Ana Mengotti
Efe | LA PATRIA | Miami (EEUU)
Sin dejarse ver mucho pero sin marcharse del todo, el expresidente cubano Fidel Castro cumple 10 años apartado del poder en una suerte de jubilación activa que no solo no ha desdibujado su figura, sino que ha contribuido a mitificarla en el imaginario colectivo de la isla caribeña.
Castro delegó el poder en su hermano Raúl el 31 de julio del 2006, tras someterse a una operación por un grave problema intestinal y, aunque el traspaso solo iba a ser temporal, dos años después anunció su retirada definitiva y el Parlamento eligió a su hasta entonces sucesor interino como presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe.
La de Fidel Castro ha sido una sucesión medida y sin traumas que tuvo su último hito en abril pasado durante el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), al que asistió personalmente.
Ese 31 de julio del 2006 brilló la esperanza de una transición hacia la democracia, aunque hoy los exiliados la considera improbable mientras los Castro gobiernen.
"Los cementerios de esta zona de Miami están llenos de gente que celebró con botellas de champán la salida o las 'muertes' de Fidel", dice Eduardo, un cubano de Camagüey que lleva al menos 30 años en EE.UU.
Eduardo habló así a las puertas del café Versailles, donde el 31 de julio del 2006, después de que se anunciara oficialmente en Cuba que el líder de la Revolución delegaba el poder en su hermano Raúl, debido a una grave enfermedad, un grupo de personas mostró su júbilo por lo que a sus ojos podía ser el comienzo del fin de la "dictadura castrista", según declararon entonces a los periodistas.
Sin cambios
En el 2016 la esperanza de los exiliados no está puesta en que el régimen vaya a abrirse, algo que dan por descartado, sino en que el pueblo cubano impulse un cambio, dijeron dirigentes de organizaciones políticas y ciudadanos cubano-estadounidenses.
Para María Elena Alpizar, portavoz en Estados Unidos de las Damas de Blanco, son las nuevas generaciones, "menos adoctrinadas" y empoderadas por la tecnología, que les permite conocer lo que pasa dentro y fuera de la isla y organizarse con las redes sociales, las únicas que pueden propiciar el fin del castrismo.
A su juicio, el "régimen tiene todo coordinado" para no ceder terreno y dar el relevo a otro Castro, posiblemente Alejandro Castro Espín, una vez que su padre, Raúl, deje la Presidencia.
Orlando Gutiérrez, líder del Directorio Democrático Cubano, es optimista, pese a reconocer que en los últimos 10 años no ha habido cambios.
"El futuro pertenece a la democracia", la resistencia sí se ha movido e incrementado y no hay señales de que los opositores dentro y fuera de Cuba se cansen de luchar.
Gutiérrez ni siquiera considera que el hecho de que Cuba y Estados Unidos hayan normalizado sus relaciones signifique un avance para la causa de la libertad y, como otros exiliados, también piensa que Fidel Castro sigue teniendo "la última palabra" en la isla.
Sin mejoras
El deshielo con EE.UU. se ha "quedado en la superficie". Lejos de ayudar a un cambio, "ha estirado un poco más la vida del régimen", opina el dirigente de Directorio Democrático.
Un opositor interno, Iván Hernández Carrillo, sindicalista independiente condenado en el 2003 a 25 años de cárcel por "peligrosidad social", aunque casi ocho años después fue beneficiado por una licencia extra penal, opinó que en Cuba no hay mejoras políticas, ni tampoco económicas ni en materia de derechos humanos.
Ganan tiempo
El disidente y expreso político cubano José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), indica que el cambio no va a llegar pronto y que en todo caso será impulsado por el pueblo, cuando los Castro ya no estén en el poder.
Ferrer también cree que el Gobierno de Raúl Castro firmó el acuerdo con EE.UU. no por voluntad real de cambio, sino para "ganar negocios y tiempo", y destacó que al mismo tiempo, para reducir la presión interna, sigue alentando la salida de cubanos disconformes con la situación económica hacia otros países.
Denuncia
El disidente y expreso político cubano José Daniel Ferrer alertó en Miami sobre la reciente ola represiva en Cuba, donde 21 opositores se declararon en huelga de hambre, entre ellos Guillermo Fariñas, cuya salud es motivo de preocupación. Durante la vigilia, Ferrer señaló que recibió informaciones desde la isla sobre la detención en todo el país de 80 de esos activistas que participaban en la jornada.
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