En la vereda El Arenillo, de Manizales, le temen a la ladera

RICHARD AGUIRRE

LA PATRIA | MANIZALES

Los recuerdos del alud que bajó desde la parte alta de la vereda El Arenillo de Manizales, el 15 de diciembre del 2006, siguen presentes en algunos residentes. Ese día, a las 10:30 de la noche, unos 70 mil metros cúbicos de tierra destruyeron 4 viviendas.

Denuncian que hay viviendas y que construyan otras en la parte baja de la ladera, donde Corpocaldas hizo dos muros de contención después de la emergencia, que para esa época fue el segundo derrumbe más grande en la ciudad. Las casas están a mano izquierda por la antigua vía a El Arenillo, bajando a la doble calzada.

Sin bases

Son 11 casas construidas, una en proceso y otra que tiene los ladrillos listos para empezar obra. "Aquí se puede dar una tragedia, la gente construye en donde era la berma. En este invierno podría darse una tragedia. Una sola persona muerta sería doloroso", sostiene un vecino.

Resalta que la parte trasera de las viviendas está prácticamente en el aire. LA PATRIA verificó que una casa solo tiene dos columnas sobre la tierra, a menos de un metro y medio del voladero cultivado con café. Por eso consideran que deben evacuar a estas personas y darles otras opciones de vivienda. "No esperemos a que lleguen las lluvias más fuertes", agregan.

Temor

María Libia Ruiz, Daniela Bernal y Adriana Sánchez habitan en casas diferentes de esa zona. Le temen a la ladera, pero aseguran que es lo único que tienen. María Libia, con 65 años, siempre ha vivido allí. Su casa está al lado derecho de la vía, estaba construida en madera, pero ahora es en material. Tiene dos pisos, vive con dos hijos y una nieta. "Hace como 10 años un deslizamiento nos obligó a evacuar y nos dijeron que no podíamos volver a habitarla, pero no teníamos recursos para irnos; regresamos y mi esposo la levantó de nuevo".

Cada que llueve sienten bajar tierra de la montaña. Hace un par de meses un barranco se vino e impactó la propiedad. "Nos tocó poner un plástico negro para proteger el barranco", agrega María Libia.

Daniela dice que, por pequeños que sean los derrumbes, cuando llueve les preocupa que la montaña se venga y se les lleve las casas. Asegura que en su vivienda no hay averías ni movimiento, pero el temor permanece. "Pedimos que pongan un muro de contención".

Adriana paga $250 mil mensuales de arriendo, vive allí desde hace nueve meses e, igual que sus vecinas, sostiene que la lluvia es el principal temor. Asegura que Dios será el que decida cuando se tiene que ir de este mundo, pero se pone a pensar en lo que sucedió en Mocoa. "Nos da temor, pero aquí es donde vivo con mi esposo".

Respuestas de la Alcaldía

1. María del Pilar Pérez, secretaria de Planeación de Manizales, señala que encontraron la construcción de una vivienda sin permisos en la zona. Trasladaron el caso a la Unidad de Gestión del Riesgo (UGR) y Ambiente, en lo relacionado con laderas, y a la Secretaría de Gobierno, porque se construye sin licencia y en un lugar no apto.

2. Diego González, secretario de Medio Ambiente, asegura que recibió el oficio el pasado viernes y que un funcionario de este despacho visitará esta semana la zona para determinar si es ladera protegida y revisar el tipo de asentamiento. Dependiendo de lo que se encuentre, habrá un trabajo con la Policía, teniendo en cuenta las disposiciones del Código de Policía.

Que arreglen la vía

Los residentes también se quejan del mal estado de la vía, alterna en caso de cierre de la doble calzada. Sostienen que a través de la Junta de Acción Comunal de la vereda le solicitaron el arreglo a la Alcaldía, pero que no ha pasado nada. "Constantemente hay que salir de la casa a ayudar a un motociclista que se cae o bajar a pie porque los taxistas no se meten por aquí", comenta María Libia Ruiz.

César Alberto Gutiérrez, secretario de Obras Públicas de Manizales, asegura que realizarán mantenimiento en la vía, pero que por ahora no la pavimentarán. Se requieren unos $1.500 millones para hacerlo. "Debemos buscar esa plata, pero hay que entender que tenemos 68 vías rurales con las mismas necesidades. Tenemos que gestionar y conseguir los recursos".

Foto | Archivo | LA PATRIA

De esta magnitud fue el deslizamiento que ocurrió en la parte alta El Arenillo en diciembre del 2006.