Venezuela vuelve a elecciones 189 días después de los comicios del 7 de octubre del 2012, cuando Hugo Chávez celebró su último triunfo. Su muerte obligó a que el país volviera a mostrar en las calles, durante las últimas dos semanas, esa marca de polarización que lo ha desnudado ante el mundo en los últimos tiempos, por cuenta de los odios y amores que despertaban, primero, el fallecido caudillo, y ahora, los portaestandartes de su legado.
La campaña ha sido una carrera contra el tiempo, así que los dos candidatos más fuertes han optado por mover a la gente a partir de discursos en los que prima lo emotivo sobre lo racional. Las cámaras han mostrado entonces a un Nicolás Maduro, el ungido sucesor de Chávez, hablando incluso de apariciones del comandante en forma de pajarito o de la orientación sexual de su competidor.
A Henrique Capriles, el fuerte opositor, también se le han escuchado adjetivos y frases fuertes como: "mientras más hable Nicolás, mejor, porque nos damos cuenta de lo que hay", o "el comando nuestro se llama Simón Bolívar porque Simón Bolívar es de todos, no le pertenece a un partido".
Las propuestas han pasado a un segundo plano, aunque se han escuchado. Maduro, por ejemplo, quiere asegurar el continuismo garantizando el control estatal sobre los recursos energéticos y adaptando el modelo educativo al modelo productivo. Capriles se ha centrado en la seguridad, pues la considera el talón de Aquiles del gobierno. También promete la creación de tres millones de empleos estables y ampliar la cobertura sanitaria.
Quien gane deberá lidiar con una inflación superior al 20 %.
El peso de las palabras
Lo más interesante estuvo la última semana, con encuestas que le daban ventaja a Capriles, pues no estaban previstas.
Carlos Escalante, presidente del Centro Interamericano de Gerencia Política, afirma: “la caída de Maduro se da desde el momento en que habló del tan sonado pajarito, el 3 de abril; de inmediato empieza a subir Capriles”. Se basa en los sondeos de la firma Datamática (con mil llamadas telefónicas diarias desde el 24 de marzo a números fijos y celulares, y realizadas en 14 de los 23 estados del país vecino). Esos números, asegura el analista, muestran cómo ha ido cambiando la intención de voto de los venezolanos.
¿Quién está más capacitado para ser presidente de Venezuela?, ¿quién puede resolver los problemas de inseguridad? ¿quién puede hacer que los venezolanos tengan más dinero en los bolsillos? y ¿cuál de los dos candidatos les da más tranquilidad de que no habrá un aumento de precios después de las elecciones?, son las preguntas formuladas por los encuestadores. Con ellas, Datamática da como posible ganador a Capriles, quien hasta el jueves pasado superaba a Maduro por entre 14 y 22 puntos, dependiendo del tema abordado.
Maduro se muestra confiado. No tiene la potencia de Chávez, pero aún está montado sobre el duelo que guardan los chavistas por su líder, todo un catalizador de su impulso.
La polarización ha generado una tensión constante, y se mantendrá después de los comicios. Es algo que han advertido las autoridades internacionales y se presenta como un reto para el Gobierno, que independientemente de quien gane debe garantizar la tranquilidad del país ante los ánimos subidos.
Prevén un aumento de la abstención
Las dudas con las que muchos votantes venezolanos afrontan las elecciones irrumpen como un factor novedoso. Desde que Hugo Chávez irrumpió en el poder en 1999, no ha habido prácticamente espacio para los matices en las urnas ante una figura que no dejaba a nadie indiferente: o se estaba con Chávez o se estaba contra Chávez. Sin embargo, en los primeros comicios sin él en 14 años, las habituales posturas categóricas de los votantes se acabaron y el blanco o negro en muchos casos pasó a un tono más gris.
Pese al voto duro chavista y opositor, las dudas que algunos seguidores oficialistas manifiestan hacia el elegido de Chávez, Nicolás Maduro, se unen a la opción abstencionista o a un desencanto opositor de ir a votar por Henrique Capriles.
"Otro como Chávez no vuelve a nacer. Ni que pongan 200 Maduros, jamás llega a Chávez y, sí te digo, prefiero dar el voto a Capriles antes que a Maduro porque ofende, habla muy feo", asegura María, vendedora ambulante de 52 años de Petare, el mayor suburbio de Caracas. Madre de 12 hijos, siempre votó por el líder bolivariano pero, sin confiar en que el sucesor sepa llevar las riendas de su padre político y satisfecha con la ayuda que le brindó Capriles como gobernador de Miranda, cada día pide a Dios que "esta elección la gane Henrique".
Otras como Deybis Muñoz, obrera de 35 años que apoyó a Chávez desde 1999, asegura no hallar por quién votar. "Veo a Maduro y si él hablara por sí mismo y sus pensamientos fueran propios, quizás me fuera más por él. Capriles tiene muchas cosas malas, no se ve sincero en su forma de hablar... No sé, puede ser que no vote porque es como un voto botado".
Después de una participación récord del 80 % en los pasados comicios de octubre, el fantasma de la abstención es una amenaza que ambos comandos de campaña tratan de atajar, mientras el papel que jugará el próximo 14 de abril es todavía incierto.
La oposición confía en que la disminución de votos que tradicionalmente suele darse en el oficialismo, en una elección sin Chávez la beneficie en esta contienda.
Hablan los expertos
Gana Maduro
"No hay necesidad de ser clarividente para apostar que Maduro va a ganar. Así lo muestran diferentes sondeos serios. Maduro hereda un caudal electoral de importancia dejado por Hugo Chávez, que le va a permitir ganar con suficiente solvencia.
