ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES

Sonriente, bien maquillada y atenta. Ana María González, gerente de la Fundación Lúker, casi nunca contesta el celular si está en una reunión, porque para ella prima el respeto con quienes se encuentra. Su agenda mantiene copada, los viernes en la tarde estudia una maestría de innovación, los fines de semana se los dedica a su familia y hace rendir los otros días para los proyectos que adelanta desde su trabajo.
Tiene más puestos que un bus, como se dice coloquialmente, pues hace parte de juntas directivas y asesoras, así como del Colectivo Interinstitucional de Ética de Manizales (CIEM) que la homenajeó ayer en el cierre del VII Foro de Ética por ser una mujer integral con méritos sociales.
"Que me resalten la ética significa un reconocimiento a mi cuna y mis raíces, que son mis padres. Les  agradezco los valores que me inculcaron, pues son lo más importante para la sociedad. La esencia de la vida está en la familia y el amor", expresó la homenajeada con la voz entrecortada.

Recta y fuerte

"Su trabajo ha estado guiado por una brújula de moral muy bien calibrada", dijo Sergio Londoño, su hijo mayor, en un video que realizó la Universidad Católica y en el que hablaron otros familiares y allegados. Para su otro hijo, Pedro, la palabra ética define su estilo.
"Es excesivamente transparente, no admite una mentira o verdad a medias", agregó su esposo, José Pablo Londoño, quien admitió que si llega a ser obstinada "es porque tiene convicciones profundas".
Solo ha vivido una vez fuera de Manizales, luego de graduarse del colegio Santa Inés se fue en 1985 a Estados Unidos para un curso de inglés, y de regreso descartó la opción de estudiar Derecho en la Universidad Javeriana de Bogotá, pese a que su tía, la magistrada Fanny González Franco que murió en la toma del Palacio de Justicia, la había persuadido para que se radicara en la capital del país. "Ana María reflexionó y decidió quedarse por amor a su ciudad", relató su papá, el abogado Augusto González.
Supo combinar su exigente vida académica en la Universidad de Caldas, donde estuvo becada por cuatro años, con las rumbas, pues era "parrandera", afirmó su madre, Martha Germania Aristizábal, quien además aseguró que no la ha visto alterada, pese a sus múltiples ocupaciones.
Tampoco la han escuchado quejarse. "Nos demuestra su increíble fortaleza y que nunca se deja vencer ante las adversidades", comentó su amiga Ilda Villegas. A sus 44 años, 25 los ha vivido con diabetes, que ha sobrellevado con la ayuda de Dios, en quien confía profundamente.

Educadora y líder

La paradoja es que nunca ha ejercido el derecho como tal, aunque fue docente en la Universidad de Caldas y hasta decana (e) de la entonces Facultad de Derecho. Su carrera profesional la ha desarrollado al frente de organizaciones como la Corporación Cívica de Caldas y el Comité Intergremial, desde donde influyó en proyectos como la Autopista del Café. Ha participado en por lo menos 25 juntas directivas, incluyendo la del Ecoparque Los Yarumos.
A la Fundación Lúker llegó en 2003, donde ha promovido programas como Escuela Activa Urbana en asocio con la Alcaldía de Manizales. "Es entusiasta, apasionada y tiene sentido de lo humano", expresó su secretaria, Victoria Eugenia Jiménez.
"Está convencida de que con la educación se puede transformar la ciudad", agregó otra compañera, Ángela Vásquez. De hecho, lideró la creación de la Alianza por la Educación que busca políticas públicas para la calidad educativa.
"Cuando apenas tenía 8 años le enseñó a leer y escribir a una señora que nos colaboraba. Con su hermana menor siempre jugaba a la escuela, y rompía las alcancías para comprar cuadernos", recordó su madre, con una voz delicada como la de su hija, para hacer hincapié en las raíces educadoras de 'Anita' como le dicen familiares y amigos.

Otras distinciones

La Cámara Júnior reconoció a Ana María González, gerente de la Fundación Lúker, como ejecutiva joven sobresaliente en 2002 y 2003, mientras que fue postulada al Caldense del Año 2011, que otorgó LA PATRIA en agosto pasado.