MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Para conocer la situación en el Eje Cafetero de migrantes y refugiados venezolanos en sus dos grupos: los llamados caminantes y los que tienen vocación de permanencia por oportunidades de empleo, estuvo en Manizales Elisa Carlaccini, jefe subregional de la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) Antioquia-Chocó.
Se fue sorprendida de conocer las estimaciones de Migración Colombia sobre el número de personas en esta región que han entrado de forma regular e irregular. "Se habla de por lo menos 30 mil entre los tres departamentos; aunque se podría pensar que son muchos más".
Lo importante, dijo, es generar alianzas de cooperación y coordinación con los actores de la sociedad para dar información, asesoría de cómo pueden acceder al Estatuto Temporal de Protección (ETP) que aprobó recientemente el Gobierno Nacional, pero también cómo pueden acceder al goce efectivo de sus derechos y a la solución de necesidades básicas (educación, salud, vivienda digna, entre otras).
Las dificultades
- De esa cifra tentativa de migrantes venezolanos en el Eje Cafetero, ¿cuántos hay en Caldas?
Según datos de Migración Colombia, la mayoría se encontraría en el departamento de Risaralda, alrededor de 20 mil; y los 15 mil restantes, casi divididos entre Caldas y Quindío.
- ¿Cómo vieron los programas en Manizales y Caldas de atención humanitaria y de regularización para migrantes?
En Manizales nos quedamos sorprendidos de la respuesta abierta y acogedora de la Alcaldía para los migrantes y refugiados venezolanos. Nos presentaron muchos proyectos que están en camino para el acceso a educación, salud, protección de las mujeres -sobre todo en violencia de género-, apoyo para el cuidado de los niños mientras las mamás trabajan. Es una base sólida sobre la cual se puede construir una respuesta más articulada.
- ¿Qué diagnóstico tienen de la población migrante en esta región del país?
No hay un diagnóstico profundizado ya que la misión se enfocó en hablar con sectores e interlocutores, como asociaciones de personas venezolanas que son puntos de contacto con la población que llega para conocer que hay altos índices de necesidades básicas insatisfechas. No tanto en el acceso a la educación, que parece hay muy buenas posibilidades; pero sí muchas dificultades con el acceso a salud y a vivienda debido a situaciones como la discriminación, la xenofobia (fobia o rechazo al extranjero o inmigrante), el sobrecosto, la explotación laboral tratándose de personas que están en condición de irregularidad.
El ETP
- ¿El ETP cambiará en algo este panorama?
Va a abrir nuevas oportunidades, tanto para la regularización y la documentación de miles de personas que se encuentran en esta región, como potencialidades en la búsqueda de empleo. Permitirá que los refugiados y migrantes puedan construir una vida digna para sus familias.
- ¿Cómo podrán dignificar sus proyectos de vida?
El acceso al trabajo es fundamental para que las personas puedan tener un medio de vida, ser autosuficientes y más bien ser actores y contribuir al desarrollo económico de Colombia, más que solo depender de la asistencia y de la ayuda humanitaria. Eso genera muchas expectativas, y como Acnur estamos en disposición de apoyar y de generar alianzas con otros actores, tanto de la institucionalidad como de la sociedad civil, para llegar a esos objetivos.
Acto de solidaridad
- ¿Qué otras ayudas brinda Acnur a la población migrante y cómo pueden acceder a ellas?
En el Eje Cafetero no tenemos todavía presencia de personal, no tenemos una oficina; estamos haciendo un ejercicio de monitoreo, conociendo más de cerca la realidad para ver la posibilidad de dar una respuesta más estructurada.
- Es experta en refugiados, ¿cree que Colombia va por un buen camino en su atención?
La firma del ETP se ha definido como un logro histórico; va a ofrecer a casi 2 millones de personas oportunidades de regularizarse, es un acto de solidaridad a nivel internacional que no tiene muchos precedentes, por eso hay que reconocerlo, darle la bienvenida y ponernos a disposición para iniciar su puesta en marcha.
- ¿Cómo intervenir la xenofobia, debido a que los migrantes llegan a un país con muchos problemas sociales y económicos?
La xenofobia y la discriminación definitivamente preocupan, aunque en esta región hemos escuchado de unas buenas prácticas de integración y no parece que sean tan fuertes; sin embargo, en otros departamentos sabemos que son elementos bastante impactantes que dificultan la integración de personas refugiadas y migrantes. En ese sentido todas nuestras acciones van acompañadas de campañas de sensibilización, de información y de respuesta a las comunidades de acogia más vulnerables, venezolanos y colombianos.
La médica Laura Castaño, directora Fundación Aires de Esperanza que atiende a población venezolana en Manizales, dijo que Acnur desde hace un año y medio los apoya con ayudas humanitarias, que reforzaron más el año pasado por la pandemia y la pérdida de los trabajos informales a los que se dedican muchos venezolanos. Con la Personería y la Secretaría de Desarrollo Social de Caldas vienen entregando estas ayudas en Manizales, Chinchiná, Neira y Villamaría. Este año han beneficiado a unas 600 familias que son población caminante por la ruta del Eje Cafetero (Armenia-Bogotá y viceversa). Entregan kit para bebés, para niños, para mujeres, para hombres, de abrigo, de aseo y familiar de acuerdo con las necesidades de las personas.
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