LA PATRIA | MANIZALES
Velas encendidas y cantos que entonaron los sacerdotes de la Arquidiósesis de Manizales irrumpieron en el silencio que había ayer a las 10:33 de la mañana en la Catedral Basílica.
En caravana todos, precedidos por el arzobispo Gonzalo Restrepo, desfilaron entre los fieles, que copaban las sillas del templo. Algunos asistentes estiraban desesperadamente sus brazos para tocar al sacerdote de su preferencia, otros inclinaban la cabeza al paso de los presbíteros, y un feligrés más osado se arrodilló cuando cruzó monseñor Restrepo, le cogió las piernas y le pidió la bendición.
Después se inició la misa en la que el arzobispo bendijo los Santos Óleos para los enfermos, catecúmenos y el Santo Crisma.
El religioso Rubén Darío García explicó que la comunión sacerdotal y la renovación de sus promesas como sacerdotes en torno al obispo en esta ceremonia, es el signo de la comunión eclesial. Agregó que esta eucaristía es esperada para santificar la Semana Santa.
Freddy Díaz Granados, misionero claretiano, explicó que como sacerdote es una forma de renovar sus compromisos como servidor de la comunidad "y para los fieles una bendición a los sacramentos que los bendicen".
Por fe
Jairo Jiménez, San Antonio
Estar aquí es una muestra de fe y de estar más cerca del Señor.
Ancízar González, Centro
La fe mueve montañas y hay que alimentarla para que así sea.
Luis Alberto Loaiza, Agustinos
Es maravilloso ver a los sacerdotes unidos y con fe antes de la Semana Santa.
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