LA PATRIA| Colprensa
El Niño puede convertirse en el peor fenómeno natural y el más devastador en la historia, además de que ya afecta a miles de personas en Sudamérica, según reportes de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA).
El fenómeno climático ha generado en el sur del continente un fuerte incremento en las precipitaciones con fuertes crecidas en ríos y afectaciones en Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.
En los cuatro países han sido desalojadas más de 100.000 personas de zonas vulnerables, tras la devastación dejada por fuertes lluvias veraniegas, inundaciones y desgajamientos de cerrros.
En Paraguay, por ejemplo, fueron desalojadas 90.000 personas de escasos recursos que viven a orillas del río del mismo nombre cercano a la ciudad de Asunción (capital).
El gobierno paraguayo declaró estado de emergencia el 30 de diciembre del año pasado y liberó fondos de ayuda para la región afectada.
El Río Paraná, uno de los más grandes de América del Sur, duplicó su caudal en 2015, sobre el que se encuentran dos represas de primordial importancia, Yacyretá e Itaipú.
El Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (Ciifen) ha pronosticado que las lluvias se mantendrán por encima de lo habitual hasta finales de enero en el sur de Brasil y norte de Argentina, Paraguay y Uruguay.
Las precipitaciones que tienen a disminuir en Brasil provocan sequías en el noreste de su territorio.
Se pronostican a su vez sequías en zonas montañosas de los Andes en Ecuador, Perú y Bolivia, lo que significa un retiro de los glaciares, con cambios ulteriores en la disponibilidad de agua y la biodiversidad local.
En Colombia, en tanto, autoridades ambientales decretaron desde hace una semana "alerta roja" en varios departamentos del país sudamericano ante las altas temperaturas atribuidas a El Niño.
El fenómeno climático causó en Colombia la sequía de ríos, donde supereraron los niveles mínimos históricos hasta el punto de secar algunos afluentes por falta de agua.
Los departamentos colombianos de Caldas, Antioquia, Huila, Cauca, Cesar, Sucre, Boyacá, Bolívar y Cundinamarca enfrentan diferentes problemáticas a consecuencia de la sequía de afluentes.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció el 5 de octubre pasado acciones para enfrentar los efectos de El Niño.
Como parte de las medias, elaboró campañas para ahorro de agua y energía con sanciones a 1,2 millones de personas.
Santos dio a conocer, además, accciones adicionales con las que se pretende enfrentar la temporada de sequía y el desabastecimiento de agua, incendios forestales y el cambio climático.
La costa colombiana del Caribe ha presentado una intensa sequía por más de un año.
Esta situación incrementa la generación termoeléctrica a base de combustibles fósiles, lo que a su vez presiona las tarifas eléctricas.
El efecto más notorio se refleja en los sectores eléctricos de los países sudamericanos por la falta de disponibilidad de agua en embalses, lo que afecta la capacidad para la generación hidroeléctrica, principal fuente en Colombia, Brasil y Venezuela.
Se presentan, además, altos niveles de erosión y, por ende, la generación de incendios de grandes extensiones de vegetación.
El aumento en la temperatura causado por el fenómeno tiene también impactos negativos en varios sectores económicos como agricultura, ganadería, pesca, minería e industria.
El agro, en particular, a diferencia de otros sectores productivos, requiere que la temperatura no se altere para que los cultivos crezcan saludables, mientras que la pesca depende de un mar frío.
La intensidad del fenómeno puede ocasionar, además, una reducción en las proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en América Latina en 2016.
Según el reporte de la NASA, la sequía ocasionada por este fenómeno puede afectar cultivos si no se hace un uso racional del agua.
Las zonas metropolitanas, a su vez, corren mayor riesgo por su cantidad de población y concentración de desechos.
El turismo también puede sufrir una fuerte desaceleración en su tasa de crecimiento debido al mal tiempo.
La situación generó un importante llamado de atención durante la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de Naciones Unidas (ONU) sobre Cambio Climático que se llevó a cabo del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015 en la ciudad de París, Francia.
El presidente de China, Xi Jinping, expresó durante la ceremonia inaugural del encuentro el firme compromiso del país asiático en la lucha global contra el cambio climático.
Reiteró la promesa hecha por el gobierno chino en junio del año pasado, en el sentido de reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) e incrementar las fuentes de combustible no fósil en el consumo primario de energía.
"Esto requiere esfuerzos arduos, pero tenemos confianza y determinación para cumplir con nuestros compromisos", aseveró Xi.
China se ha comprometido de manera activa en la campaña global contra el cambio climático, a pesar de ser un país en desarrollo que ahora se sitúa a la cabeza en el mundo en términos de ahorro energético y utilización de energías renovables.
El presidente expresó entonces que la nación adoptará medidas políticas para mejorar la mezcla industrial sobre la base de la innovación tecnológica e institucional, así como transporte con bajas emisiones de carbono.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015