Andrés de los Ríos, comienzo con luz

Garapullo/El Pregonero

Las maneras toreras de Andrés de los Ríos confirmaron su momento apropiado para la alternativa. César Rincón un padrino de inmejorable calidad. Manuel de Jesús, El Cid un testigo de quilates.

La ganadería tuvo tres toros de calidad-  

Lo dicho, una alternativa con los resultados de lo visto ayer es una excepción que para bien de Manizales, de su afición y por sobretodo del nuevo matador de toros no podía ser mejor. La corrida aplazada del día miércoles aún despertaba polémica en el patio de cuadrillas debido a las justificaciones que se esgrimieron para obtener y conceder el aplazamiento. De ello habrá que escribir y pronunciar muchos argumentos y críticas. Mañana fría y ruedo sometido a tratamiento del piso, que lo mostraron diferente y bien demarcado en el tercio y los medios, fue el preámbulo de una muy buena corrida de toros para el alternante y de divertimiento para el público en el último toro corrido hacía la una y media de la tarde.

Lleno visual absoluto a pesar de la devolución de dinero otorgado por la empresa a quienes deseaban hacerlo por múltiples motivos. Al cierre de la corrida se calculaba en unas mil boletas tomadas de nuevo por la empresa y de inmediato vendidas a otros asistentes. El cartel, merecía ser visto.

Andrés de los Ríos

El alternante de grana y oro con su figura estilizada y su andar y maneras parsimoniosas se encontró con el mejor lote de la tarde y para el toro de su alternativa escogió luego del sorteo a Fraile de 476 kilos, negro, de buen trapío. Inició su faena de capa avanzando del tercio a los medios con tres lances a pies juntos, una verónica y media verónica dignas de destacar. Luis Carlos Pedroza, Luisin, le propinó una vara corta que fue aplaudida. Costumbre que está imperando. Tres bellos quites a dos y una mano. Buen tercio de banderillas destacándose los pares de Alex Loaiza. Brindó a su señora madre e inició la faena de muleta con un pase cambiado por la espalda. En los medios, derechazos y pase de pecho para continuar tres tandas de naturales templados y mandones. Música merecida. Dos semicirculares con la derecha, limpios, lentos y profundos. Toreó con elegancia. Dos semicirculares invertidos y pases de pecho y por alto le fueron dando el marco a la faena. Estocada ligeramente caída que fue suficiente. Dos orejas y aplausos al arrastre del toro, que junto con el sexto de la tarde fueron los mejores. Un nuevo matador de toros que logró en su alternativa un envidiable triunfo que lo deberá acompañar por siempre en su vida taurina.

En su segundo toro, el sexto de la tarde, Laurcalco de 496 kilos y negro, que salió partiendo plaza. Sucedió algo especial con el público por cuanto éste aplaudió y animó con la voz todo lo que sucedía en la arena, así su faena no tuviera la brillantez de lo acontecido con el toro de su alternativa. Con tres verónicas y una media abrió la faena. Picado por Rafael Torres, fue el que más apretó en el caballo, aunque el picador le tapó la salida por lo cual fue pitado. Doblones y pase por alto en los medios. Tres derechazos y música. Una mezcla de naturales y derechazos, algunos de los cuales fueron trompicados. Al grito de ¡torero, torero!, se evidenció un fenómeno de masas. La faena tuvo dos partes evidentes, siendo la última la menos buena. Toro de casta para el cual se solicitó indulto por el público y por el matador, que afortunadamente la presidencia no concedió. El toro hizo dos extraños, Por el apuro de la gente y la orden de la presidencia se apresuró a matar y dejó de paso una estocada caída que fue suficiente.  Una y otra oreja ante clamor del público, fue colofón adicionado de una vuelta lenta al arrastre del toro. De nuevo a la salida de plaza los interrogantes sobre si la faena era tan meritoria para recibir dos orejas y si era un premio adecuado para el toro la vuelta lenta al arrastre. De todo hubo, a favor y en contra. Los ganaderos estaban felices y fueron justos en sus apreciaciones. Recibieron con honor y honradez el premio.

