"Alberto Jaramillo tiene la disposición de mil hombres juntos"

MANIZALES | LA PATRIA

Para el director de la Fundación Niños de Los Andes en Manizales fue una emoción ver el video en que sus familiares, amigos y conocidos hablaban de su calidad humana.
Ayer en el auditorio Santodomingo de Guzmán, de la Universidad Católica de Manizales, le rindieron homenaje a Alberto Jaramillo Echeverri, director de esta Fundación, destacado por su trayectoria y solidaridad con los niños de la ciudad.
Este hombre es admirado por 145 niños, que lo llaman afectuosamente Papá Alberto, gordo o don Alberto.
Los 25 años que Jaramillo Echeverri lleva liderando esta obra, están representados en el servicio a la comunidad ayudando a menores que fueron abandonados, maltratados o explotados laboralmente. Esa fue la razón por la que el Colectivo Internacional de Ética de Manizales decidió homenajearlo.
Mario Bohórquez, representante del Colectivo, explicó que todos los méritos están representados por el amor. "Lo escogimos porque es un ejemplo para la juventud y la sociedad colombiana, porque la labor que desarrolla es un ejemplo para todos".
La emoción invadió ayer a Jaramillo Echeverri al escuchar las palabras de agradecimiento de una voluntaria de la Fundación, en las que resaltó la sencillez y el afecto que Papá Alberto expresa al momento de atender a los niños.
Marcela González, su esposa,  no contuvo las lágrimas. "Es un hombre espectacular, integral. Es una persona que no busca reconocimiento, pero me encanta que lo hayan hecho porque se lo merece", dijo con una sonrisa.
"Estoy feliz por el homenaje y es un compromiso aún más grande para seguir trabajando por los niños de Manizales", expresó Jaramillo Echeverry.
Algo que lo acongoja es recordar a su madre Clementina Echeverry, en el discurso de agradecimiento se le entrecortó la voz con solo mencionarla. Una actividad que no deja de realizar, es caminar desde las 5:00 de la mañana acompañado de niños la Fundación.
"Me gusta salir a caminar con él porque me escucha y se convierte en un confidente; además, la labor de don Alberto con nosotros es muy bella porque no cualquier persona se le mide a estar con más de 100 niños al mismo tiempo, no todos tienen la paciencia ni el corazón para hacerlo, pero él tiene la disposición de mil hombres juntos", comentó Andrés Salterio, un adolescente beneficiario de la Fundación.