
Este conflicto cumplirá tres años en marzo
Susana Samhan
Efe | LA PATRIA | Beirut
Pan rancio, trigo seco y alguna legumbre es la comida en las mesas de muchos hogares sirios en las zonas cercadas por la guerra, donde más de 200.000 personas viven sin apenas alimentos que llevarse a la boca, agua o electricidad.
Si hay una ciudad que sabe de las penurias de la escasez de comida y medicinas es Homs, donde el asedio gubernamental en torno a los barrios controlados por los rebeldes dura ya dieciséis meses.
"El único alimento que hay es bulgur (trigo seco partido) y algunas lentejas, no hay ni azúcar, ni sal. ¡Tampoco hay combustible para los hospitales!", lamenta Abu Basam, un activista que reside en Homs, aunque por motivos de seguridad no revela su ubicación.
El bloqueo imposibilita la entrada de ayuda a partes del centro de Homs y a 14 barrios en manos de los opositores, como los de Al Auar, Al Qusur o Bab el Drib.
En las áreas asediadas tan solo hay un hospital de campaña, donde, según Abu Basam, hace dos meses que se acabaron los medicamentos.
"Hay gente con heridas leves que mueren por infecciones porque no pueden ser tratados adecuadamente", se queja este hombre, que padece una enfermedad del hígado.
Crisis
En los distritos bajo control del régimen, aunque hay comida, las condiciones tampoco son mejores, denuncia Abu Basam, porque "te pueden detener y torturar".
Ante este panorama, muchos han decidido marcharse de Homs, mientras que los que permanecen ni siquiera pueden entrar en calor en invierno por la falta de combustible para las estufas.
En otros lugares del país, como en Guta Oriental, en las afueras de Damasco y escenario de combates entre los efectivos del régimen y los insurgentes, la situación tampoco es mejor.
Allí, algunos hacen pan con cebada para alimentar animales, lo que ha aumentado la incidencia de problemas intestinales y estomacales, explica por internet Abu Hosam, portavoz del opositor Centro Médico de la población de Maliha, en Guta.
Otros llevan una dieta a base del poco pan rancio que pueden encontrar, y que a veces intercambian por repollo, la única verdura disponible en ocasiones, para alimentar a sus hijos.
Siria sufre en general una crisis de pan desde el comienzo del conflicto, a mediados de marzo de 2011, por la dificultad para hallarlo, tanto en áreas en manos del régimen como las que están bajo dominio opositor, así como por el incremento desorbitado de su precio.
Una imagen habitual en muchas ciudades son las colas delante de las panaderías, que a veces son blanco de ataques.
Abu Hosam destaca que hay muchas intoxicaciones alimentarias por comida en mal estado y que las medicinas escasean en Maliha, ubicada al sureste de la capital.
Aunque en Al Maliha hay un hospital, que volverá a funcionar el próximo mes después de ser rehabilitado, faltan médicos, equipamiento y carburante.
Los refugiados
Los cercos a zonas habitadas por la población civil están sirviendo como arma de guerra en el conflicto sirio, según denunció la ONU esta semana.
El organismo internacional estima que unas 245.000 personas residen atrapadas en áreas cercadas por el Gobierno o por los insurgentes, donde no tienen acceso a suministros ni a servicios básicos.
La situación es crítica en algunos lugares, como el campo de refugiados palestinos de Al Yarmuk (Damasco), donde casi medio centenar de personas han fallecido por la falta de alimentos y medicinas en los últimos meses.
El dato
La ONU calcula que 9,3 millones de personas en Siria tienen necesidades humanitarias urgentes, tras casi tres años de conflicto.
Oposición asistirá a Ginebra 2
La Coalición Nacional Siria (CNFROS), principal alianza opositora, anunció que acudirá a la conferencia de Ginebra 2, después de que la ONU retirara la invitación a Irán para que asistiera.
Agregó que participará en la reunión, que está previsto que comience mañana en Montreux (Suiza), para iniciar la aplicación del acuerdo logrado en 2012 en la primera conferencia de Ginebra.
Ban había invitado a Irán, aliado del régimen de Damasco, para que tomara parte en esta cita.
Sin embargo, el secretario general de la ONU se quedó "totalmente decepcionado" por la declaración pública hecha por un responsable iraní acerca de que su Gobierno no aceptaba que la conferencia se basara en la creación de un órgano ejecutivo de transición, afirmó el portavoz de Ban, Martin Nesirky.
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