Cesar Rincón

El padrino del alternante. De azul cielo y oro. Le correspondió a Paisa de 552 kilos en su primer turno. Negro, bragado, meano y ligeramente cornivuelto. Con la capa tres verónica y una media para destacar. Por efectivos delantales y una chicuelina lleva el toro al caballo. Una vara bien puesta y larga que fue extrañamente aplaudida. Contrastes. Dos buenos pares de banderillas. Brindó al público. Pases con la muleta junto a la barrera en uno de ellos el toro se estrelló en las tablas. Un topro difícil y huidizo, al cual fue encelando Rincón con su técnica torera. Derechazos y naturales ligados, dándole los espacios y tiempo al toro. Algunos de los pases trompicados pero en general una faena en donde se apreció el mando que tiene sobre los toros. Música y faena en los medios. De pinchazo, una estocada arriba y tendida y un descabello mató al toro. Aplausos l arrastre del toro, dejado ver por la sapiencia del Cesar Rincón. Saludos desde los medios.

En su segundo toro, Aguafiestas de 456 kilos, negro meano, bien de pitones. Lo recibió con tres verónicas para destacar. Otros buenos delantales para llevar el toro a donde Clovis Velázquez a un toro que recargaba le aplicó una vara pero tapándole la salida, a pesar de ello el picador fue aplaudido. Un tercio de banderillas a la mitad de bueno. No brindó. Doblones muy efectivos parea llevar el toro del tercio a los medios. De nuevo Cesar Rincón demostró que sabe de toros y del manejo de éstos.  Toro a querencia. Tandas de derechazos con temple, parando y mandando. Pases por alto y otro citando de lejos. Naturales con armonía. Música. Toro con dificultades y querencia. Una estocada caída y tendida, suficiente. Una oreja a petición mayoritaria del público. Pitos al arrastre del toro.

Manuel de Jesús, El Cid

No fue el El Cid  el torero que se quería ver. El puede y ha dado mucho más en otras tardes, de esas que eran las deseables para Manizales. El año pasado estuvo superior, a pesar de los inmensos destellos vistos ayer. Manizales quiere ver un Cid en todo su esplendor. Aquí es donde queda la duda del valor para el aficionado y para el torero de una sola tarde por temporada. De cal y de arena. De azul y oro. Le correspondió el toro Catavinos con 462 kilos, negro. Cinco bellas verónicas y una media. Una vara y un picotazo aplicados por Luis Parrón. En quites dos verónicas y una media que fueron superiores. Un tercio de banderillas excelente, realizado por M Fernández y Ricardo Santana, que fueron autorizados a demonterarse. Brindó al público. Citó de lejos y dos derechazos en los medios. Naturales limpios, profundos y mandones. Afarolado. Se le negó injustamente la música. Toro difícil. Con evidente tendencia a la querencia. De dos pinchazos, una estocada caída, y un descabello, mató al toro. Un aviso.

Rodamonte fue su segundo toro. Negro, meano, cornivuelto. Cinco verónicas y dos medias verónicas, una por cada lado, de pinceles. Toro flojo de manos. Luis Parrón le aplicó un picotazo, aplaudido. Otro excelente tercio de banderillas por Ricardo Santana y J.J. Rodríguez. De nuevo desmonterados. No brindó. Derechazos limpios y una muleta con la izquierda muy despegada. Estocada arriba y tendida más un descabello. Saludos desde la barrera y luego en los tercios.  Pitos al arrastre del toro.

Ganadería de Ernesto Gutiérrez

Toros con superior presentación a la tradicional. Mucho mejor cornamenta. Toros corridos en primero, segundo y sexto lugar superiores. No siempre es posible el indulto y hay que acostumbrarse a que un toro premiado con una vuelta al ruedo es un premio digno y de enorme valor. No todos dieron igual juego por lo que fue desigual el encierro para la lidia, aunque los tres matadores tuvieron diferentes maneras de ejecutar el toreo. En general no desentonó y sigue siendo una garantía para cualquier corrida de toros, tanto aquí como allá.

Presidencia.

En términos generales acertada aunque no debió aplazar quince minutos el inicio de la corrida ante una plaza casi llena.

* Nota publicada el 6 de enero del 2006 en El Pregonero de LA PATRIA.