Ricardo Gómez rompió el silencio que mantuvo en la primera semana de bloqueos de la institución, pero no concretó si se va a postular o no a las elecciones para el máximo cargo del Alma Máter. Sostuvo que no era responsable pronunciarse hoy al respecto.
"Una universidad que está cerrada, es una universidad que nos duele", afirmó al inicio de su intervención, que hizo esta tarde con decanos y vicerrectores desde un salón del Palacio de Bellas Artes, donde están laborando ante el bloqueo de la sede Central y demás campus.
Fabio Arias, vicerrector Administrativo, reiteró las afectaciones que se han generado por la anormalidad, aunque pudieron pagar la nómina. Están pendientes los aportes a seguridad social, cooperativas y fondos de empleados, además de los pagos a proveedores y las firmas de varios convenios que incluyen subsidios del Icetex para la manutención de estudiantes de bajos recursos.
Todas las expectativas están puestas en el Consejo Superior que va a sesionar mañana, a partir de las 8:00 de la noche, en la Gobernación de Caldas.
Por otra parte, un grupo de profesores envió una misiva respaldando la gestión de Gómez y no por ello quieren promover su reelección, según afirman:
OTRO PUNTO DE VISTA.
INVITACIÓN A ESTUDIANTES, PROFESORES Y PERSONAL ADMINISTRATIVO
UNIVERSIDAD DE CALDAS
Manizales, 27 de septiembre de 2013
De nuevo nuestra Universidad paralizada, siguiendo el ritual que año tras año altera gravemente la vida académica con consecuencias desastrosas: la discontinuidad en el estudio afecta eso que llaman “calidad de la educación”; la mayoría de los estudiantes se refugia silenciosamente en sus casas o en quehaceres distintos del estudio. Los padres de familia comienzan a pensar de nuevo en enviar a sus hijos a universidades privadas que garantizan que una carrera no demore más de lo establecido en su programa; los profesores y el personal del sector administrativo con contratos por términos definidos de nuevo en la incertidumbre mayor sobre el cumplimiento de sus obligaciones familiares; el enorme costo económico que pagan los colombianos con sus impuestos para el funcionamiento de sus universidades públicas. Y un sinfín de malestar que implica para la mayoría de los universitarios.
El ritual ahora comenzó con reclamos y exigencias –razonables muchas de ellas–, pero poco a poco se ha ido desvelando otro motivo aparente: el acceso a la dirección de la Universidad por parte del sector que siempre ha estado oponiéndose a la administración, propósito para el que no se escatiman los medios que conduzcan a su parálisis, pasando por el rechazo ejercido con vehemencia contra quienes se desmarcan de las decisiones que se toman muchas veces al calor de discursos encendidos, hasta la realización de actos temerarios y abiertamente irreflexivos, como el de haber puesto en peligro la vida de personas durante lo ocurrido en la biblioteca en días pasados, o los indignantes bloqueos que contradicen el espíritu propio de la Universidad, por la vulneración que ello implica, tanto de las libertades individuales, como de la naturaleza y la misión de la universidad.
Puesto que de todas maneras se aproxima un nuevo período rectoral, es necesario tener en cuenta con serenidad aspectos como los siguientes:
La universidad es una comunidad, y es una comunidad jerarquizada. De esta afirmación se desprenden importantes consecuencias. A diferencia de una sociedad, en la que, tanto la historia como la filosofía han mostrado la inconveniencia de largos períodos del gobernante en el ejercicio del poder, en esa institución jerarquizada que es la Universidad - puesto que sus objetivos y funciones están determinados por los de la nación, que no son otros que el de la conservación, la transmisión y el desarrollo del conocimiento que hacen posible la vida civilizada, la vida de la cultura, de quienes la dirigen -, lo que se espera y se exige es que aquellos gobernantes cumplan dichas funciones y contribuyan al logro de esos objetivos bajo la lupa del máximo organismo que es el Consejo Superior.
