LA PATRIA | MANIZALES*
Ucrania celebra hoy el Día de la Independencia que coincide con los seis meses de guerra con Rusia. Un festejo agridulce por los dos escenarios que enfrenta el Estado invadido. Si bien hasta ahora ha logrado establecer una capacidad suficiente de resistencia, ha reorganizado sus tropas, consiguió más armamento y logró apoyos de terceros países, aún no expulsa a su enemigo que ha anexado territorios ucranianos y tiene bajo su poder la central nuclear de Zaporiyia que tiene al mundo en vilo.
Las hostilidades tienden a empeorar tras el asesinato el fin de semana en Moscú de Dúguina, hija del intelectual euroasianista Alexandr Duguin, cercano a Vladimir Putin, presidente de Rusia, quien tachó el crimen de "vil" y "cruel", sumado a las acciones de sabotaje cometidas en las últimas semanas en territorios controlados por Rusia.
Hoy los ucranianos conmemoran que su nación consiguió en 1992 su perseguida independencia reconocida internacionalmente, incluyendo a la también naciente Federación de Rusia, un Estado nuevo, distinto de la URSS y del imperio zarista, pero 30 años después esa misma nación está decidida a acabar con la independencia del país vecino y está obsesionada con lanzar ataques en fechas señaladas como la de hoy.
Esa advertencia coincide con las informaciones de fuentes oficiales estadounidenses que precisan que el objetivo de los bombardeos rusos podrían ser la infraestructura civil y los edificios gubernamentales.
La amenaza ha hecho que resurjan de nuevo los temores a un nuevo ataque contra la capital, Kiev, de cuyas inmediaciones Rusia retiró sus tropas a finales de marzo.
Por ese motivo, las autoridades han suspendido todos los festejos, prohibido los actos públicos durante una semana, ordenado el teletrabajo para los funcionarios de la capital y recortado el horario de trabajo de las áreas metropolitanas.
En medio de las confrontaciones aún surge el interrogante de cómo podría lograrse el fin de la guerra. Seis meses después del inicio de las hostilidades todo parece indicar que ninguno de dos países confrontados, tanto el invasor como el invadido, logran imponerse sobre el adversario y, en consecuencia, tendrán que optar por lograr ganar batallas que les permitan tener posiciones firmes en las negociaciones de un tratado para finalizar la guerra.
Zaporiyia, una bomba de tiempo
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer a petición rusa para volver a abordar la peligrosa situación en Zaporiyia, que este mes ha sido objeto de repetidos ataques que han hecho sonar todas las alarmas sobre una posible catástrofe nuclear. La ONU volvió a reclamar la retirada de todo personal y equipamiento militar de la planta nuclear, bajo control de tropas rusas, y aseguró que continúan los preparativos para enviar una misión de expertos internacionales que evalúe la situación en la central.
*con información de EFE
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