LUCÍA LEAL
EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció ayer la retirada de su país del Tratado de Cielos Abiertos, un acuerdo multilateral para garantizar la transparencia en cuanto al control de armas, y acusó a Rusia de “pervertir” el pacto al mismo tiempo que ofreció negociar uno nuevo con Moscú.
El anuncio de Trump debilita todavía más la infraestructura creada al final de la Guerra Fría para controlar el armamento de las dos mayores potencias nucleares del mundo, después de que Washington se retirara también el año pasado del Tratado INF con Moscú sobre misiles de rango corto y medio.
“Rusia no se adhirió al tratado, así que hasta que se adhieran al tratado, nos vamos a retirar”, dijo Trump en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
“Hay muy buenas opciones de que lleguemos a un nuevo acuerdo, o de que hagamos algo para reformar este acuerdo”, agregó.
Salida en noviembre
El Tratado de Cielos Abiertos de la Organización de Seguridad y Cooperación Europea (OSCE), en vigor desde 2002, permite a sus 34 Estados miembros sobrevolar cualquier parte del territorio del resto de participantes, fotografiando desde el aire, con el objetivo de asegurar que sus vecinos o rivales no preparan ataques militares.
La notificación oficial de retirada de Washington se presentará hoy, lo que implica que dentro de seis meses, el 22 de noviembre, Estados Unidos ya no será parte del pacto, que también incluye a Rusia, Canadá y casi toda la Unión Europea, incluida España.
“Sin embargo, podríamos reconsiderar nuestra retirada si Rusia vuelve a cumplir completamente con el tratado”, matizó el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en un comunicado.
Acusaciones a Moscú
“Se supone que el Tratado de Cielos Abiertos debía contribuir a la seguridad internacional, pero se ha retorcido y pervertido en su interpretación y ahora está al servicio de objetivos rusos que van en contra de esa seguridad”, alegó Pompeo.
Estados Unidos denuncia que Rusia impide supervisar desde el aire sus ejercicios militares, y no permite los vuelos sobre regiones donde se cree que Moscú tiene armas nucleares que podrían alcanzar Europa, en concreto en Kaliningrado, ni tampoco cerca de las regiones georgianas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
Además, “Moscú parece usar sus imágenes de Cielos Abiertos para apoyar una doctrina rusa nueva y agresiva que busca
atacar infraestructuras críticas en Estados Unidos y Europa con munición convencional de precisión”, sostuvo Pompeo.
La inteligencia estadounidense cree, además, que Rusia puede estar utilizando sus sobrevuelos de Estados Unidos para identificar infraestructuras del país que pueden ser vulnerables a ciberataques.
A Trump le molestó particularmente que un avión ruso volara directamente sobre su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey) en 2017, según el diario The New York Times.
Un revés para la OTAN
La decisión de Trump podría aumentar las tensiones con aliados estadounidenses en la OTAN, que siguen defendiendo el tratado y temen que, tras la retirada de EE.UU., Rusia pueda prohibir también los sobrevuelos de su territorio por parte de países bálticos, útiles para supervisar movimientos de tropas.
La noticia de la retirada estadounidense se esperaba desde hace tiempo en las capitales europeas, pero aún así deja incertidumbre sobre el futuro del tratado sin el país que impulsó su negociación, originalmente en 1955 y con un mayor éxito en 1992.
El de Cielos Abiertos es el tercer gran tratado sobre control de armas del que Trump se ha retirado desde que llegó al poder en 2017, tras dar la espalda al acuerdo nuclear con Irán y romper el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) con Rusia.
La retirada de EE.UU. del tratado se hará efectiva poco después de las elecciones de noviembre, en las que Trump podría perder la Casa Blanca, pero no está claro si un hipotético nuevo presidente podría revertir la decisión del mandatario o debería iniciar de nuevo el proceso de ratificación.
La disputa con Moscú
Solo queda un único pacto en vigor entre Estados Unidos y Rusia para la reducción de armas nucleares, el Nuevo START, que expira en 2021
y que Moscú ha propuesto
renovar sin condiciones.
Trump ha evitado hablar directamente sobre el Nuevo START y ha defendido en el último año la necesidad de negociar un nuevo modelo de control de armas con Rusia, pero insiste en que ese pacto debe incluir también a China, país que ha rechazado un posible pacto
trilateral.
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