Efe | LA PATRIA | Washington
"Nos estamos saliendo. Pero vamos a empezar a negociar y veremos si podemos llegar a un acuerdo que sea justo", declaró el presidente de EE.UU. Donald Trump, al anunciar desde la Casa Blanca la retirada del país del Acuerdo climático de París.
Trump honró así una promesa de campaña al argumentar que ese pacto pone en desventaja a la economía y los trabajadores estadounidenses.
El presidente estadounidense bajó a su país del tren al que 195 países se subieron con un consenso sin precedentes en el 2015 para transitar juntos hacia un modelo de desarrollo bajo en carbono para combatir el cambio climático: el Acuerdo de París.
El objetivo del acuerdo es que la temperatura del planeta no aumente más allá de los peligrosos dos grados, lo que implica poner fin a una era basada en los combustibles fósiles desde la primera revolución industrial, e iniciar una segunda que nos lleve a un mundo libre de emisiones, explicó Lara Lázaro, experta en cambio climático del Instituto Elcano.
Aislado
Para la directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales, Teresa Ribera, la decisión de Trump "aisla" a Estados Unidos "en un momento crítico desde el punto de vista geopolítico y tira por tierra el enorme legado en acuerdos bilaterales" en transición energética y tecnologías limpias de su antecesor, Barack Obama.
Ninguno de los expertos consultados consideró que la salida de EE.UU. del Acuerdo de París provoque "una estampida" similar en otros países como ocurrió cuando abandonó el Protocolo de Kioto -que solo incluía compromisos de los países ricos, frente a este que incluye de todos, excepto Siria y Nicaragua-.
Las principales potencias y emisores de CO2 -China, India, la UE, Canadá, Australia o Japón- se apresuraron a reafirmar su compromiso con el pacto "no por motivos medioambientales, sino porque que esta transición es una oportunidad económica y comercial", advirtió Robinson.
Con esta decisión, Trump tampoco va a cumplir su objetivo de potenciar la industria del carbón, en tanto que "los inversores no pondrán su dinero en algo que puede no tener los retornos esperados durante los próximos 40 años, máxime cuando haya otros presidentes que no apuesten por el carbón", agregó Robinson.
El abandono del Acuerdo tampoco implica que no haya acción climática en Estados Unidos, donde 37 estados cuentan con regulación para promover las renovables, cerca de 400 ciudades tienen metas propias de reducción de gases y 40 de ellas se comprometieron a ser 100% renovables en el 2035.
Queda por ver cómo se articula la acción de todos esos actores que quieren avanzar para que Estados Unidos luche contra el cambio climático a pesar de Trump.
Hasta el 2020
El punto 28 del Acuerdo de París indica que cualquier país que ratifique el acuerdo, como es el caso de EE.UU., solo podrá solicitar su salida tres años después de su entrada en vigor, esto es, el 4 de noviembre del 2019.
Una vez formalizada esa petición, tiene que pasar otro año para que la salida sea efectiva, por lo que si el proceso sigue su curso habrá que esperar hasta el 4 de noviembre del 2020, el día siguiente de las próximas elecciones presidenciales en EE.UU.
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