EFE|LA PATRIA
Al menos 859 personas han muerto en los últimos cinco días por la ola de calor que azota la provincia meridional paquistaní de Sindh, donde las autoridades religiosas han permitido romper el ayuno del ramadán mientras las temperaturas empiezan ya a descender.
El secretario de Salud del Gobierno regional de Sindh, Saeed Mangnejo, declaró hoy a Efe que en Karachi, la ciudad más populosa del país y su centro financiero, han muerto desde el viernes 837 personas y 22 perecieron en otras zonas de la provincia.
"El Gobierno provincial ha declarado el estado de emergencia en todos los hospitales de la ciudad. Los colegios, universidades y oficinas permanecerán cerrados", dijo Mangnejo.
Fuentes hospitalarias explicaron a Efe que las muertes se produjeron por golpes de calor y deshidratación, en muchos casos en personas de más de 60 años.
La televisión paquistaní Geo informó de que entre los fallecidos se contaron muchos obreros que trabajaban al aire libre.
El Ejército paquistaní ha establecido 29 centros en Karachi y otras zonas de Sindh para atender a las personas afectadas por el calor, informó a Efe una fuente militar.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres ha situado tanques de agua en la urbe, de unos 20 millones de habitantes, y establecido centros para atender a la población, dijo su presidente, Asghar Nawaz, quien viajó hoy a Karachi a supervisar la situación.
Esta ola de calor en Pakistán ha coincidido con el comienzo el pasado viernes del ramadán, la festividad más sagrada para los musulmanes y que establece la no ingesta de alimentos y bebidas entre el alba y el ocaso durante un mes.
El Comité Central del Ruet-e-Hilal de Karachi, organismo religioso que determina las fechas del ramadán, emitió hoy una fetua en la que permite la ruptura del ayuno en las extraordinarias circunstancias de la ola de calor.
"Este año el calor es insoportable y la personas que se sientan enfermas pueden romper el ayuno", dijo el presidente de Ruet-e-Hilal, Munibur Rehman, de acuerdo con el diario Express Tribune.
Los eternos problemas de suministro de electricidad de Pakistán se han notado estos días con numerosos cortes, que han negado el uso de aires acondicionados y ventiladores a la población y cortado el suministro de agua, lo que ha provocado pequeñas protestas en Karachi y una encendida discusión en el Parlamento paquistaní.
"El Gobierno no es responsable por la falta de suministro eléctrico en la capital provincial de Sindh. Karachi Electric es la responsable de suministrar electricidad. Las muertes en Karachi están relacionadas con el calor y no con la falta de electricidad", dijo a los diputados el ministro de Agua y Energía, Khawaja Asif.
El líder de la oposición, Khursheed Shah, atacó al Gobierno por no hacer lo suficiente.
"Es un problema de Pakistán. Por amor de dios, el Gobierno debería dejar de hacer cálculos y hablar de salvar vidas", afirmó Shah, al preguntarse por la acción del Gobierno ante los problemas de electricidad.
"La gente está muriendo y no tienen agua ni para lavar sus cuerpos", protestó.
Tras alcanzar temperaturas máximas de 45 grados durante el fin de semana, el termómetro ha descendido hoy a 37, aunque el clima permanece húmedo.
"En algunas zonas ha llovido, para mañana se espera una situación similar", dijo a Efe un miembro del Departamento Meteorológico de Pakistán, Mohammed Farooq.
Las olas de calor son frecuentes en el subcontinente indio en los meses de mayo y junio, que preceden a la llegada de las lluvias del monzón.
A finales de mayo, el calor extremo causó unos 2.000 muertos en el sureste de la vecina India.
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