Luis Felipe Molina
LA PATRIA | MANIZALES
Como una pelea de comadres que solo deja daños y afectados se podría catalogar lo que sucede desde hace 20 meses con el teleférico al Ecoparque Los Yarumos. Desde el 30 de agosto del 2012 sus góndolas permanecen paradas a la espera de una solución técnica, la misma que tiene frenado al sistema. Incluso antes había dejado de prestar el servicio tres veces.
El lío radica en que dos contratistas se tiran la pelota sobre la instalación, el funcionamiento y las garantías de una pieza que resultó dañada y que aún no se ha repuesto. Los recursos están invertidos, pero a la espera de que turistas y los vecinos del Ecoparque puedan aprovechar el sistema de transporte.
Conozca en la siguiente línea de tiempo todas las pausas del sistema. Pase el cursor sobre el elemento para alternar las fechas.
La construcción del teleférico se dividió en dos. Con dineros de Infimanizales se hicieron las dos estaciones del cable, mientras que con recursos del Fondo de Promoción Turística (Fontur) se realizó el despliegue electromecánico. Las obras civiles duraron seis meses.
Este teleférico funcionó con algunos problemas técnicos, pese a haber sido inaugurado el 30 de diciembre del 2011 por el entonces alcalde Juan Manuel Llano Uribe.
Luego, el alcalde entrante, Jorge Eduardo Rojas, aseguró que no existían garantías técnicas para su funcionamiento, pues las puertas no cerraban bien y dentro de las cabinas se escuchaba demasiado ruido.
Sistrac, empresa que contrató Fontur para la instalación electromecánica, dijo que tales problemas no eran motivo para la suspensión, lo que llevó a la administración municipal a habilitar el cable, pero solo para invitados especiales. Y se dispuso unos días para el funcionamiento público, pero volvió a cerrar.
Desde su apertura hasta hoy se ha suspendido cuatro veces por dificultades técnicas. Por eso, algunos ciudadanos se cuestionan por lo que está ocurriendo con una inversión pública de $6 mil 250 millones, esgrimidos en aportes de Infimanizales por $3 mil 500 (construcción de estaciones) y Fontur por $2 mil 750 millones (máquinas, góndolas, cables), y que buscaba potenciar el turismo en la zona nororiental de Manizales.
El último cierre, hace 20 meses y cinco días, se debió a un daño del reductor del motor de la estación Yarumos. La función de este elemento es vital para mover las cabinas, pues reduce la fuerza del motor. “Funciona como una caja de cambios, pues le da a la volante que mueve las góndolas la fuerza necesaria para trabajar”, explica el gerente de la Asociación Cable Aéreo de Manizales, Óscar Humberto González Franco.
LA PATRIA publicó el 3 de abril del 2013 un artículo en el cual Sistrac responsabiliza a operarios de la Asociación Cable Aéreo por el daño de la pieza (ver http://goo.gl/z7U9Tf).
Sistrac, contratada para el área mecánica, le envió el motorreductor al proveedor, Giraván, para que arreglara la pieza por garantía. El embrollo jurídico empeoró cuando Giraván se negó a devolver la pieza, supuestamente reparada, porque, entre otras razones, Sistrac les debía entre $27 millones y $30 millones.
Por su parte, la Asociación Cable Aéreo de Manizales denunció penalmente a Giraván por la retención del aparato. Paralelamente, Fontur inició la reclamación a la aseguradora por las pólizas de estabilidad y cumplimiento del contrato, que terminó en la compensación de $52 millones. De la denuncia penal poco se sabe, pues el proceso fue remitido a Medellín, donde reposa en los procesos de la Fiscalía.
La intención del Municipio era contratar a Giraván para conseguir el nuevo motorreductor, pero esta empresa condicionó esto a que la Asociación desistiera de la denuncia. De ahí que se tuviera que recurrir a otro proveedor para importar la pieza.
Las puertas del teleférico están cerradas desde entonces. Las cabinas no han vuelto a funcionar y solamente se puede hacer un mantenimiento parcial al sistema, pues por la quietud de las góndolas es imposible lubricar el cable, por ejemplo.
Ni la Contraloría Municipal de Manizales ni la Asociación Cable Aéreo especifican cuál es el lucro cesante (dinero dejado de recibir) por la suspensión en el teleférico al Ecoparque Los Yarumos.
Lo único que apunta a decir el contralor municipal, Lindon Chavarriaga, es que las edificaciones, en las cuales se encuentran comprometidos recursos del municipio, están generando dineros, puesto que se obtienen más de $7 millones por concepto de arrendamiento de locales comerciales ubicados en la estación Camino de La Palma, con los que se logra solventar el aseo de las estaciones, la vigilancia privada nocturna de las edificaciones y los servicios públicos.
A pesar de estar quieto por 20 meses, el lucro cesante del teleférico asciende a 47 millones. Esta oferta parte del reconocimiento de la aseguradora por la suspensión del sistema únicamente durante el tiempo proyectado para la instalación del nuevo motorreductor, es decir, tres meses. De allí que se puedan obtener más recursos para la puesta a punto del cable.
El pasado 3 de febrero, la Asociación Cable Aéreo de Manizales firmó un contrato con Kipara S.A.S. por $46 millones 900 mil para la importación de un nuevo motorreductor desde Italia, el cual debe pasar por los trámites aduaneros para poder llegar a ser instalado en Manizales. El plazo que tiene la empresa para llevar a cabo tal fin es de 18 semanas.
Las inversiones de Fontur y la Asociación Cable Aéreo se acercan a los $400 millones para este 2014. Serán $386 millones que reconocen las aseguradoras entre lucro cesante, el nuevo motorreductor e inversiones de mantenimiento que requiere el sistema. Aunque no se atreve a dar fechas estimadas, el gerente de la Asociación Cable Aéreo, Óscar Humberto González, espera que en julio esté restablecido el servicio del teleférico que une al Ecoparque Los Yarumos con El Cable.
Videos: Alejandro Cuesta
Ilustración: Juan Carlos Hómez
Archivo LA PATRIA | Noticias LPTV
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