LA PATRIA | MANIZALES
Si le robaron algún accesorio de su carro, lo más seguro es que en los alrededores del Parque Liborio el mismo ladrón se lo venda con desparpajo.
Eso le pasó a Claudia, a quien le hurtaron el espejo retrovisor de su carro. Le recomendaron ir a ese sector de Manizales y, sin tapujos, un dueño de lo ajeno la abordó y, tamaña sorpresa: le ofreció el mismo accesorio que minutos antes le hurtaron. Lo reconoció porque tenía grabado el número de la placa.
Recientemente, dos personas denunciaron a este medio que los retrovisores de sus vehículos también fueron hurtados en un barrio de Manizales.
El número de afectados por este flagelo es desconocido, reconocen las autoridades y lo atribuyen a la falta de denuncia.
A una de estas víctimas le dijeron que en el Liborio podría encontrar los retrovisores. Al llegar allí en el carro afectado, la abordó un tipo en la esquina cercana al CAI: “yo sé qué busca, aquí se los tengo, vale $40 mil”, le dijo.
“No se los compré porque eso es apoyar a los delincuentes”, dijo la víctima, quien aseguró que los retrovisores que le ofrecieron eran los que le habían usurpado.
Un abogado de Manizales vivió una situación similar. Le robaron accesorios de su vehículo en el barrio Palermo y luego los adquirió en esa zona. "Me cobraron $300 mil, la mitad de lo que costaban normalmente. La gente me dijo que hay una cuadra donde guardan todo lo que se roban".
Adentro
Un periodista de este diario recorrió la zona para buscar un retrovisor robado y barato, con la excusa de que estaba corto de dinero.
Los primeros indicios sobre un local en el que, presuntamente, venden partes de carros robados le llegaron de un negocio de repuestos. Allí indagó por un retrovisor para un Twingo. Le dijo al vendedor que necesitaba un segundazo, así fuera robado.
“En la esquina, por la iglesia, venden cositas que traen hurtadas, pero no cuente que yo le dije, que me meto en un problema”, aseguró.
Antes de arrimar al señalado local, merodeó por los alrededores y le preguntó también a un vendedor ambulante, quien le señaló, de nuevo, el mismo punto, y sugirió que hablara con dos jóvenes ubicados en la esquina aledaña al almacén.
Ellos parecen ser quienes negocian con los afectados los objetos que les hurtan, y permanecen allí, incluso, a medida que se acerca la tarde el grupo aumenta. A las 2:00 ya había seis jóvenes.
Cuando iba a hablar con ellos, un hombre se detuvo en un Twingo y acusó a los jóvenes de, presuntamente, haberle robado una parte de su vehículo.
En la discusión aparecieron dos policías. Uno llamó aparte al quejoso, dialogó con él. Después de un rato, el afectado le dijo a un joven: “Vaya, véndala por allá” (señala el Parque Liborio) y arrancó en su carro acompañado de una mujer.
El acusado es bajo, musculoso, trigueño, rapado a los costados y de colitas, va en una bicicleta y, amenazó, que ya le cogió las placas, que lo tenía en la mira.
En el almacén
El negocio indicado por los dos vendedores está en una esquina, cerca al CAI del Parque Liborio. El lugar tiene una carpa negra, carece de aviso y se llega a él bajando unas escalas. El periodista le preguntó a una mujer si tenía un retrovisor para un Twingo. “Es que le estoy averiguando a mi hermana, que se lo robaron”, le dijo.
Al instante saca el retrovisor izquierdo y dice que vale $70 mil. Le pide el favor de dejarlo fotografiar, porque de esas cosas no conoce, para que (su hermana) verifique si es el que necesita.
La mujer accede y pregunta que cuándo volvería por él. “Es que si está mi hermano, él se lo vende a $90 mil”, asegura. Uno original puede costar hasta $130 mil.
Una cuadra más arriba hay más almacenes de repuestos de carros y, de nuevo indican que cerca a la iglesia consigo lo que sea. Así que si le robaron alguna parte de su automotor, vaya a este sector porque, quizá, allá se la venden.
Foto | Cortesía Policía | LA PATRIA Resultados de los operativos de la Policía a finales del año pasado.
Un sondeo por la web de LA PATRIA arrojó que., de 31 personas que opinaron, 5 dijeron que sí han
comprado repuestos en sitios no autorizados.
Último operativo
La Policía Metropolitana de Manizales y Villamaría indicó que el Grupo de Automotores de la Sijín verifica los establecimientos públicos dedicados a la comercialización de autopartes, para prevenir que se dé receptación.
Así mismo, solicitan la documentación que acredite el legal ejercicio de la actividad comercial y de lo que venden.
"Esas actividades son permanentes para erradicar esta práctica ilegal. El llamado a los ciudadanos es a que desistan de buscar y adquirir elementos de dudosa procedencia por ahorrar algunos pesos. La idea es que se desestimule el hurto de autopartes", expresaron.
Este año han capturado a nueve personas, recuperado 13 autopartes e incautado, 23. El noviembre pasado, en un operativo en el Parque Liborio, verificaron tres almacenes y se incautaron de 95 elementos: 11 stops, 45 espejos, 19 farolas, 5 frontales para radio y 15 emblemas de diferentes marcas, avaluados en $6 millones.
De Asopartes
Según Asopartes, el contrabando de autopartes supera los $2.270 millones de dólares anuales.
Se incurre en delito
El abogado José Fernando Mancera explicó que quien compra artículos robados incurre en el delito de receptación, siempre y cuando el que los adquiere sabe lo que está haciendo.
"Es un delito difícil de detectar. La única manera es que la víctima haya marcado esa pieza. En Manizales se recuerda un caso de alguien que vendió unos equipos de radiología robados de un hospital. Fue condenado por eso, pues sabía lo que hacía. Los adquirió con un ladrón y luego fue a vendérselos a un médico. Ahí lo detuvieron".
La receptación da entre 4 y 12 años de cárcel e incluye la comercialización de autopartes robadas.
Luego de los operativos
La Policía Metropolitana explicó que no tienen registro de personas condenadas por receptación de autopartes.
Aseguró que algunas personas dicen que les tocó ir a Liborio y comprar la misma pieza del vehículo que les acaban de robar, pero no tienen cómo demostrarlo, pues no están marcadas.
"Ahí no hay qué hacer, no hay forma de judicializar. Otras no denuncian y a los investigadores les toca trabajar con base en indicios y señalamientos sobre X o Y establecimiento", indicaron.
Argumentaron que en caso de encontrar en estos locales una pieza marcada, y que se esté vendiendo, podrían arrancar con un proceso penal contra quienes trabajan allí, para que luego la Fiscalía se encargue de compulsar copias y ejercer control sobre esos locales.
Los elementos incautados en los operativos son llevados a la Estación de Policía Manizales y como nadie los reclama, se le solicita al Ministerio Público la destrucción.
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