En Bosques del Norte se le adelantaron a Obras Públicas

ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES

15 años de historia de la caseta comunal de Bosques del Norte terminaron con su demolición, pero no en manos de la Secretaría de Obras Públicas, como se había planeado.
Los pasados 27 y 28 de enero, al parecer, miembros de la comunidad acabaron de desmantelar la estructura frente a los ojos de algunos que no estaban de acuerdo con que tumbaran esta sede.
"Se llevaron todo, hasta vino una camioneta para cargar pedazos de material", lamentó Obed Aristizábal, líder del barrio y que defendió hasta lo último ese espacio.
Policías afirmaron que fue la misma comunidad la que se puso de acuerdo para tumbar la sede porque se había convertido en un foco de inseguridad, tanto así que solicitaron su apoyo, como lo confirman algunas fotos que ellos tomaron. Aún así, Paula Andrea Sánchez, secretaria de Gobierno Municipal, dijo que investigan quién empezó a destruir la construcción en madera.
Lo paradójico era que Obras Públicas había iniciado el proceso de contratación para demoler la caseta y cerrar el lote, que según Jorge Iván Salazar, titular de ese despacho, estaría listo a finales de este mes.

Foco de inseguridad

Luego del pequeño incendio, en noviembre del año pasado, algunas pandillas habían despedazado una pared provisional que le habían puesto, afirmaron vecinos.
Habían roto la puerta, desmantelado el cielo raso y robado partes de motos que se usaban para capacitar a jóvenes.
Hace dos semanas, por ejemplo, se observó en la mañana a tres menores de edad rayando las paredes, mientras uno preguntaba si era cierto que iban a construir allí una cancha de fútbol. También un habitante de la calle dormía plácidamente. En la tarde el ambiente se volvió más pesado, según relató Sergio Cárdenas, fiscal de la Junta de Acción Comunal, atracaron a dos jóvenes. Otros contaron que en el sitio consumían sustancias alucinógenas.
A Juan Carlos Jiménez, instructor del Sena, le tocó denunciar en abril de 2012 el robo de un motor de una moto, que utilizaba para formar a los jóvenes. De ahí que a mitad de ese año se suspendiera el programa.
Por todo esto es que algunos habitantes, como Mónica Saraza, esperaban que tumbaran la estructura de madera, que edificaron un sacerdote y líderes comunitarios para celebrar las misas y contar con una sede de acción comunal. "Está en muy mal estado. A la gente le da miedo pasar cerca", decía ella, sin desviar la mirada hacia su hija de 3 años que jugaba en el antejardín.

Insisten por el espacio

La Secretaría de Desarrollo Social del Municipio había decidido demoler la caseta, "porque no se requiere", según Carlos Arturo Agudelo, titular de ese despacho. Aún no está claro qué se construirá allí. "Un parque con juegos infantiles o una cancha, lo decidiremos con Planeación y Obras Públicas", agregó el secretario de Desarrollo Social.
Para Obed, el líder comunitario, la zona verde se convertirá en el baño público de los perros, señalando los excrementos que ya hay. "Nos quedamos sin un espacio de encuentro. Aquí las universidades habían capacitado a la comunidad, igual que el ICBF".
La defensa de la sede comunal según algunas personas del barrio, como LA PATRIA publicó el pasado 27 de noviembre, es que debía permanecer para programas de salud, vender comestibles y hacer rifas que no se verían bien en el Centro Integrado de Servicios Comunitarios (Cisco) o en la Casa de la Justicia.
El secretario de Desarrollo Social reiteró que la caseta no se necesitaba. "A menos de 100 metros está el Cisco, que es suficiente. Los líderes pueden usar el auditorio cuantas veces lo requieran, que tiene una capacidad para 250 asistentes".
Aseguró que también habrá cabida para los programas del Sena.

Piden seguridad

Las opiniones siguen divididas. Incluso entre esposos, como Bernardo Antonio Correa y Luz Adiela Tangarife. Para él la caseta debía mantenerse, pero con mayor sentido de pertenencia. Para ella, "si no tenía uso, para qué dejarla ahí". Coincidieron en que las autoridades deben garantizar la seguridad.
La secretaria de Gobierno Municipal sostuvo que es muy difícil destinar un uniformado para el sitio. En el CAI de San Sebastián, que cubre a Bosques del Norte y otros cuatro barrios, hay tres turnos de una pareja de uniformados. Un agente indicó que a veces les toca desplazarse a otros sectores. "Falta más solidaridad y que la gente llame a tiempo", refiriéndose a que le avisaron del desmantelamiento de toda la caseta cuando ya quedaban los restos.
La funcionaria también dijo que le había solicitado a Obras que hiciera un cerramiento, pero el titular de este despacho le respondió a LA PATRIA que realizarán hoy una visita para decidir qué hacer.
Dos meses después de que se produjo el pequeño incendio, otros hicieron la tarea que le correspondía a las autoridades.

Preocupados

Obed Aristizábal, líder comunitario de Bosques del Norte, dijo que el 20 de este mes realizarán una reunión con padres de familia, ICBF, Secretaría de Gobierno y otras entidades para analizar el consumo de sustancias alucinógenas entre los jóvenes del sector. "Estamos muy preocupados, necesitamos generarles alternativas".