Una vez que la artillería israelí comenzó a bombardear con intensidad el norte y el este de Gaza, cerca de 18 mil gazatíes, de acuerdo con datos de la UNRWA, abandonaron su hogar, impulsados por el terror que desató en las poblaciones la presencia en Gaza de la infantería y los carros de combate israelíes.
Las unidades terrestres del Ejército israelí cruzaron anoche la frontera entre Gaza e Israel en medio de intensos bombardeos después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, autorizara la segunda incursión terrestre en la Franja en cinco años.
La consecuencia fue una larga noche de terror que en la mañana incrementó el miedo y dejó a la zona al borde de un nuevo pico de incremento en su perpetua crisis humanitaria.
En los combates cuerpo a cuerpo murieron 14 milicianos y un soldado israelí, según datos del portavoz castrense.
No obstante, una investigación preliminar indicó que el soldado israelí que murió fue víctima de un proyectil de tanque disparado por sus compañeros de filas.
El soldado es la segunda víctima mortal israelí desde que comenzó la operación el 8 de julio, que en el lado palestino ha dejado ya más de 280 muertos.
Buscan refugio
Los palestinos que abandonaron la zona recogieron la poca comida que les queda en casa, hicieron un hatillo de ropa y buscaron refugio con el colchón al hombro.
La gran mayoría con uno de los pocos destinos posibles en mente: las escuelas gestionadas por la UNRWA, que ya se encuentra al borde de la capacidad establecida en el plan de contingencia, que cifraba los posibles desplazados en 50 mil.
"La cifra de personas que han buscado refugio en la UNRWA desde el inicio de la ofensiva se dobló, de las 22 mil que había hasta cerca de 40 mil. Los estamos acomodando en 34 centros de la agencia", afirmó Chris Gunness, portavoz de la UNRWA.
La agencia lanzó un petición de ayuda a los donantes de 60 millones de dólares para trabajos de emergencia. "Esto sería suficiente para cubrir las provisiones de los desplazados el mes siguiente y reponer las partidas de emergencia para los seis meses venideros", explicó Gunness, quien volvió a exigir a las partes que respeten el derecho humanitario internacional.
Asediados
A parte de las escuelas, los gazatíes no tienen otro lugar para huir, ya que Israel impone un asedio militar por tierra y mar sobre la franja, y Egipto mantiene cerrado el paso de Rafah, que comunica Gaza con el resto del mundo.
"Queríamos quedarnos en nuestra casa. No tener que vivir de prestado. Pero fue horrible, las bombas no dejaban de caer y los niños no podían dormir", explicaba Umm Salah, una mujer de 32 años.
"Aquí los niños duermen. No mucho, pero duermen. No hay nada seguro en Gaza, pero aquí nos sentimos mejor", agregaba a su lado Lamia, su hermana.
Según datos de la propia UNRWA, más de la mitad de los cerca de dos millones de personas que viven en Gaza son niños o menores de edad.
Afectados en su desarrollo psicológico por el conflicto y el asedio, son ahora también víctimas mortales: alrededor de medio centenar de ellos han perdido la vida en 11 días de ataques.
Israel aseguró haber arrestado a 13 palestinos a los que buscaba por pertenecer al brazo armado de Hamás y dijo haber destruido una veintena de lanzaderas de cohetes y más de una decena de túneles, que aseguró son su principal objetivo.
Las milicias, por su parte, negaron lo de los túneles y prosiguieron con su lanzamiento de cohetes contra Israel, en menor medida, y sin causar víctimas.
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