LA PATRIA | MANIZALES
Jorge Hernán Estrada Estrada es ingeniero electrónico con un doctorado en Ingeniería y docente del departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Computación. Hoy hace pruebas en un instrumento que salvaría vidas.
Mientras trabajaba el pasado viernes en el laboratorio instalado en su casa, recibió la llamada del vicerrector, Camilo Younes Veloza. Les pidió a los profesores que pensaran en el desarrollo de dispositivos que sirvieran para hacerle frente a la pandemia del covid-19.
Estrada no tardó en pensar en un respirador artificial. “La primera idea era hacer algo que se pudiera replicar, que fuera muy sencillo, de buena calidad, de bajo costo y con facilidad de conseguir los componentes. En mi laboratorio los tenía”, explicó.
Ayer, aprovechando el confinamiento y luego de un fin de semana trabajando en el dispositivo, pudo desarrollarlo y ahora están en pruebas.
Mañana lo probará con un médico y luego planea fabricar cinco equipos y ofrecerlos a centros de salud para analizar su funcionamiento. Posteriormente, buscará las empresas que puedan construirlo y entregarlo al público en general.
Su utilidad
“El propósito es un tratamiento preventivo y terapéutico. Un 95% de quienes contraen el virus se quedan en casa, al 5%, desafortunadamente le toca ir hospital, no hay suficientes camas ni médicos y el objetivo básico es hacer el tratamiento en la casa”, dijo Estrada.
El dispositivo oxigena con aire caliente por encima de los 55°C. Sostiene que a esta temperatura no existe riesgo de quemarse y además es el talón de Aquiles del covid-19.
Él basó su proyecto en videos que muestran que las abuelas calentaban el agua y se respiraba el vapor para atacar los virus.
“La persona sabe si la temperatura es elevada y puede bajarle. Es innovador porque solo suministra aire cuando el paciente inhala. A medida que va pidiendo, la máquina le suministra. Es una terapia de calidad que no exige mayores conocimientos”, sostuvo el docente.
Agregó que la empresa privada, la Dirección Territorial de Salud y el Ministerio de Ciencia y Tecnología le ofrecieron su apoyo y participará en una convocatoria de emergencia para desarrollar dispositivos que sean útiles para el manejo de la pandemia.
Lo que sigue es hacer las pruebas médicas, enviar la solicitud al Invima para efectuar la prueba piloto y así poder ofrecer el respirador.
Funcionamiento
Según Jorge Hernán Estrada, el paciente solo debe prender el respirador, colocarse un sensor de frecuencia respiratoria en una fosa nasal y en la otra fosa, una cánula.
La presión positiva se da de acuerdo al ritmo respiratorio del usuario para que asimile la mayor cantidad de oxígeno. El equipo también puede monitorear los signos vitales y avisa con sonidos.
Costos
Hay dos tipos de ventiladores, explica Estrada: el invasivo (usado en quirófanos y Unidades de Cuidados Intensivos) de alto costo, entre $90 millones y $180 millones; y el no invasivo, como el que diseñó el docente, que puede costar unos $900 mil. "Algunos pacientes que presentan mejoría y usando el primer ventilador podrían cederlo a otro paciente más necesitado y entonces seguir en terapia ventilatoria no invasiva fuera de cuidado intensivo. Así, mayor número de pacientes urgidos tendrían acceso al ventilador mecánico de alto costo y difícil consecución".
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