Para quienes llegan a fin de año con la eventualidad de graduarse, el dinero se convierte en un elemento clave. Independiente del presupuesto, de si es mucho o poco, se destinan recursos para obsequios, celebraciones y papeleo. Los padres suelen asumir el gasto.
Los que se van de la universidad toman el grado como uno de los últimos regalos antes de ingresar a la vida laboral. Casi que es una despedida de la época en que los parientes les ayudan con todo. Y por el lado de los bachilleres, su ceremonia de graduación es una suerte de bautizo en el que se pasa de la adolescencia a una juventud que se acerca a la adultez.
Julián Zapata, bachiller de la Institución Educativa La Asunción, y Luis Felipe Molina, quien recibirá el título de comunicador social y periodista de la Universidad de Manizales, hablan de cómo organizan sus respectivos eventos con ayuda de su familia. Ambos comparten el gusto por la tecnología y la actividad social.
Julián Zapata, bachiller Colegio La Asunción
$1 millón 500 mil: smart phone de regalo
$460 mil: traje de gala
$400 mil: cena
$100 mil: fiesta de remate con amigos
$60 mil: comida con compañeros en restaurante, incluida chirimía. Y retiro espiritual
$55 mil: fotos de mosaico, toga y birrete para la ceremonia
Gastos de grado totales: $2 millones 575 mil
Es uno de los 97 graduados del Colegio La Asunción, en ceremonia del pasado viernes. Fue el que obtuvo las menciones de honor, por rendimiento académico, desde octavo hasta undécimo grado. El viernes se puso la toga y el birrete para decirle adiós a la secundaría y enfilar baterías para estudiar Contaduría Pública en la Universidad de Manizales.
Al Teatro Los Fundadores, donde recibió el diploma, llegó aperado con un juguete tecnológico. El sábado anterior los papás lo premiaron con un smart phone, el cual representa el gasto más alto para ellos en este tiempo: $1 millón 500 mil pesos. "Es el medio de comunicación más usado y no me hace falta pagar otro internet para el pc. Me da miedo que me lo roben, por eso soy precavido y no lo saco en la calle".
En las cuentas de grado prefiere no agregar los formularios para el ingreso a la universidad y la matrícula de la misma, pues considera que a pesar de estar relacionadas no son la misma cosa. Los que sí tuvieron que echar calculadora todo el año fueron sus padres, quienes se esforzaron por cuadrar números y llegar planificados a la finalización del año que les implicó abrir sus billeteras.
El viernes cenó en un restaurante con cinco familiares. Su padre no lo pudo acompañar, vaya paradoja, porque es docente y tenía que estar presente en las graduaciones de sus alumnos en La Dorada. El sábado Julián se emparrandó con sus amigos y de esa forma le puso colofón al último mes, que estuvo enfocado en los preparativos de cierre de una etapa e inicio de otra.
Luis Felipe Molina, comunicador social y periodista, Universidad de Manizales
$1 millón 600 mil: reunión con cena en hotel
$850 mil: traje de gala y zapatos
$264 mil: derechos de grado
$230 mil: tarjetas de invitación y envío a ciudades de Colombia y Estados Unidos
$87 mil: autorregalo
$44 mil: mosaico y fotos de grado
$10 mil: corte de cabello
Gastos de grado totales: $2 millones 575 mil
El próximo viernes recibirá el cartón que lo acredita como profesional de las comunicaciones y el periodismo. Si bien este último le interesa, su deseo es convertirse en analista de contenidos informativos, al mejor estilo de programas emitidos en los canales Fox News y CNN News. El modelo de cultura norteamericana ocupa su atención.
No escatima en la atención que le dispone a cada detalle para su día de graduación. El vestido, por ejemplo, incluye pañuelo en el bolsillo del saco. Entre Cali y Manizales compró el atuendo, pagado en partes iguales por su padre y su padrino. Los zapatos, lo más costoso del rubro, representaron la mitad de este paquete. "La idea es estrenar todo el día del grado, hasta bóxer de marca Pat Primo".
Antes de dejar la universidad debió cancelar los derechos de grado. Pero el gasto más curioso de las cuentas es el de las tarjetas de invitación y participación para la cena que sus padres le ofrecerán en un hotel. Envío de estas a cinco ciudades dentro de Colombia y en Estados Unidos a cuatro direcciones distintas.
Como es un afiebrado de la tecnología, se dio a sí mismo un regalo. Es un Chrome Cast o dispositivo para convertir en smart tv un televisor que no se puede conectar a internet. Lo compró vía electrónica en la tienda Amazon y aún no le llegó el envío: "Estoy un poco desesperado con la espera". Cuenta con recibir dos o tres bonos de cuenta de sus familiares para comprar otras cosas en la misma tienda virtual.
Para el corte de pelo que incluye tupé (copete casi al rape sobre la frente) no pidió descuento, pues considera que regatear el precio atentaría contra el derecho del comerciante a buscar una ganancia justa.
Sobre lo que pagará en un amanecedero en las afueras de la ciudad, sostiene que no será más de $50 mil pesos, toda vez que la tradición entre sus amigos es que el homenajeado no debe poner un peso para la cuenta. Entonces el presupuesto para esa noche se limita al pago de los taxis y las pastillas que contrarresten el guayabo del día siguiente.
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