LA PATRIA | Manizales
La voz de Marco Antonio Mejía ha sido su herramienta de trabajo.
-¡Repisas! ¡cuadros! ¡mesas para televisores y equipos!, repetía por las calles de la ciudad hasta hace unos tres meses.
Hoy la cuarentena cambió sus productos, pero su voz sigue por las vías.
-¡Tomate! ¡cebolla! ¡plátano verde!, repite cada día
Cuando ve alguien asomado en las ventanas de las casas que recorre, coge los productos en las manos y pregunta: “¿qué quiere llevar hoy, amigo?”.
Cada jornada la voz de Marco Antonio se une al coro de centenares de personas que recorren Manizales, para arriba y para abajo, con ventas de frutas, legumbres y verduras. Todos con el propósito de capotear la crisis que golpea la economía familiar.
El hombre comenta: “Lo más importante es tener un trabajo. Voy de casa en casa, de puerta en puerta, porque no me puedo poner a esperar a que los clientes me busquen, prefiero llegarles directamente”.
En el día dedica cinco horas a su labor. Antes de las 10:00 de la mañana llega a Frutas y verduras El Mono, bodega detrás de la fábrica de Manisol, en Chipre. A las 3:00 de la tarde termina la jornada.
Conduce un carrito de cuatro llantas, donde cuelga piñas, plátanos maduros, naranjas, papas criollas, cebollas de huevo, y lo que le pidan que integre a la oferta. Vive en el barrio El Bosque y desde hace 12 años oferta productos en la calle.
Desde temprano los vendedores de frutas y hortalizas llegan a los barrios.
Gritos de oferta
- ¡Calidad de mandarina!, asegura un hombre con su carreta.
- Maduuuro el aguacate, llévelo maduro. Grita otro en las calles de centro.
-Grandes las brevas, grandes, grandes las brevas. Dice un joven en el Parque Caldas con su carreta llena de bolsas trasparentes que guardan de 10 de las frutas.
- ¡Pa-pa-crio-lla! ¡Pa-pa-par-da!, canta otro, por sílabas, para dejar claro el mensaje.
- Paquetados de fruta, cantidad de fruta, cantidad de verduras. Es el mensaje de otro, que intenta atraer clientes con palabras de abundancia.
- ¡Plátano! (plátano) ¡Cilantro! (cilantro) ¡Piña! (piña). Es el coro de dos hombres con sus carretas, uno hace de voz principal mientras el otro repite el mensaje, como un eco.
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