EFE | LA PATRIA
La región de Nueva York lucha desde ayer por recuperar la normalidad tras la catástrofe que causó el paso de Sandy, que dejó un reguero de caos, destrozos multimillonarios y al menos 29 muertos.
La noche del lunes y la madrugada del martes quedará en la memoria de los 19 millones de habitantes de la zona, que sufrieron por vientos, inundaciones y pérdidas de electricidad a niveles récord.
Ayer en la mañana la región amaneció convertida en una enorme zona de guerra llena de inundaciones, edificios dañados, árboles caídos y propiedades e infraestructuras destruidas.
Casi cuatro millones de abonados de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut siguen sin electricidad, en algunas zonas no hay servicio telefónico (los cables de ambos servicios fueron derribados por ramas o árboles caídos) e incluso ni agua potable.
La tormenta causó una "devastación inimaginable" en la costa de Nueva Jersey, de acuerdo con el gobernador de ese estado, Chris Christie, mientras que su homólogo de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, hablaron de catástrofe.
La región había sufrido el empuje, aunque menor, de la tormenta tropical Irene, hace catorce meses.
Cuomo aseguró que el heroísmo de los servicios de rescate impidió que la cifra de víctimas fuera mucho mayor. Su estado sufrió 15 muertos, mientras que hubo tres en Nueva Jersey y dos en Connecticut.
A las 29 víctimas hay que sumarles una mujer fallecida en Canadá el lunes pasado, y los más de 60 muertos que provocó Sandy en el Caribe la semana pasada, la mayor parte en Haití y Cuba.
Al rescate
Durante la jornada de ayer, equipos de emergencia civiles y militares se han afanado, sobre todo en Nueva Jersey, en acudir a las zonas inundadas para sacar a la gente atrapada en sus hogares.
En una zona costera llena de ríos, islas, estrechos y canales, y con centenares de miles de viviendas construidas en zonas bajas o junto a las playas, la subida récord de las aguas tuvo las consecuencias destructivas que los meteorólogos y autoridades advirtieron.
"He vivido aquí 55 años y nunca vi nada igual", señaló un residente de Island Park (Nueva Jersey) a una emisora local de televisión.
Las zonas suburbanas también se vieron muy afectadas. La caída de árboles no solo causó la mayor parte de las víctimas, sino que derribó los cables del tendido eléctrico y telefónico, destruyó casas y automóviles o afectó al tráfico y la llegada de servicios de emergencia.
Algunas gasolineras tienen filas de centenares de metros de clientes que quieren comprar combustible para los generadores domésticos de electricidad.
Proceso lento
Nueva York comenzó a recuperar algunos servicios, pero la vuelta a la normalidad en esta metrópoli de más de ocho millones de habitantes necesitará muchos días.
El daño más grande en la ciudad fue el incendio que calcinó totalmente unas cien viviendas en el barrio de Queens. Una zona que un residente comparó con Hiroshima tras la caída de la primera bomba atómica.
"Todo esto es increíble", expresó Holly, neoyorquina que teme que la recuperación de la ciudad será muy lenta.
Sandy causó el caos y la mayor destrucción en el transporte público de la ciudad en sus 108 años de historia, reconoció el responsable de la empresa MTA, Joseph Lhota.
Los barrios neoyorquinos de Manhattan y Brooklyn volverán a tener electricidad dentro de tres días, si bien tardarán al menos una semana en restablecer por completo el servicio a todas las áreas afectadas, reconoció la compañía Con Edison.
Los aeropuertos internacionales J.F. Kennedy y de Newark reabrirán hoy, mientras que La Guardia permanecerá cerrado debido a las inundaciones en sus pistas.
La bolsa de Nueva York volverá a abrir con normalidad hoy, y lo mismo se espera de las sedes de algunas importantes empresas, pero las mil 700 escuelas públicas de la ciudad, que tienen 1,1 millones de estudiantes, seguirán cerradas por tercer día consecutivo.
Podría influir en la campaña
El director regional para América Latina del Instituto por la Democracia y la Asistencia Electoral Internacional (Idea), Daniel Zovatto, le explicó a Efe que con el escenario de una campaña cargada de "incertidumbre y dramatismo", en la que "ni las convenciones, ni los tres debates, ni la publicidad negativa, ni los miles de millones de dólares invertidos" han decidido nada, Sandy podría ser el elemento que al final impulse la victoria del presidente Barack Obama o del exgobernador republicano Mitt Romney.
"Es ahora un actor central, aunque es muy difícil determinar el impacto que tendrá en el resultado final, pues es un elemento que puede jugar a favor y en contra de ambos candidatos", expresó.
Según Zovatto, los daños causados por el la tormenta pueden obstaculizar el sistema de voto anticipado, que "históricamente ha favorecido a los demócratas", y además, las poblaciones más afectadas serán las de menos recursos, que en este momento respaldan mayoritariamente a Obama.
Sin embargo, el presidente tiene a su favor su posición al mando de la emergencia, lo que le da la posibilidad de mostrarse ante los votantes como un líder fuerte y cercano. "Romney tiene un margen de maniobra mucho más limitado", agregó.
El mayor riesgo para Obama es que la emergencia eleve el abstencionismo entre sus filas, pero si actúa de manera adecuada puede "rentabilizar sus aciertos" el próximo martes.
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