LA PATRIA | MANIZALES
Murió el 17 de junio
La antropóloga Anielka Gelemur nació en Argentina, pero Colombia fue su destino y Manizales, su residencia. Hablaba francés, italiano, inglés, portugués y español. Era reconocida en el ámbito cultural de Manizales por su talento a la hora de tocar piano y por sus investigaciones indígenas.
Su muerte ocurrió por un paro cardíaco en la Clínica del Corazón. Tenía 89 años, de los cuales cuatro se los pasó indagando, conviviendo e investigando los orígenes de la comunidad Qimbaya-Kumba en Riosucio (Caldas) hasta publicar, con su esposo, el compositor y músico Guillermo Rendón, el libro El misterio del Kirma Quimbayas hoy.
Era académica con Phd en Ciencias Etnográficas, de la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania), y vicepresidenta del Instituto Bókkota de Altos estudios. Se radicó en Colombia en 1966, descendiente de europeos, y también se destacaba por su creatividad en bordados, tejidos y en las artes culinarias.
Sabia
Quienes compartieron con ella la describieron como una mujer humana, sabia, cariñosa, con ortografía perfecta, buena escritura, lectora, excelente sazón y que siempre quería regalar a los demás su conocimiento.
Para el maestro Rendón, su esposa era buena para hacer relaciones humanas. "Hablaba con alguna persona y ya sabía con quién la tenía que relacionar", dijo.
Aparte de sus investigaciones con los indígenas de Riosucio, Anielka también publicó otras obras como un trabajo de diez petroglifos, identificados como de las culturas Umbra, Chamí y Picará. El resultado, el libro Samoga – Enigma y desciframiento (1998). Obra meticulosa en la descripción de la labor en el campo, con la agradable crónica de los recorridos, las ubicaciones geográficas, la reproducción de los petroglifos y la interpretación científica de ellos.
Sin embargo, según Rendón, en los planes de Anielka estaba publicar tres libros más. Uno de culinaria, otro de acuarelas y el restante de tejidos, porque era experta en eso. De los momentos que compartió con ella trajo el instante del último concierto al que asistieron juntos en el Centro de Convenciones Teatro Los Fundadores, en el que a pesar de su estado de salud disfrutó de la noche y regaló varias sonrisas.
Partida
La salud de Anielka se fue deteriorando. Le habían puesto un marcapasos, su movilidad la estaba perdiendo y fue hospitalizada hasta que falleció.
Anielka fue sepultada en un mausoleo en el Cementerio San Esteban, los indígenas de Riosucio no pudieron asistir a su funeral, pero le hicieron un ritual con sus dioses para darle el último adiós a la mujer que consideraron parte de su familia y una maestra.
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