemos avanzado y debemos hacerlo más rápido.
¿Cuáles son las barreras en ese proceso?
Normativamente estamos muy bien y desde el punto de vista del entendimiento y sensibilización se ha avanzado mucho. Ninguna persona, hombre, mujer o de cualquier orientación, es ajena a cuando hablamos de perspectiva de género o de búsqueda de la igualdad. El problema es romper el estereotipo, creo que para los mayores es más difícil, porque es toda una vida de concepción, pero para las nuevas generaciones es más fácil. Nuestros hijos hablan de igualdad en los colegios, porque adquieren una cultura mucho más sensible. Si hacemos mejor el trabajo con esta generación, con la que viene será mucho mejor.
¿En Colombia eso se refleja en el hecho de ser un país adelantado en jurisprudencia?
Trabajamos es lo que he llamado referentes simbólicos. Desde las cortes estamos aplicando derecho a la igualdad y somos muy respetados en América Latina. Hemos estado en las cumbres judiciales de altas cortes y somos un modelo a seguir en los otros países por los avances.
¿Hacen falta más normas o jurisprudencia?
Hay suficientes. Tenemos una enlace en la página de la Rama Judicial (www.ramajudicial.gov.co), que corresponde a la Comisión Nacional de Género. Hay un observatorio donde están todas las decisiones que las altas cortes han proferido y estamos recogiendo las decisiones que los tribunales de distritos sobre aplicación del derecho a la igualdad. Eso nos sirve como modelo y precedente para los demás funcionarios, para que vean cómo se hace.
¿Qué hace falta?
Colombia es un país líder, pero socioculturalmente tenemos unos patrones de poder machista que hay que romper, debemos lograr que la construcción social esté a la altura de la normatividad.
¿A aumentado la demanda del servicio por casos de derecho a al igualdad?
Están mas visibles y hay que hacerlos notar, porque de esa manera se pueden solucionar. Lo que pasaba antes es que estaban ocultos, el hombre o la mujer, y los grupos minoritarios no se atrevían a acceder a la Rama Judicial ni a medios de comunicación por no tener eco. Eran desechados. Hoy se atreven y al hacerlo también han aumentado los problemas de violencia y discriminación, pero entre más aumenten y salgan a lo público llegará a un tope, un pico, para empezar a bajar y veremos que sí se está aplicando el derecho a la igualdad que queremos.
Pedagogía
La magistrada Gloria Stella López Jaramillo (CSJ) se refirió a la política de género que estableció esta instancia a través de sus acuerdos y el trabajo que realiza la Comisión de Género para hacer posible que en las decisiones judiciales se aplique esta perspectiva y la no discriminación de la mujer.
¿En qué consiste la política de género desde la rama judicial?
Lo que ha realizado el CSJ viene desde la formación de los jueces, magistrados y todos aquellos que aprobaron la evaluación de conocimientos para acceder a estos cargos. Así mismo, se hacen actividades como la organizada (ayer) en Manizales por la Comisión Seccional de Género. Estamos presentando herramientas y estrategias para aplicar en las decisiones judiciales y en la perspectiva de género.
¿La tarea es solo pedagógica?
También consiste en formular planes de acción y buscar en los distritos y municipios las acciones correctivas para que las decisiones judiciales se ajusten a tratados internacionales y normas sobre perspectivas de género.
¿Qué tipo de acciones?
Hay algunas decisiones que no consultan la perspectiva de género. Lo que hacemos es que cuando las miramos y en segunda instancia son revocadas o la Corte Constitucional por vía de acción de tutela define una línea, vemos la dificultad de los jueces para aplicar y así nos damos a la tarea de divulgar para que haya un aprendizaje permanente. Entre las acciones afirmativas está, por ejemplo, la importancia que en la calificación de jueces se tenga en cuenta que ellos, como administradores de justicia, implementen la perspectiva de género.
¿Cuántas decisiones en esta matera han proferido las altas cortes?
Para las decisiones que llegan, en recurso, al tribunal o al juez de segunda instancia, hay un formato en el que hay obligación de revisar si en ese proceso había que aplicar perspectiva de género y si el juez lo hizo o no. Antes eran pocas las decisiones, pero hoy en altas cortes tenemos 890 y a nivel de juzgados y tribunales estamos haciendo la recopilación. Todavía falta, pero hemos tenido un gran avance.
¿Para los jueces esa perspectiva es obligatoria a la hora de adoptar decisiones?
Sí es vinculante y para cada caso hay que revisar, porque no en todos es necesario. Por ejemplo, en violencia intrafamiliar hay que analizar si hay una dependencia, si es contra los hijos o un adulto mayor. En el aspecto laboral, caso de un despido injusto, si hay una relación de poder, si la mujer está embarazada o por condiciones de pobreza, afrodescendiente o indígena. El juez debe discernir si hubo una discriminación de género. Sabemos que la sociedad es machista, de hecho vemos que en las altas cortes la gran mayoría son hombres.
El género en las altas cortes
Consejo de Estado: siete mujeres y 24 hombres.
Consejo Superior de la Judicatura: seis mujeres y siete hombres.
Corte Suprema de Justicia: tres mujeres 20 hombres.
Corte constitucional: tres mujeres y cinco hombres (falta nombrar un magistrado)
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