David Muñoz
LA PATRIA | MANIZALES
La vocación lo llevó al sacerdocio, pero la pasión no lo deja alejar del fútbol. Es el padre Humberto Gómez Morales, un enamorado de la palabra de Dios y de los goles.
El párroco de Madre del Salvador, que unifica los templos de Los Alcázares y La Francia, conjuga su profesión con el deporte. Los sábados, desde hace 23 años, se reúne para jugar un partido con la comunidad y sus amigos.
El escenario es la cancha del Seminario Mayor y allí el sacerdote emplea otra forma de evangelizar, distinta a la que predica todos los días en la celebración de la eucaristía.
"Jugamos, corremos, le metemos ganas porque vemos en el deporte un medio grande para hacer comunidad y comunión. Se da testimonio a las juventudes y adultos de lo que podemos ser en este mundo y en esta vida: servirnos y querernos", comenta.
Humberto, de 59 años, juega del medio campo hacia la izquierda, con el perfil cambiado. No hace recorridos largos para evitar desgaste físico, pero tiene una visión del terreno de juego que le permite pasar el balón al compañero que desea.
Utiliza gorra de pescador para proteger la cara y el cuello del sol. Sus zapatillas son negras, color tradicional, y también tiene canilleras como futbolista profesional.
Con su atuendo listo se enfunda el traje de líder y desde la defensa da indicaciones sobre el partido. Habla constantemente y corrige errores.
"Han pasado generaciones desde agosto de 1995. Ininterrumpidamente venimos los sábados por la mañana. El fin es recrear, hacer comunión y se ha intentado dar un testimonio de la vida cristiana, vivir alegremente, gozosos y empujamos a esta gente para que tengan actitud ante la vida", agrega el sacerdote.
Remontaron
En el partido del pasado 6 de abril su equipo comenzó perdiendo, los dos goles fueron en contra, pero después remontaron 4-2. En medio de risas el padre dice: "Hicimos los seis goles". Cuando iban 2-1 se revistió de capitán y regañó a los delanteros: "Hagan pues alguna cosa, cuántos han tenido y no meten el gol".
"Nos gusta ponerle ardor, ganas, mirar la vida, hacer las cosas con pasión. Les damos un testimonio, empujamos al equipo y también les llamamos la atención y ellos van respondiendo en la cancha. Hay fraternidad y es lo más importante para destacar".
Para él, dos horas de juego son una oportunidad para formar comunidad. "La mejor forma de uno evangelizar, decía el papa Pablo VI, es el testimonio de vida, las obras. Acá mostramos como el cristiano tiene que ser una persona no del mundo sino en el mundo. El deporte es fascinante porque reúne, convoca, une, crea lazos de fraternidad, de hermandad y aquí se vive un espíritu alegre y jocoso".
El padre es un gladiador, en ocasiones acompaña en el ataque, pero siempre regresa y ayuda en defensa. Además, se muestra como posibilidad de pase y no se entretiene con el balón.
La frase
"Muchos nos conocemos de años y otros van llegando nuevos y van aprendiendo. Ha pasado gente drogadicta y a través del deporte han visto otra cosa y han dejado su vicio", Humberto Gómez, sacerdote futbolista.
El padre comenzó los partidos con la comunidad de Aranjuez. Jugaban en el Bosque Popular, pero no había espacio y decidieron irse para el Seminario Mayor. El religioso pasó a Santa Ana, donde convocó a los jóvenes y ahora trata de seguir el proceso en Madre del Salvador.
El padre Humberto durante una misa en el templo de La Francia, como preparación para la Semana Santa.
Vive la Semana Santa
Humberto celebra su primera Semana Santa en Madre del Salvador. Destaca que "lo más hermoso es la disponibilidad y disposición que hay en la comunidad. Hay Sentido de pertenencia por la parroquia, les he invitado a celebrar la pascua con el Señor para resucitar en vida nueva. El hombre nuevo es alegre, feliz y servicial, como Jesús".
Hincha del Once Caldas
Desde el año 1976 va a fútbol a ver al Once Caldas. Es hincha fiel y, desde que no se le cruce con celebración de la eucaristía, asiste al Palogrande. "Este año hemos visto flojo el equipo en resultados y en fútbol. En los últimos partidos nos hicimos ilusión que podemos, hay con quien y el profesor Bodhert tiene capacidad para mover a los muchachos para que sean hombres profesionales adentro y fuera de la cancha".
El dato
De los 59 años que tiene de vida, el padre Humberto lleva 33 como sacerdote. Los ajustó el pasado 22 de febrero.
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