También es el heredero de problemas mayúsculos relacionados con la inflación, la devaluación, la inseguridad y el atraso tecnológico en la industria petrolera. Todos estos problemas los debe enfrentar en el corto plazo y con toda seguridad harán mella en la alta popularidad del chavismo".
Álvaro Turriago Hoyos, profesor de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de la Sabana.
Incertidumbre
"El resultado es incierto, pues algunas encuestas mostraron tendencia favorable a Henrique Capriles. De ser así, la pregunta es si el chavismo estaría dispuesto a aceptar la derrota y a garantizar un proceso electoral transparente. Solo la comunidad internacional puede ejercer hoy una vigilancia para que así sea.
Infortunadamente el Gobierno colombiano pasó de agache ante la vulgar desinstitucionalización que se vivió en Venezuela desde que Chávez viajó por última vez a Cuba, hasta el día de las elecciones de su sucesor. Esa complicidad, amparada por la OEA, solo muestra que la construcción de las instituciones es un proceso muy incipiente en América Latina, y que el socialismo bolivariano logró conquistar corazones a punta de petrodólares. Mal precedente para la región.
Iván Garzón Vallejo, director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana.
"Está dividido"
"La situación de Venezuela se puede resumir en la siguiente frase: distinto candidato oficialista, mismos problemas. Los inconvenientes del país no menguan, sino que se acrecientan: la inflación, el intento de control de los medios, endiosamineto de la figura de Chávez desde el oficialismo, falta de financiación a las empresas, apagones constantes, violencia endémica... y eso va en contra de Maduro, que aprovechará la figura del expresidente en su beneficio, sabiendo el electorado que él no es Chávez.
Capriles, a lo suyo: intentar aunar a la oposición, cuyo único pegamento era Chávez, y ahora la aversión al chavismo le favorece. Si Capriles gana, cuestión complicada, se convertirá en el líder indiscutible para afrontar las próximas elecciones con visos de victoria".
José Ángel Hernández, profesor de historia y estudios socioculturales.
"Lo de Maduro, un hecho"
"La elección de Maduro es un hecho. Se podrían hacer distintas aproximaciones al por qué y una obvia es el efecto que aún tiene en la sociedad venezolana la reciente muerte de Chávez y el ungimiento que este hizo antes de su partida hacia La Habana. También el hecho de tener toda la maquinaria gubernamental a disposición del candidato presidente encargado y la incapacidad de la oposición para estructurar una postura política creíble.
Benjamín Herrera Chaves, magíster en Política Económica e Internacional.
Un caldense con Capriles
El pacoreño Diego Gutiérrez Álvarez lleva dos años en Venezuela, donde trabaja y estudia. En este momento está vinculado a la campaña de publicidad del opositor Henrique Capriles. Se unió a esa candidatura porque considera que con él se les abrirán muchas puertas a los extranjeros en ese país.
"Estamos listos para la victoria. Estamos moviendo mucha más gente que Maduro. Esta vez sí ganaremos". Al preguntarle por la maquinaria oficialista, no duda en decir que esta vez la oposición va con todo, pues en elecciones pasadas dejó solas las mesas de votación y "así fue como nos hicieron trampa. Capriles nos pidió no abandonar las mesas ni un minuto y observar atentos las máquinas de votación".
Indicó que para hoy manejarán el 1-10, que quiere decir que cada seguidor de la oposición debe llevar a 10 personas que voten por Capriles. Así creen que llegarán al triunfo.
Los otros candidatos
Aunque los medios de comunicación han centrado la atención en Nicolás Maduro y Henrique Capriles, los dos candidatos más fuertes, hay que recordar que son seis aspirantes. Inicialmente eran siete, pero Fredy Tabarquino, del Partido Joven, abandonó la contienda la semana pasada. Los otros cuatro son los siguientes:
María Bolívar
Abogada. Partido Democrático Unidos por la Paz y la Libertad
Reina Sequera
Licenciada en educación. Partido Poder Laboral.
Eusebio Méndez
Pastor cristiano. Partido Nueva Visión para Mi País.
Julio Mora
Partido Udemo.
Caldas, por la recuperación del mercado
A Caldas le debe importar mucho lo que ocurra en Venezuela. Aunque el intercambio comercial con ese país ha disminuido, sobre todo después del 2008, debido a la ruptura de las relaciones entre los gobiernos de los entonces presidentes Hugo Chávez y Álvaro Uribe, ese mercado sigue siendo muy importante para el departamento.
Los vínculos diplomáticos se restablecieron desde el 20 de agosto del 2010, con la llegada del gobierno de Juan Manuel Santos, y estando aún Chávez en el poder. Irene Mejía, gerente de la Andi en Caldas, aclara que no puede pronunciarse sobre la conveniencia del triunfo de uno u otro candidato para la economía caldense, pero explica que aunque la recuperación ha sido lenta, es de resaltar que al menos Venezuela haya vuelto a aparecer en el mapa exportador del país y del departamento.
Indica que la crisis se aprovechó para buscar otros mercados y los empresarios lograron, ante las dificultades, diversificar los destinos de los productos caldenses. Por eso, por ejemplo, países como Bélgica, en Europa, han ganado peso para las ventas regionales. "Si se da una nueva apertura con Venezuela, buenísimo, pero lo importante es que hemos seguido trabajando en búsqueda de nuevos mercados".
Lina María Ramírez, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Manizales, indica: "el gobierno que sea capaz de crear condiciones económicas estables es el que más puede beneficiar a Caldas". Eso la lleva a recordar que el problema con Hugo Chávez es que cambiaba las condiciones comerciales de un momento a otro, por lo que el mercado con ese país no se hacía confiable.
Sin embargo, indica que recuperar esa plaza sería muy importante. "Podemos llegar en camión y es de un tamaño relevante, con unos ingresos nada despreciables".
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