Claro que es importante la participación de todos los universitarios en esos propósitos, y, por lo tanto, sus voces deben ser escuchadas y tenidas en cuenta, como ya ha sido replanteado y establecido por el Consejo Superior. Por otra parte, es completamente legítimo que quienes consideren inconveniente la continuidad de una administración puedan plantear caminos distintos, pues no se trata de defender o no una gestión, sino, en primera instancia, de evitar las soluciones de hecho. En cualquier caso, la evaluación del trabajo de la administración actual es indispensable para tomar decisiones informadas.
Es verdad que ha habido errores y desaciertos administrativos y que es preciso que se reconozcan, no obstante lo cual, sus faltas a la democracia en nada superan a las de las organizaciones gremiales con sus bloqueos. También que la Universidad tiene problemas, como el de haberse dejado contaminar de la epidemia nacional de “cambiar articulitos” para confeccionar otros a la medida, con lo cual se desliga la legitimidad de la legalidad. Quizás el más grave e importante sea el de la concepción sobre los estudios de posgrado que, con la anuencia –en ocasiones inconsciente– del profesorado, se ha venido privatizando. Pero este es un problema que tiene que ver fundamentalmente con el modelo nacional.
No se trata de promover la reelección – y se hace énfasis en ello -, pero si hemos de ser justos con la verdad, conviene mencionar algunos aspectos fundamentales para un balance y la discusión objetiva sobre la gestión de la administración actual.
1) Desde el primer momento el Rector se ocupó del gravísimo problema del pasivo pensional que la Universidad venía arrastrando del pasado. Este problema lo resolvió.
2) La Universidad de Caldas, durante los últimos años, se ha venido posicionando entre las diez primeras del país en cuanto a desarrollo académico e investigativo. Si bien es cierto que en ello cuenta el esfuerzo de los profesores, es también cierto que ello no ocurre sin un ambiente administrativo favorable.
3) Teniendo en cuenta las recomendaciones del Consejo Nacional de Acreditación y la gran influencia de la Universidad de Caldas en la cultura de la región, se comprometió de lleno con el proyecto del Centro Cultural Universitario, diseñando una estrategia que hace posible su ejecución en tres fases.
4) A pesar de los enemigos internos, y con el acompañamiento de la academia, la administración logró obtener de nuevo la acreditación de alta calidad.
5) La planta física de la Universidad –en buena medida– se encuentra reestructurada y reformada sin que ello signifique que es suficiente.
6) Debido a sus políticas de proyección los indicadores de presencia en los municipios y el intercambio internacional han crecido considerablemente.
7) El avance en la sistematización de todos los procesos administrativos está a la vista, no obstante lo fatigoso que se torne a veces la exigencia de los formatos.
Finalmente, no se puede olvidar que el pronunciarse a favor o en contra de la continuidad de un funcionario o de una política, es también un asunto relativo frente a las alternativas existentes. Y entre las que tenemos hasta ahora son las de la retórica grandilocuente y pesimista frente a lo conseguido con dificultades y con esfuerzo por toda la comunidad universitaria. Nos preocupa el fortalecimiento de la universidad, y consideramos que el Consejo Superior, al evaluar las propuestas de los candidatos, deberá tener en cuenta aquéllas en las que prime lo general sobre lo particular, las que proyecten nuestra Universidad hacia la construcción de un país menos desigual, menos violento y más democrático, haciendo bien lo que la universidad tiene que hacer.
Como consecuencia de las anteriores reflexiones, invitamos a todos los universitarios, de manera especial a los estudiantes, a asumir una posición constructiva y serena, que evite la imposición por la fuerza de la parálisis de nuestra Universidad; y a los académicos que creen en una Universidad abierta y crítica sin la represión de los cierres a proponer alternativas, de tal manera que los conflictos –inevitables entre los humanos– se resuelvan mediante la deliberación.
Cordialmente:
HERIBERTO SANTACRUZ IBARRA
Profesor Departamento de Filosofía
HÉCTOR FABIO TORRES CARDONA
Profesor Departamento de Música
MARTHA CECILIA BETANCUR
Profesora Departamento de Filosofía
LUZ HELENA ARISTIZÁBAL
Profesora Departamento de Estudios Educativos
CARLOS ALBERTO OSPINA
Profesor Departamento de Filosofía
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015