Darío Augusto Cardona
LA PATRIA | MANIZALES
El barrio Samaria, situado en el nororiente de Manizales, y a un costado del barrio Solferino, está creciendo a la vista de miles de manizaleños. Desde varios lugares de la ciudad se puede apreciar como el verde de la vegetación se repliega, para dar paso al terrón colorado sobre el que se vienen levantando estructuras livianas de madera, cercadas con polisombras verdes.
Desde hace un año empezaron a llegar a la zona personas que dicen no tener con qué pagar arriendo, porque en su mayoría están desempleados. En la parte alta del sector se está armando un cordón de viviendas subnormales, estructuras que empiezan a ser cada vez más notorias debido a que en semanas recientes se ha incrementado el número de personas delimitando sus lotes y armando sus casas con guaduas y esterillas.
Los recién llegados reconocen que ya son cerca de 80 familias invasoras y aunque cada uno arma su espacio para resguardarse, tienen un tanque comunal que surten con agua natural nacida a canalizada en la parte alta de la montaña y bajada pormedio de mangueras de PVC.
Ese tanque les garantiza agua para la preparación de sus alimentos y el lavado de ropa.
En el lugar hay personas de la tercera edad y jóvenes que apenas forman un hogar, como también madres cabeza de familia.
Los que están dicen haber llegado de barrios como Fátima, San Cayetano, el centro, el Aguacate y Comuneros, entre otros.
Desde las autoridades
La secretaría de gobierno municipal, Diana Mejía Grand, le manifestó a LA PATRIA que ha citado a varias secretarías para atender las solicitudes de los vecinos del lote, toda vez que se trata de una ladera que merece un tratamiento especial.
El viernes se reunieron con la Unidad de Gestión del Riesgo, UGR, Alcaldía, Corpocaldas y otras entidades para determinar las acciones que van a tomar allí.
Paralelamente una tutela del Tribunal Administrativo obliga a intervenir la zona, por lo que pronto habrá una posición respecto del futuro del lote y de quienes buscan establecerse allí.
José Daniel Bernal Barrera es de Floresta, Boyacá, está en Manizales porque la hija estudia Ciencias Sociales en la Universidad de Caldas. Tiene 63 años, dice estar desempleado y aunque su esposa trabaja, el sueldo no les alcanza, por eso invade.
Angie Yusara Galvis Ramírez es madre cabeza de familia, tiene una hija y vive con su hermana Wanda Carolina que tiene una bebé de días de nacida. Ambas están sin empleo y a los niños no los reciben en los jardines porque no están vacunados. Angie trabaja independiente vendiendo lociones y pantalones pero dice que el mercado está muy duro.
La tolimense Nayiver Londoño vivía en el centro de Manizales, pero su esposo ha tenido poco trabajo y por eso decidieron invadir.
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