Diana Lorena Gutiérrez
LA PATRIA | MANIZALES
Obispos, sacerdotes de la Arquidiócesis de Manizales, religiosas de diferentes comunidades y feligreses rindieron homenaje al cardenal y arzobispo emérito de Manizales José de Jesús Pinmieto, por sus 100 años de vida.
La celebración fue ayer en la Catedral Basílica de Manizales. Su mensaje, durante la homilía de la misa, fue de gratitud. Dijo que la palabra de Dios nos habla de la vida perfecta, y que para alcanzar la vida gloriosa hay un largo proceso, pero que debemos inspirarnos en la vida contemplativa, persiguiendo la libertad y la responsabilidad.
"Hoy Dios nos llama a la gratitud. Doy gracias por tantas maravillas, por el don de la vida. Sean benditos mis padres y quienes me han educado, amado y dado su confianza y amistad. Cuánta esperanza he recibido en este mundo, en el que todo llega y todo termina y se desvanece. Cómo agradecerte, Señor, el don de la vida natural, haber sido formado en el sacerdocio y tener el honor de haber sido ministro de la Arquidiócesis", manifestó el cardenal.
Un verdadero pastor
El sacerdote y misionero del Santuario Nuestra Señora de Fátima , Agustín Baima, quien trabajó al lado de Pimiento durante cinco años, entre 1975 y 1980, llegó ayer desde antes de las 10:00 a.m. a la Catedral. No quería perderse un instante de la celebración. Con cámara en mano paseó por el templo retratando cada momento. Y es que fueron varios los instantes importantes al lado del cardenal y por lo cual tiene mucho que agradecer. Antes de que empezara la misa, recordó el momento en el que Pimiento inauguró, en 1978, el templo de Fátima, una de sus más gratas experiencias al lado del hombre a quien hoy vé como un verdadero pastor. De él, dice que hablaba oportunamente lo que sentía. "No era un perro bravo, pero sí uno que avisaba", concluyó antes de irse a tomar la foto junto al homenajeado.
Admirado por los obispos
El obispo de Pereira, Rigoberto Corredor Bermúdez, fue uno de los tres obispos presentes. También estaban los de Ibagué y de Cartago. Corredor estuvo también en el homenaje que se le hizo en Pereira el martes. Dice que el de Manizales fue más importante porque fue en su Catedral.
De Pimiento, opinó que se destacó en muchas cosas, pero lo que más le admira es su destreza para escribir mensajes de gran valor apreciados por los obispos. Señaló que el trabajo del cardenal fue fundamental, ya que le dejó a Manizales una pastoral importante con un buen número de sacerdotes y parroquias, y que uno de sus grandes aportes fueron las reformas a la Catedral.
Al final del acto, la iglesia entera de pie, presenció el momento de la imposición del Escudo de Oro de la Catedral. Luego le sobraron aplausos al cardenal Pimiento por su centenario de vida.
Javier Valencia Marulanda, comerciante: La enseñanza que nos deja es cómo se auxilia amorosamente a la comunidad. Personas como él nos enseñan de pujanza.
Jaime Alberto Pérez Villegas, canciller de la Arquidiócesis: Nos deja su testimonio de fe. Es un hombre que nos invita a contemplar la belleza de Dios. Un hombre que le dice sí al Señor.
Gonzalo Restrepo Restrepo, arzobispo de Manizales: Su testimonio de vida es lo más importante. Es un hombre honesto y fiel con la iglesia. Nos da ejemplo de defensa de la iglesia en todo momento. Es muy buen pastor.
Religiosa Ana Delia Betancourt, de la comunidad Ravasco: Su entrega generosa como apóstol, sirviendo a la Iglesia Católica, a las personas más necesitadas. También nos deja un testimonio de entrega, generosidad y servicio.
La misa solemne de acción de gracias comenzó a las 10:00 a.m. Al mediodía salía el cardenal Pimiento del templo y los fieles lo esperaban para agradecerle.
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