Venezuela se mantiene en diálogo

EFE | LA PATRIA | CARACAS

El ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero reafirmó ayer la vigencia y la fuerza del diálogo político entre el Gobierno venezolano y la oposición, en el que ejerce de mediador, y recalcó que ese proceso es el gran futuro y la garantía de paz del país.

Tras reunirse con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en el Palacio de Miraflores de Caracas, Zapatero celebró la afirmación de compromiso del jefe del Estado con el proceso de diálogo, e indicó que en los próximos días las mesas técnicas, establecidas para hacer avanzar las negociaciones, revisarán el cumplimiento de los acuerdos suscritos por ambas partes.

El expresidente español subrayó como esencial que las partes cumplan con sus cuotas respectivas de los acuerdos con la flexibilidad que es lógica en estos procesos y que respeten el compromiso con el manifiesto que ambas acordaron por una convivencia en paz, que invita a los políticos a desterrar el insulto.

“Es verdad que llevamos pocas semanas del proceso de diálogo, pero desde aquí deseo reafirmar el compromiso, la vigencia, la fuerza, el espíritu que hemos logrado consolidar en este tiempo”, dijo antes de felicitar al Gobierno y a la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por su disposición en estos asuntos.

“He asistido a muchas reuniones en las que han estado personas del Gobierno y de la oposición y el clima ha sido de cordialidad, de creciente confianza, de respeto, a la altura de lo que merece el pueblo de Venezuela”, destacó Zapatero.

Las declaraciones del expresidente español se producen horas después de que el gobernador del céntrico estado de Miranda y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles, asegurase ante periodistas que los delegados del Gobierno habían abandonado las negociaciones.

Maduro rechazó estas aseveraciones y remarcó que, por lo contrario, el proceso de diálogo sigue avanzando y se va consolidando en el país caribeño.

Destacado

El diálogo político se activó el pasado 30 de octubre en Venezuela para aliviar la tensión política, económica y social en el país y cuenta con el acompañamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del Vaticano.