ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES
"¡Se vino una avalancha por la Quebrada Manizales!", les dijo ayer a las 3:20 de la tarde el coordinador de teatro a los estudiantes del Sena que asistían a la celebración del Día del Aprendiz. "Creímos que hacía parte del espectáculo y no le hicimos caso, pero luego nos gritó por un parlante ordenando que evacuáramos el sitio, y salimos en estampida", relató la alumna Yorlady Cardona.
Cinco minutos antes se habían activado las alarmas comunitarias en el barrio Maltería por el aviso de un voluntario de la Defensa Civil de que se había desprendido tierra en el sector de las Minas, parte alta de esta zona donde una represa generó el año pasado dos avalanchas (21 de marzo y 13 de abril) que destruyeron viviendas e inundaron fábricas. Los organismos de socorro previeron una posible avalancha, que afortunadamente terminó en una creciente súbita.
Mientras el pánico se apoderó de los estudiantes del Sena, algunos incluso lloraron, avanzó la evacuación de fábricas, instituciones y viviendas a lo largo de la vía al Magdalena hasta el puente de La Libertad. Incluso empleados de Confamiliares de San Marcel fueron desalojados. A las 3:30 de la tarde ya estaba cerrado el paso por la glorieta en este punto.
A otros ciudadanos les preocupó el rumor que no fue cierto de que habría un desasbastecimiento de agua, posterior al aumento del caudal, que bajó con palos y piedras, (ver cuadro Aguas de Manizales reportó normalidad).
En Maltería se respiró más tranquilidad, aunque una damnificada del año pasado relató que una vez escuchó la alarma salió corriendo de su casa, una estructura de madera, por temor a que el agua la arrasara nuevamente.
Gustavo Adolfo Giraldo, otro poblador, estuvo más tranquilo cuando lo evacuaron de una empresa cercana, donde trabaja. Cuando llegó al sector se encontró con la gente ubicada en un plan, lejos de la creciente. "Desde que a uno le avisen, no hay por qué perder la calma", comentó.
El balance que hizo José Humberto Duque, presidente de la Junta de Acción Comunal de Maltería, es que las obras que se ejecutan al pie de la quebrada, como un dique, minimizaron el impacto de la creciente, pues retuvieron material. "Además, funcionaron las alarmas comunitarias". David Fernando Arias, jefe de la OMPAD, aseguró que los organismos de socorro reaccionaron a tiempo.
A las 4:30 de la tarde se reabrió el paso desde la glorieta San Marcel y el flujo de vehículos empezó a normalizarse, aunque a varios trabajadores de las fábricas les dieron la orden desde mucho antes de evacuar la zona, y a algunos les tocó caminar hacia la Avenida Alberto Mendoza porque no había transporte público suficiente. La creciente, que bajó hasta el Río Chinchiná, empezó a reducirse.
Pese al rumor de que se suspendería el servicio, Aguas de Manizales lo desmintió a las 3:58 p.m. a través de un comunicado. El ingeniero Ricardo Sanabria, subgerente técnico (e), fue hasta el sector de Sicolsa, donde elevaron una tubería nueva, pero que aún no se conecta, y constató que no hubo daños a la infraestructura, incluyendo la conducción vieja, que es la que funciona actualmente.
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