COLPRENSA | LA PATRIA
Mariana Stern, docente de la Universidad de California, conforma el grupo de 22 investigadores que durante siete meses realizaron el estudio sobre el riesgo cancerígeno de las carnes rojas y procesadas.
Los resultados de esta investigación fueron entregados este lunes por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, la doctora argentina, en entrevista con Bluradio, hizo una serie de precisiones sobre lo encontrado y también entregó algunas recomendaciones.
La investigadora reiteró que es sólo un estudio y que más adelante se revelarán las medidas a tomar.
La experta aclara que hay diferencias entre la carne roja y la carne procesada (embutidos).
Ayer, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, IARC, (por sus siglas en inglés) dependiente de la Organización Mundial de la Salud, colocó al consumo excesivo de carnes procesadas como embutidos o fiambres en el Grupo 1 de riesgo de contraer cáncer, principalmente colorrectal.
Mientras tanto, las carnes rojas, incluyendo vacuna, porcina y ovina, fueron incluidas en el Grupo 2, como "probablemente cancerígenas".
La carne procesada, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, "es todo aquella que haya sido tratada con sales o curada de alguna forma (ahumada) o cualquier otro método que se lleve a cabo para preservar la carne o cambiarle el gusto y el sabor", dijo Stern.
Los chorizos, jamones y salchichas entran en ese listado. Cabe resaltar, que el estudio también se hizo con embutidos de carne blanca (pavo, jamón de pollo o de pechuga).
De acuerdo con diferentes análisis, la carne roja fue catalogada como un posible carcinógeno. Sin embargo, y según Mariana Stern, en la carne procesada los estudios "fueron mucho más consistentes", pues mostraron que su consumo "está elevando el cáncer".
Esta proteína generalmente es tratada con agentes naturales (fuentes de nitrato: elementos que una vez han sido digeridos por el cuerpo pueden convertirse en carcinógenos) o químicos nocivos para el cuerpo humano.
Recomendaciones
La especialista sugiere un consumo de menos de 500 gramos de carne roja por semana, es decir aproximadamente una libra de carne. "La recomendación es limitar el consumo a 70 gramos de carne por día, minimizando al máximo el consumo de embutidos".
Para las personas que una vez a la semana deseen consumir un embutido es mucho mejor que consuman algo de calidad a un embutido industrial. Sin embargo, el riesgo puede ser el mismo ya que los estudios no especificaron el tipo de producto.
La manera de cocinar la carne también influye o determina el riesgo, ya que "cuando la carne se cocina a temperaturas altas acumula distintos tipos de carcinógenos, el principal son las aminas heterocíclicas".
De igual manera, cuando la carne se cocina a la parrilla o está rodeada por las llamas puede generar la propagación de carcinógenos. Aclara la especialista, sin embargo, que son más peligrosas las carnes asadas a la plancha y con aceite (alcanzan temperaturas más altas) que las que son asadas a la parrilla.
La carne hervida sería "la menos riesgosa pero sin duda es la que menos gusto tiene", afirma Mariana Stern.
Así mismo, hay estudios que demuestran la reducción de carcinógenos cuando la carne se marina antes de cocinarse con salsas asiáticas, a base de salsa de soya.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se estima que son alrededor de 34.000 muertes en el mundo por consumo excesivo de carne.
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