EFE | LA PATRIA | HOUSTON
Después del fallecimiento del legendario púgil estadounidense Muhammad Ali, la mítica figura, que durante su carrera profesional tuvo tantos defensores como detractores a su personalidad única dentro y fuera del cuadrilátero, esta vez, con su muerte a los 74 años, hizo que todos estuviesen unidos en el reconocimiento a su legado de hacer un mundo mejor.
Tras un sin fin de reacciones del valor de su figura como deportista y persona comprometida con la lucha por los más necesitados y las minorías, el consenso ha sido completo a la hora de establecer que Ali dejó un mundo mucho mejor que el que se encontró cuando nació en Louisville.
Entre tantas reacciones a su muerte, tal vez quien mejor definió su legado fue el presidente de EE.UU., Barack Obama, el primer negro que alcanzó la Casa Blanca, al señalar: "Ali estremeció al mundo, y el mundo es mejor por eso".
Obama, que tiene en su poder un par de guantes utilizados por Muhammad Ali y los conserva en su estudio privado de la Oficina Oval, también lo comparó con otros líderes de los derechos civiles de su época, y afirmó que el boxeador emuló a Martin Luther King Jr. y Nelson Mandela en la lucha por lo que era correcto.
Esa determinación hizo que Ali se enfrentase al ejercito más poderoso del mundo al negarse a ir al servicio militar cuando la guerra de Vietnam estaba en pleno apogeo, como su propia carrera profesional, que tuvo que dejar por tres años y medio.
Además de perder todo ese tiempo como profesional, Ali también hizo que su acción le generase muchos enemigos, incluido el propio estado que intentó meterlo en la cárcel.
También se afilió a los musulmanes negros y cambió su antiguo nombre de Cassius Clay. Su lucha fuera del cuadrilátero le costaría su título y fue un golpe a su imagen pública, pero se mantuvo firme en sus creencias.
Algo que el propio Obama y quienes estuvieron siempre al lado de Ali reconocen que fue lo que en realidad lo hizo siempre grande, el tener una voluntad inquebrantable a la hora de defender sus convicciones.
Obama reconoció, como lo han hecho todos los atletas del mundo del deporte en Estados Unidos, que Ali, al margen de sus errores y excentricidades, lideró una pelea para que la sociedad fuese mejor y de alguna manera peleó por todos.
Sus inicios
Su imagen, como la de John F. Kennedy, Marilyn Monroe, Elvis Presley o Los Beatles, estará por siempre asociada a la de una época: los años sesenta y setenta.
Fue tres veces campeón del mundo de los pesos pesados y campeón olímpico de los semipesados en 1960. Disputó 61 combates como profesional, con 56 victorias y 5 derrotas.
Según sus biógrafos, su llegada al boxeo se produjo cuando tenía 12 años, cuando entró de la mano de un policía y entrenador aficionado, Joe Martin, en un gimnasio poco después de que le robaran la bicicleta.
Hasta 1959 había conseguido en el campo aficionado numerosas victorias; entre ellas, seis Guantes de Oro de Kentucky, dos guantes nacionales en Nueva York, y dos campeonatos norteamericanos.
No tenía más que 18 años cuando en los Juegos Olímpicos de Roma ganó la medalla de oro de los semipesados y decidió su paso al profesionalismo. En aquellos tiempos, el boxeo estaba, en parte, tutelado por la mafia y liderado por los boxeadores Floyd Patterson y Sonny Liston.
Rebelde
El 25 de febrero de 1964 ganó el título mundial de los pesos pesados, después de un combate frente a Liston en el que hizo alarde de sus dos mejores virtudes pugilísticas, un rítmico juego de piernas y un golpe demoledor.
Los dos años siguientes continuó tumbando rivales. Noqueó a Patterson, a Chuvalo, a Cooper, Brian London, a Mildenberger, a Williams y a Jerry Quarry, el orgullo de la América blanca, en el Madison Square Garden de Nueva York.
En 1967 se negó a incorporarse al Ejército y fue suspendido tres años y le despojaron de su título.
El 26 de octubre de 1970 regresó victorioso al cuadrilátero, venciendo a Jerry Quarry, y nuevamente se dispuso a alcanzar la cima.
