EFE | LA PATRIA | BEIRUT
Los vecinos de los barrios asediados de la ciudad siria de Alepo (norte) han vuelto a salir a la calle ante la ausencia de bombardeos en la zona, gracias a la tregua, mientras esperan la llegada de la ansiada ayuda humanitaria.
Desde el distrito de Al Sukari, en pleno corazón de la urbe, el director del Organismo Forense de Alepo Libre, Mohamed Kahil, explicó que los civiles aprovechan la falta de bombardeos y salen a las calles, aunque existe un estado de alerta por el temor de que aparezcan aviones en cualquier momento.
Y es que los habitantes de la mitad oriental de la población, que está sitiada por los efectivos gubernamentales, sufren a diario los bombardeos indiscriminados contra casas, mercados u hospitales.
Kahil señaló que algunas tiendas abrieron, pero venden muy pocos artículos por la escasez impuesta por el asedio.
Con la llegada de la tranquilidad a Alepo, los civiles esperan ahora la entrada de ayuda humanitaria, después de dos meses y medio de asedio.
"Necesitamos medicinas y combustible para que funcionen los equipos de los hospitales, las panaderías y las ambulancias", lamentó Kahil, cuyo organismo presta atención sanitaria.
El portavoz del Consejo de la Provincia de Alepo Libre, Abu Zaer al Halabi, detalló que unas 400 mil personas residen en la parte sitiada de la ciudad y que, pese a que el bloqueo gubernamental fue interrumpido durante un mes en agosto gracias a los avances rebeldes, la ayuda no pudo acceder por los combates.
Abu Zaer está en contacto con los comités populares que están coordinando con la ONU la entrada de la asistencia humanitaria en Alepo.
"Estamos tratando de cambiar el camino de acceso de la ayuda para que en vez de la carretera de Castelo sea por Al Ramusa, para garantizar que llegue a los civiles y a los revolucionarios", precisó.
El portavoz del Consejo, que se encarga de la administración de las áreas fuera del control del régimen en Alepo, estimó que es posible que la ayuda llegue hoy a la localidad.
"Hoy han entrado varios vehículos (de la ONU) por el paso de Bab Haua (fronterizo con Turquía) en dirección a Idleb, ninguno se ha dirigido a Alepo", reveló.
El acuerdo de tregua, alcanzado por Rusia y EE.UU., contempla la entrada de ayuda en Alepo a través del camino de Castelo, al norte de la urbe y bajo control gubernamental, mientras que los opositores prefieren que sea por la carretera de Al Ramusa, al suroeste, donde hay presencia rebelde.
Desde la periferia de la ciudad, el activista Mayed Abdelnur se quejó de que desde hace meses no ven ni frutas ni verduras en los mercados.
"Cuando hay un bombardeo las tiendas cierran por un rato y luego vuelven a abrir, pero apenas tienen productos", indicó.
Para Abdelnur, la jornada de ayer fue como un día cualquiera, pese a la ausencia de los bombardeos.
"La gente para de hacer sus cosas cuando hay un ataque, pero luego continúa con su vida -subrayó.- La mayor diferencia que he visto es que la gente estaba más contenta de lo habitual, aunque no se fían del régimen ni de Rusia".
El cese de las hostilidades entró en vigor el lunes y está previsto que se prologue hasta el domingo.
Hasta el momento, la calma ha prevalecido en la mayor parte del territorio sirio, con la excepción de ataques aislados en algunas provincias, y no se ha registrado ningún muerto, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Tenga o no éxito, la tregua ha dado, por lo menos, un respiro a los habitantes de Alepo y otras áreas en sus primeras horas de vida.
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