EFE | LA PATRIA | Tel Aviv
Moscú, Roma, Mikonos, Londres, Zúrich o Estambul, acompañados por unas brillantes letras en las que se lee "cancelado", demostraban que la normalidad ha desaparecido del aeropuerto de Ben Gurión, el principal de Israel.
17 días después de que se diera inicio a la ofensiva militar israelí sobre Gaza que se salda, hasta la fecha, con más de 730 palestinos y 35 israelíes muertos, el aeródromo de Tel Aviv ha pasado a formar parte del campo de batalla del intercambio bélico protagonizado por Israel y Hamás.
Objetivo "legítimo" para el movimiento islamista por contener una base militar en su perímetro, Ben Gurión trata de ser alcanzado por alguno de los más de dos mil cohetes disparados desde la franja desde el pasado 8 de julio.
Las "Brigadas de Azedín Al-Kasem", brazo armado de Hamás, asumieron ayer mismo la autoría del lanzamiento de dos de ellos hacia sus pistas, solo horas después de que Estados Unidos levantó las restricciones impuestas a las aerolíneas nacionales para viajar a Ben Gurión, después de haber prohibido la salida de los vuelos con ese destino.
El motivo: el impacto de un cohete disparado desde Gaza en Yehud, localidad situada a escasos kilómetros de las pistas aeroportuarias, que causó una medida sin parangón desde la guerra del Golfo de 1991 y que fue secundada por varias compañías europeas.
Sin embargo, y a pesar del ejemplo estadounidense, numerosas aerolíneas internacionales mantienen canceladas sus operaciones por razones de seguridad, "efecto que ha dañado el turismo", se queja el conductor de un famoso hotel de Jerusalén, que asegura está "vacío, increíble en estas fechas".
Aburrido, Julián espera en la sala de "Llegadas" con un ramo de rosas en la mano. Su mujer quedó "atrapada" dos días atrás en Estambul, donde hacía escala en su regreso a casa tras unas vacaciones con sus padres en Amsterdam.
"Tenía que volver el martes por la noche, pero les subieron al avión para después bajarles. Esperó dos días y ayer decidió volar hasta Rumanía y desde allí venir a Israel. Sin embargo, sus padres no querían dar más vueltas, así que siguen en Estambul", comenta sonriendo al pensar en la anécdota.
Aguardan
Shir Amit tampoco se muestra molesta. Es difícil no verla entre la revuelta de gente que aguarda a sus familiares cargados de globos y flores, mientras hace lo propio por una amiga.
Se rodea por otras dos chicas que llevan, al igual que ella, camisetas con letras chillonas que mandan un mensaje completamente ajeno al entorno: "Fuck it. This is Palma (Qué le jodan. Esto es Palma).
"Sí, vengo de Palma de Mallorca. Teníamos el vuelo para el martes, pero nos dijeron que quedaba suspendido", afirmó.
"Y ayer, después de que nuestros padres se tuvieran que hacer cargo del coste del hotel porque no teníamos dinero, hemos llegado, pero a Eilat (al sur del país). Y luego, cinco horas de autobús", narra a Efe asentida por sus amigas.
Tiene 18 años y dice que este es "su último gran viaje" antes de enrolarse en el servicio militar obligatorio el próximo mes de marzo.
"La verdad es que me hace ilusión. La situación aquí es difícil, ¿sabes? Pero es nuestra realidad. Esto es Israel, crecemos sabiendo que pasaremos por el Ejército y claro que me imagino en combate. Es lo que hacemos", señala.
"Y no hay otro sitio para nosotros que no sea Israel", explica en relación a la evidente posibilidad de verse inmersa en una acción bélica como la actual campaña en Gaza.
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