Cuando su carrera pareció sucumbir con dos señaladas derrotas, contra Joe Frazier, el 8 de marzo de 1971, y Ken Norton 31 de marzo de 1973, aceptó un combate ante George Foreman en Kinshasa, Zaire, el 30 de octubre de 1974. La pelea fue seguida en todo el mundo, fue tema de una película años después, Cuando fuimos reyes, y convirtió en mitos a ambos púgiles: Foreman y Ali, quien reconquistó el título mundial.
Desde octubre de 1974 a febrero de 1976 puso cinco veces en juego su corona y sucesivamente derrotó a Chuck Wepner, Ron Lyle, Joe Burgner, Joe Frazier y Jean Pierre Coopman.
Pero perdió el título el 15 de febrero de 1978 ante Leo Spinks. La negativa de éste a enfrentarse al aspirante oficial, Ken Norton, le permitió luchar de nuevo por el cetro mundial y el 15 de septiembre lo reconquistó por tercera vez ante Spinks, en el Superdome de Nueva Orleans. Poco después anunció su retirada.
A lo largo de su carrera se enfrentó a los más grandes del cuadrilátero, a Patterson, Chuvalo, Cooper, London, Williams, Terrell, Folley y Foreman.
Alí ganó más dinero que todos los pesos pesados anteriores juntos. En 15 peleas que disputó entre 1971 y 1978 se embolsó, por ejemplo, 43 millones de dólares.
Y como llegó, así se fue el dinero. Generosas contribuciones, fiestas legendarias, caprichos por doquier o negocios ruinosos fueron el final de parte de su fortuna.
Excepcionalmente, el 2 de octubre de 1980 volvió al ring para enfrentarse a Larry Holmes por el título del Consejo Mundial de Boxeo, un combate que perdió por abandono en el décimo asalto.
Colgó los guantes definitivamente después de perder el 11 de diciembre de 1981 un combate a 10 asaltos contra Trevor Berbick, en Nassau (Bahamas).
Su enfermedad
Poco después, el 9 de septiembre de 1984, se le diagnosticó que padecía Parkinson, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, que, según el director de la Clínica de Enfermedades Motrices de la Universidad de Columbia, doctor Stanley Fanh, tenía como causa inmediata el boxeo.
Desde entonces luchó contra la progresión del mal. A finales de octubre de 2005 su hija Laila dijo que su padre seguía perdiendo la batalla contra el Parkinson y que en los últimos tiempos el mal había progresado notoriamente.
Su vida fue llevada al cine en 2001 por Will Smith en la película Ali, dirigida por Michael Mann.
El 20 de diciembre de 2014 fue hospitalizado por una leve neumonía.
Estuvo casado en cuatro ocasiones, la última con Lonnie, y tuvo ocho hijos, además de adoptar a otro.
El funeral de la leyenda del boxeo será el viernes en su ciudad natal de Louisville.
* "Classius Clay es el nombre de un esclavo. No lo escogí. No lo quería. Yo soy Mohammad Ali, un hombre libre".
* "Odié cada minuto de entrenamiento, pero no paraba de repetirme: 'No renuncies, sufre ahora y vive el resto de tu vida como un campeón".
* "Yo sé a dónde voy y sé la verdad. Y no tiene por qué ser lo que tú quieres que sea. Soy libre de ser lo que quiero".
* "Soy el más grande. Me lo dije incluso a mí mismo cuando no sabía que lo era".
* "No voy a recorrer 10.000 kilómetros para ayudar a asesinar a un país pobre simplemente para continuar la dominación de los blancos contra los esclavos negros".
* "De pequeño le pedía a mi hermano Rudy que me lanzara piedras. Así es como aprendía mis movimientos, esquivando pedradas".
* "Un hombre que ve el mundo a los 50 igual que a los 20 ha perdido 30 años de vida".
* "Yo no divido al mundo entre hombres modestos y arrogantes. Divido al mundo entre los hombres que mienten y los que dicen la verdad".
* "No soporto ver sangre. En muchas de mis peleas tenía que mirar a otro lado".
* "El silencio es oro cuando no se puede encontrar una buena respuesta".
* "No cuentes los días: consigue que los días cuenten".
* "Cuando tienes razón, nadie lo recuerda; cuando estás equivocado, nadie lo olvida".
* "El boxeo es un montón de hombres blancos viendo cómo un hombre negro vence a otro hombre negro".
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