EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
Las derrotas que el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton, líderes de la carrera por la candidatura presidencial, encajaron en los comicios primarios de Wisconsin dejaron el martes un escenario electoral más complicado en Estados Unidos.
El polémico magnate inmobiliario quedó segundo ante su principal rival en la batalla republicana, el senador por Texas Ted Cruz, quien se adjudicó la mayoría de los 42 delegados en liza, mientras que el gobernador de Ohio, John Kasich, acabó tercero.
La ex secretaria de Estado también perdió frente a su único adversario, el senador socialdemócrata Bernie Sanders, que se llevó la mayor parte de los 96 delegados en juego.
El recuento de los delegados en la temporada de elecciones primarias en EE.UU. es un asunto de capital importancia, pues ellos designarán al candidato a la Presidencia en las convenciones nacionales que republicanos y demócratas celebrarán en julio.
Trump acumula 743 delegados, por delante de Cruz (517) y Kasich (143), si bien necesita alcanzar la cifra de 1.237 para asegurarse la candidatura.
En la competición demócrata, Clinton tiene 1.748 delegados y Sanders lleva 1.058, incluidos los superdelegados (cargos orgánicos o electos del partido que eligen a su candidato al margen de la decisión de los votantes), aunque el umbral para conseguir la nominación a la Casa Blanca se sitúa en 2.383.
En ese contexto, el multimillonario neoyorquino, que domina la campaña republicana con un discurso xenófobo y proteccionista, perdió el martes una magnífica oportunidad para recabar delegados a fin de evitar una convención nacional disputada.
De darse ese escenario, los republicanos acudirían a un foro en el que nadie contaría con una mayoría de delegados y estos tendrían libertad para votar por un candidato, un objetivo que ansía el aparato del partido, que rechaza de plano a Trump.
Entre los demócratas, Sanders se apuntó el martes su séptimo triunfo en las últimas ocho votaciones, igual, salvo que se produzca un terremoto político, nada deja entrever que Sanders, que acusa a Clinton de contar con el apoyo de Wall Street, pueda recortar la ventaja que la ex primera dama disfruta en el cómputo de delegados.
La próxima cita de ambos partidos con las urnas serán las elecciones primarias del 19 de abril en Nueva York, donde Trump y Clinton parten como favoritos y donde tienen muy poco margen de error si quieren recuperar la iniciativa en la campaña electoral.
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