La recuperación de dos cadáveres más elevó ayer a 35 el número de víctimas mortales del alud de tierra que el pasado 22 de marzo sepultó una zona rural de la localidad de Oso (noroeste de EE.UU.) y redujo a 10 el de desaparecidos, informaron fuentes policiales.
De los 35 cadáveres recuperados, 31 han sido ya identificados, informaron las autoridades sanitarias del condado de Snohomish.
El alud de tierra se llevó por delante casas y árboles y sepultó bajo el lodo un área rural alrededor de Oso, un municipio de unos 200 habitantes situado 60 kilómetros al noroeste de Seattle, de los principales centros urbanos del país.
Pese a la búsqueda emprendida desde entonces de posibles supervivientes, entre la masa de fango, piedras, árboles y restos de edificaciones en que quedó convertida la zona después del alud, solo se ha conseguido la recuperación de cuerpos de personas fallecidas.
Los funerales de las víctimas mortales identificadas empezaron a celebrarse el pasado sábado, cuando se cumplían dos semanas del deslizamiento de tierras.
Las 10 personas que aún siguen desaparecidas, de edades entre 4 y 91 años, representan una cifra mucho menor que la que se barajó en los días inmediatamente posteriores al suceso, en los que se llegó a hablar de la posibilidad de que hubiera 170 desaparecidos.
El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, que la semana pasada firmó la declaración de "gran catástrofe" por el alud, visitará la zona afectada el próximo 22 de abril, según anunció la Casa Blanca.
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