
En época de diciembre y para Ferias se vuelve común ver a los indígenas pidiendo limosna en las calles de Manizales. El Icbf se encarga de ellos.
Redacción /Q'HUBO
Se ha vuelto común ver a varios grupos de indígenas en los andenes del Centro de Manizales pidiéndole a la gente su caridad: una moneda, un pan o lo que les quiera regalar.
Los niños son los principales protagonistas de estas jornadas. Van colgados del pecho de las mujeres, o con instrumentos musicales, o jugando con los otros niños sin levantarse del puesto. Siempre presentes para despertar sentimientos entre la gente y ayudar a conseguir una limosna para la familia.
Según la secretaria de Gobierno de Manizales, Paula Andrea Sánchez, entre octubre y diciembre han despachado a cerca de 25 indígenas para sus lugares de origen, que son Mistrató (Risaralda), Chocó, Belalcázar, Riosucio y Risaralda (Caldas) "Los indígenas tienen un tratamiento especial correspondiente a su condición de indígenas, y requieren un trato diferencial con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf. De todas formas, nosotros hemos colaborado con los operativos. Los llevamos al Icbf, ayudamos a identificarlos, los llevamos a la Unidad de Desplazados si es del caso y entregamos un apoyo económico para que regresen a sus lugares de origen", dijo Sánchez.
Comentó que estas familias suelen albergarse en hoteles o estaderos de la Galería de Manizales.
Con el gobernador indígena
El director del Icbf en Caldas, Luis Eduardo Céspedes, indicó que ellos han estado al tanto de la situación de los niños indígenas que mendigan en las calles del municipio, para hacer la respectiva restitución de derechos.
"Los niños los ponemos en un hogar sustituto y les brindamos cobija, ropa, alimentación y todo lo que necesitan. También hacemos eso con sus padres. La idea es tratar de crear las condiciones para darle albergue mientra se resuelve su situación", dijo.
Apuntó que cualquier intervención que se haga a los indígenas desde el Icbf tiene que ser concertada con el gobernador indígena de su respectivo resguardo. Ahí es donde la situación se complica. Una vez están en manos del Icbf, muchos no indican a qué resguardo pertenecen.
Aunque asegura que la mayoría pertenece a Santa Cecilia (Pueblo Rico, Risaralda), reconoce que hay de otros municipios como Riosucio, y que, lastimosamente, muchos indígenas han tomado la indigencia como un negocio.
"Para ellos es lucrativo y la gente en Manizales es generosa, entonces les gusta la ciudad. De todos los casos que hemos recibido, ningún gobernador indígena ha permitido declarar a los niños en adoptabilidad. Ellos solicitan que los enviemos a los resguardos y allá les imponen las sanciones sociales establecidas en su grupo. Lastimosamente los indígenas que mendigan se han acostumbrado a ello y están desarraigados de sus raices", comentó Céspedes.
En general, los indígenas que están en las calles de Manizales tienen buena salud, según lo que han evidenciado desde el Icbf.
No olvide
Embera es la comunidad indígena que habita Mistrató, Santa Cecilia y Marsella (Risaralda), Riosucio y Belalcázar (Caldas).
Dato
Por su condición de indígenas, el Icbf no puede retirar a los niños de un grupo familiar y deben informar, primero, al gobernador indígena del resguardo la situación. Él toma la decisión de qué hacer con la familia que está en las calles pidiendo limosna.

La familia completa, padres y niños, salen a las calles, incluso con instrumentos musicales para pedir plata./
Fotos Martha Monroy /Q'HUBO
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